-Cariño- su voz era igual, su voz no había cambiado, solo se había vuelto más quebradiza.
-papi- se hecho a llorar entre sus brazos.
-Esta bien, estás bien, no pasa nada. Por favor, cariño no llores, todo está bien. Ahora estás bien, ahora lo sé- en un intenso de consuelo que no sabía para quien era, logro hacer que se calmara un poco, había hecho que casi dejara de llorar y de casualidad, también sirvió para él mismo. Las lágrimas de ambos se detuvieron casi a la par.
-¿Estas bien? ¿No te lastimaron?- comenzó a buscar una marca en su cuerpo tan escuálido y quebradizo con el toque. Era débil y frágil.
-Me picaron muchas veces papi- sollozo por última vez.
-¿Te cuento algo? A mí también me picaron muchas veces, y....
-¿Y que papi?
-llore un poco, pero yo sé que mi niño no lo hizo ¿cierto?
-Si lo hice papi, pero no fue por los piquetes, fue porque siempre me decían que me habías olvidado y que yo también debería de hacerlo. Lo intente, y sé que tú también- tenía razón. El pequeño niño tenía toda la razón, había intentado hacer algo que sabía que estaba mal, pero no lo pudo evitar ¿O si?.
-¿Qué...?- escucho un breve sonido de algo quebrarse, una dolorosa punsada se apoderó de su cuerpo. Le dolía el pecho, le dolía casi como si fuera a morir.
-¿Papi? ¿Estás bien?- con uno de sus pulgares tocó la mejilla mojada del mayor limpiando una de las lágrimas que caían.
-Si, estoy bien, tú lo estás ¿Cierto?
-Ya lo preguntaste papi, ¿Seguro de que estas bien?
-Si, muy seguro, ven aquí, ¿Quieres dormir entre mis brazos un rato? Te ves muy cansado.
Su cabeza hizo un clic, ahora entendía muchas cosas, los demás no siempre fueron monstruos, pero ahora la pregunta era ¿Quién llama a quien monstruo?
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~Daddy, Daddy, we're crazy~
AcakY lo vi pasear por aquellos pasillos sin sentido, con un color pálido en su piel y tarareando una hermosa canción. -¿Cómo te llamas?- pregunté. -¿cómo te llamas tú?- sonrió.