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✞︎ OUIJA ✞︎

Octubre 13, 2020

— Hola Ari.—  la castaña esbozó una sonrisa triste. Mantenía su mano entrelazada con la del platinado, quién le brindó algo de apoyo.

Era la primera vez en cinco semanas que salía de la casa después de la muerte de su madre. La chica no hablaba con nadie, más que con su novio.

— Peyton, que alegría verte de nuevo. — la pelirroja abraza a su amiga cuando la ve frente a su puerta.

El abrazo la hizo sentir algo confiada. La reconfortó por un momento y luego al separarse la acompañó a qué saludara a su esposo. — ¿Cómo han estado estos días?

Ari mira al chico que acompañaba a su amiga.— Todo bien, cada vez mejor.

Miró a su novia de una tierna manera.— Si, ya empecé a comer bien.

Peyton se sentó en el sillón, donde poco después apareció el esposo de su mejor amiga.

—¡Peyton!—  exclamó feliz al verla.— Que alegría verte aquí.— se acercó a su amiga donde la abrazo con cuidado.

— Me alegra verte Guarnizo.— la castaña se separó un poco de el y tomó la mano de su novio, quién se encontraba sentado junto a ella.

— Veo que no te dejaron sola.— exclamó Juan mirando al platinado.

— Si... Germán no quería irse y dejarme sola. Algo que agradezco, sino me hubiera hundido.— respondió Peyton mientras miraba al chico y acariciaba la mano de el.

— Que tierno.— Ari llamó su atención, mientras que ella posaba su mirada en la linda pareja.

— Oye Rode, ¿estás listo para el chupi?—  preguntó el de anteojos mirando a su amigo.

— Es muy probable que no tomé mucho.— comentó con aquel acento marcado que tiene.

— Bueno, los chicos no tardan en llegar. Vayan organizando las cosas allá arriba.— Ari se levantó del sillón y se dirige a la puerta que daba a la cocina.— ¿Desean algo de tomar?

La pelirroja miró a sus amigos.— Deja te acompaño.

Peyton se levanta de su asiento y se dirige a la cocina con Ari.

Germán y Juan de quedaron solos, donde el mayor aprovechó y le preguntó unas cosas al platinado.

— Peyton, ¿en verdad se siente mejor? — preguntó Juan mirando a la cocina por dónde se fueron las dos chicas.

— Ha estado mejorando, al inicio no quería comer, no quería hacer nada. Poco a poco la alenté. En las noches tiene muchas pesadillas, le cuesta dormir y algunas veces todavía llora.

Germán agacha un poco la cabeza, soltando un suspiro exhausto. Le costaba ver a Peyton así de triste.

— Bueno, me alegra saber que está volviendo a comer, y que ya quiso salir de casa.

Juan posa su mano en el hombro de Germán dándole apoyo. Era difícil no ver la alegre Peyton que todos conocían.

Hace un mes atrás la madre de Peyton fue asesinada en una balacera. La chica había tenido una pequeña pelea con su madre, que causó que se fuera de su casa, donde tiempo después Peyton recibió la terrible noticia de que su madre murió.