El gran salón de Cair Paravel estaba iluminado por candelabros colgantes y decorado con guirnaldas de flores frescas. La música resonaba en el aire mientras nobles y cortesanos de Narnia se reunían para un baile real. Edmund Pevensie, el rey de Narnia, se encontraba en el centro del salón, pero su mirada estaba fija en Mina, quien estaba siendo cortejada por otro noble.
Mina, con su elegante vestido de seda y su cabello oscuro recogido en un elaborado peinado, estaba radiante. Bailaba con gracia y conversaba con amabilidad, atrayendo la atención de muchos caballeros. Edmund apretó los puños, sintiendo una punzada de celos que no podía controlar.
Observó cómo Mina se reía con el noble que la acompañaba, y el sentimiento de celos se intensificó. No quería admitirlo, pero no podía evitarlo. Finalmente, la música se detuvo, y el noble le hizo una reverencia a Mina antes de alejarse.
Edmund aprovechó la oportunidad y se acercó a Mina, su expresión seria.
-Mina, ¿puedo hablar contigo un momento?
Ella asintió con una sonrisa, aparentemente ajena a los sentimientos de Edmund. Se alejaron del bullicio del salón y encontraron un rincón más tranquilo.
-¿Qué sucede, Edmund? -preguntó Mina con curiosidad.
Edmund no pudo evitar mostrar su preocupación.
-Mina, he notado que estabas pasando mucho tiempo con ese noble. ¿Hay algo que deba saber?
Mina lo miró con sorpresa.
-Edmund, no hay nada que debas preocuparte. Solo estaba siendo cortés y conversando con él.
Edmund se sintió aliviado por un momento, pero no pudo evitar seguir preguntando.
-¿Estás segura de que no sientes nada por él?
Mina suspiró, sintiéndose un poco frustrada.
-Edmund, él es solo un amigo. No siento nada más por él que eso. Mi corazón ya tiene dueño.
El corazón de Edmund dio un vuelco ante esas palabras.
-¿Tienes a alguien en tu corazón, Mina?
Ella sonrió con ternura y tomó la mano de Edmund.
-Sí, Edmund. Mi corazón te pertenece a ti.
Edmund sintió un alivio abrumador y una sonrisa se extendió por su rostro.
-Mina, no sabes cuánto me alegra oír eso. Tenía celos, y no pude evitarlo.
Mina se acercó a él y lo abrazó con cariño.
-Edmund, no tienes razón para estar celoso. Mi corazón te pertenece por completo, y siempre será así.
Los dos regresaron al salón de baile, esta vez juntos, y bailaron con alegría y amor en sus corazones. Edmund había aprendido que no tenía motivos para sentir celos, porque Mina lo amaba a él y solo a él. El baile en Cair Paravel se convirtió en una celebración de su amor y su compromiso mutuo.
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what, yo subiendo nuevos one shots? no se acostumbren
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Narnia, one shots
Fanfic𝕷𝖆𝖘 𝖈𝖗𝖔𝖓𝖎𝖈𝖆𝖘 𝖉𝖊 𝕹𝖆𝖗𝖓𝖎𝖆 Historias cortas con los personajes de Las Crónicas de Narnia, donde tú eres la protagonista. (Sin editar).