28. Chris Evans.

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NOTA: Si no quieres tener hijos, o algo parecido, solo ignora el imagina. No hate, hay gente que sí quiere tenerlos. Y se respeta, igual que a lxs que deciden no tenerlos. 

Chris y tú llevaban ya tres años juntos. Y, eran bastante felices.

Pocas veces había peleas, y eso era porque siempre sabían como resolverlas. No hacían caprichos, no había berrinches. Solo se tomaban unas horas para calmarse, y después lo hablaban. Finalmente, confesaban que los había molestado, y entonces todo terminaba bien, arreglando el problema. 

Aunque, claro, normalmente tardaban bastante en el diálogo, pero, todo estaba bien al final, así que no había de que preocuparse. 

Pero, ahora, en este momento. Tú estabas preocupada. Pues tu periodo no había llegado, y sentías nauseas, así que rápidamente pensaste en un embarazo. Para tu buena suerte, siempre se te habían antojado dulces, o ese tipo de cosas, toda tu vida. Así que para Chris era normal que quisieras comer algo específico, o que te levantaras en la madrugada por algo de cenar. 

Para ti no. Conocías tu cuerpo, y aunque te negabas a aceptar esa posibilidad, sabías que era la que tenía el porcentaje más alto. 

No es que no quisieras un hijo con Chris, de hecho, amabas la idea. Pero, tenías miedo. De no ser buena madre, de que el descuido hacia Evans llevara a que te dejara. No temías por el amor que el bebé tendría, sabías que Chris lo amaría sin importar qué, pero, te daba miedo que no soportara la vida junto a ti. Y no por quedarte sola, sino porque de verdad lo amabas, más que a nada en el mundo. 

—Hola, preciosa—saludó sentándose en la mesa y bebiendo el café que le habías servido—. ¿Todo bien? 

Asentiste sonriendo, era el día. Le dirías a Chris. 

—Sí, todo perfecto—bebiste jugo de naranja. El café podía o relajarte o ponerte más ansiosa, y por ello, creíste que beber jugo era lo mejor para la ocasión—. Chris... tengo que hablar contigo. 

La mirada del rubio se tornó nerviosa. Miles de ideas pasaron por su mente, y todas eran malas. En una de ellas, confesabas que habías quedado encantada con Hiddleston, y que lo dejarías por él. 

—Claro, nena, habla—su voz no tembló, pero su pierna comenzó a moverse de forma impaciente—, te escucho. 

—Últimamente, me he sentido un poco... extraña y diferente—evitaste usar la palabra "mal", sabías que eso solo lo iba a preocupar más—. Chris, yo, he tratado de procesarlo en mi mente, y ayer tomé una decisión importante. Compré algo que necesitaba y ahora... 

—¿Vas a dejarme?—preguntó con los ojos cristalizados—. Es eso, ¿no? 

De inmediato te asustaste y comenzaste a negar con la cabeza. No... demonios, no... él era el hombre perfecto. 

—No, amor, claro que no. ¿Por qué dices eso? 

Chris se relajó. Dejo que una lágrima recorriera su mejilla y la limpió rápidamente. Soltó una risa pequeña y te miró. 

—Lo siento, lo siento. Es solo qué... he visto como estás de alegre con mis compañeros, y me llena de temor perderte, _____, es todo. 

Sonreíste con ternura. Pero, no olvidabas el tema principal. 

—Chris, amor... no te voy a dejar, pero es importante que sepas esto—ahora el rubio te miró confundido. 

—¿Todo está bien? 

Tomaste aire. No ibas a alargarlo más. Así que le rogaste a Steve que te diera valentía para decirle a tu novio lo que estaba pasando. 

—Estoy embarazada —soltaste mirando directo  a sus ojos. 

Chris se puso serio un momento. Se notaba sorprendido. Te miró con esa expresión durante unos minutos, pero luego, sonrió. Sus ojos volvieron a cristalizarse, pero ahora por alegría. Se levantó y se acercó a ti. 

—Nena, es el día más feliz de mi vida—te besó con amor. Con tanto amor. Y entonces te abrazó. 

Estaba llorando de felicidad, y tú soltaste algunas lágrimas también. Esperabas que su vida con su bebé, niña o niño, fuera hermosa. 

Y de hecho, así fue. 

END

Para: @itslarrybiebs

Este es tu pedido. <3 

Por cierto, a la gente nueva que lee este libro. Bienvenidxs sean.

Chris Evans. |One Shots, Imaginas|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora