Daphne palideció de golpe. Simon nunca le había dicho que la quería. Se lo había demostrado, de mil maneras, pero nunca se lo había dicho con palabras. Y quería que, cuando lo hiciera, fuera porque lo sintiera y no porque los estúpidos de sus hermanos lo hubieran obligado.
—Colin, no lo hagas —susurró, odiando el tono de súplica de su voz—. Tienes que dejar que pelee mis propias batallas.
—Daff...
—Por favor —le rogó ella. Simon se interpuso entre los dos.
—Si nos disculpas —le dijo a Colin y, por extensión, a Anthony y a Benedict.
Se llevó a Daphne al otro lado del recibidor para hablar en privado. Le hubiera gustado poder ir a otra habitación, pero estaba seguro que esos tres los hubieran seguido.
—Siento mucho lo de mis hermanos —dijo Daphne, un poco alterada—. Son unos idiotas y no tenían ningún derecho a invadir tu casa. Si pudiera renegar de ellos, lo haría, te lo juro. Y después de esto, no me extrañaría que no quisieras tener hijos nunca...
Simon la hizo callar con un dedo en los labios.
—En primer lugar, es nuestra casa, no mi casa. Y en cuanto a tus hermanos, me sacan de quicio, pero sólo lo hacen por amor. —Se inclinó un poco, pero lo suficiente para que Daphne pudiera sentir su respiración en la piel—. ¿Y quién puede culparlos?
A Daphne se le paró el corazón.
Simon se acercó todavía más, hasta que su nariz rozó la de Daphne.
—Te quiero, Daff —susurró.
Daphne volvió a sentir los latidos de su corazón, aunque ahora muy acelerados.
— ¿De verdad?
Simon asintió, acariciándola con la nariz.
—No pude evitarlo.
Daphne sonrió.
—Eso no es muy romántico.
—Es la verdad —dijo él, encogiéndose de hombros—. Sabes mejor que nadie que yo no quería nada de esto. No quería una esposa, no quería una familia y, sobre todo, no quería enamorarme. —Le dio un suave beso en los labios, haciendo que los dos cuerpos se estremecieran—. Pero lo que me encontré —la besó otra vez—, para mi desgracia — y otra—, es que era casi imposible no quererte.
Daphne cayó rendida a sus brazos.
—Oh, Simon —susurró.
Simon la besó en la boca, intentando demostrarle con su beso lo que todavía estaba aprendiendo a expresar con palabras. La quería. La adoraba. Podría caminar sobre fuego por ella. Tenía...
ESTÁS LEYENDO
El Duque y yo
RomanceEl duque y yo es un libro de romántica histórica donde un joven duque regresa a casa pero cae directo a las garras de las madres casaderas, él no desea casarse por nada del mundo y es cuando aparece la hermana de su mejor amigo, y se le ocurre el pl...