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Susan Pevensie x fem oc
"El arco y la flecha"
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Blair era muy simple. Era de complexión mediana, cabello castaño y ojos tan oscuros que podías perderte en ellos.
Blair era hermana menor del príncipe Caspian X. Y a ella no le agradaba la idea, no porque no lo quisiera, sino por el hecho de ser la sombra de él. Odiaba sentirse así. Muchos se acercaban a ella sólo para algún día intercambiar palabras con el príncipe.
Durante mucho tiempo, habían desvalorizado completamente a Blair por el hecho de ser mujer. Dejando a ella de lado, quedaba Caspian, destacando en casi todo lo que hacía.
La castaña apuntó hacia su blanco y soltó la flecha al localizarlo. No le dió.
—¡Carajo! —maldijo la chica al fallar nuevamente.
Los oídos de Susan Pevensie se agudizaron al escuchar un grito femenino. Volteó y escondió su cuerpo detrás de un árbol. Observó la figura de una chica, de cabello color chocolate. El príncipe había mencionada a esa mujer. Blair.
La hermana de Caspian practicaba sus tiros con su arco. Lo sacudió cuando no podía poner la flecha correctamente.
—Agghhh —gruñó. La Reina se acercó a paso lento a la chica atractiva. Atractiva según ella.
—Hola.
La princesa saltó en su lugar al oír la voz de aquella chica, soltó su arco, arrojandolo al suelo. Eso no le serviría. Empuñó su espada apuntando hacía la desconocida.
—¿Quién eres tú? —preguntó Blair con desconfianza.
—Me llamo Susan Pevensie.
—Ah, creo saber quién eres. —Bajo su espada y se dirigió a la linda chica de ojos azules—. Eres la reina de antaño. ¿La benévola, quizá? Ni siquiera preguntaré cómo es qué sigues viva, esto es Narnia. —La Pevensie rió.
—Esa misma, y ¿tú eres la hermana de Caspian? —preguntó Susan y Blair bufó. Ella odiaba que la reconozcan por su hermano y no por ella misma.
Blair volteó y siguió con lo suyo, volvió a apuntar hacia al blanco.
—Oye, sigo aquí ¿sabes?
—Ajá, ¿y qué? —cuestionó sin mirarla.
—¿Estas molesta? ¿Hice algo malo?
La chica soltó la flecha y falló, cayendo su flecha no muy lejos, cinco o seis pies.
—¡Demonios! —exclamó furiosa.
—Lo estás haciendo mal —afirmó la ojiazul.
—Cierra la boca, niña linda.
Blair volvió a apuntar al punto rojo y antes de que soltará la última flecha que tenía en su carcaj, la castaña se posicionó detrás de ella guiando sus brazos de la forma correcta en el arco de la chica. La pequeña princesa sintió sus mejillas calentarse al sentir el cuerpo de la Reina pegado al suyo. La benévola acerco su boca al oído de la hermana de Caspian.
—Sueltala —susurró Susan en su oído, causandole un escalofrío a la princesa antes de hacerle caso.
La sonrisa de Susan se asomó al ver que lo había logrado. Blair giró su cuello, encontrandose con el rostro de Susan a centímetros del suyo.
—Gracias —murmuró la princesa.
—¿Me dirías el porqué de tu enojo?
La mencionada se separó de la Pevensie y miró al suelo. Sonrió arrogante y volvió a mirarla.
—Simple. No me gusta que me reconozcan por mi hermano. Me llamo Blair.
—Qué lindo nombre. —Sonrió mirandola cuál lobo a su presa.
—Gracias. Debo irme. —Recogió su espada y se marchó de ahí.
Susan la observó mientras se iba trotando.
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—¡Hey!, ¡Blair! —vociferó el pelinegro llamando la atención de su hermana. Tenía sus dos manos en su boca, creando eco.
Los cuatro Reyes de Antaño se encontraban de pie frente al príncipe Caspian. Él quería presentarles a su hermanita.
—Hey... Cas. —Sonrió con incomodidad.
Caminó hasta su hermano encontrandose con la hermosa chica con la que se había cruzado y tenido una charla y tres adolescentes más.
"Una Reina de Antaño no vendría sola" Pensó Blair.
—Permitanle presentar a mi hermana menor, Blair. Blair, ellos son los Reyes de Antaño. —Blair fingió sorpresa—. Él es... —lo interrumpieron.
—El gran Rey Peter, el magnífico —finalizó el chico rubio, besando el dorso de la mano de la princesa.
—Quizá tenías que haber omitido lo de magnífico —dijo Blair haciendo reír al Monarca, su hermana le había dicho lo mismo cuando conocieron a Q.A.
—Sí, bueno... —prosiguió Caspian, separando las manos del rey y la princesa al instante de mala gana—. Él es el rey Edmund —señaló con la mirada hacía el castaño que sonrió—, la reina Lucy —señaló a la niña, que saludo alegre—, y ella...
—La reina Susan, la bénevola... Ya sé.
—¿Cómo?
—Nos hemos cruzado —respondió la ojiazul—. ¿Cierto linda? —Blair asintió, ocultando su enrojecimiento en sus mejillas.
Los dos Pevensie menores se miraron cómplices. Ellos comprendieron la situación.
Susan, que estaba más alejada del resto de sus hermanos, guiñó el ojo hacia Blair, ella tapó su cara con sus manos ocultando sus rosadas mejillas.
