4. Steve Rogers/Eddie Brock

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Había llevado a muchos otros superhéroes a vivir en el complejo, no permanentemente, solo por unos días, en lo que le encontraba un hogar y los hacía sentirse en casa, la verdad era que viajaba por muchos universos, y traía a cuantos podía.

Pero, a Steve le estaba cansando de cierta forma, antes, al ser su amor platónico, tenía todo el tiempo para él, pero ahora, se enfocaba en los nuevos, que llegaban más seguido de lo que todos hubiesen querido. Aunque Tony no se quejaba mucho, al final, le agradaba ver que empezaba a ser más sociable.

—Bueno, lindura, ¿qué hay de nuevo? —preguntó Iron Man refiriéndose a que la chica no había salido a otros universos desde hace un mes. Por obvias razones, Steve estaba de buen humor.

—Pues, en realidad no hay mucho... no he querido salir porque hasta ahora nadie necesita mi ayuda. ¿Cómo están Peter y Wanda? Oí que se están llevando bien.

Tony asintió.

—Muy bien, de hecho, parece que ya saben que son hermanos de alguna forma.

— ¿Y Erik? — _____ había sentido que Magneto necesitaba mucho cariño, así que le dijo lo de Peter, y él solo dedujo que Wanda era su hija. Los tres se estaban llevando bien, aunque Erik no era el mejor socializando.

—El tipo del metal está... bien. No tiene pensamientos criminales o algo así, solo es él.

—Me alegra oír eso—_____ se levantó y le regaló un abrazo a Tony. Pues, antes de que los demás se enteraran que todo era por el bien de esos otros héroes, estaban en contra de todo, en especial de los X-men, pues eran varios. Pero, Stark no, él siempre la apoyó—. Vuelvo luego, tengo que ayudar a Steve.

_____ llegó al gimnasio. Estaba lista para ayudar al Capitán América, pues quería probar unas nuevas técnicas de ataque, y nadie, ni siquiera Bucky, quería ser su sujeto de prueba. Así que _____ decidió serlo ella, aunque, Steve tendría que ser cuidadoso, pues no quería hacerle daño a la chica, y menos ahora que había aceptado que estaba enamorado de ella.

—Hola, Steve —saludó ella y se quitó su chaqueta de cuero —. ¿Listo?

El rubio sonrió al verla.

—Yo siempre, ¿y tú? —ella asintió y caminaron a la colchoneta.

—No quiero hacerte daño, Steve —se burló ­­_____

—Lo mismo digo, _____.

Ambos comenzaron a pelear, aunque _____ se defendía más que atacar en realidad, pues solo estaba ahí para que Steve comprobara la eficacia de sus ataques nuevos. Llevaban alrededor de cuarenta minutos peleando, y ninguno de los dos se había cansado aún, aunque _____ sentía que su cuerpo comenzaba a traicionarla.

Steve le lanzó una patada que debería darle en las costillas, pero, antes de que pudiera defenderse o esquivar el golpe, lo hizo sin querer, pues escuchó un sonido terrible, no sabía con exactitud qué frecuencia era, pero a ella la estaba dañando igualmente.

Se tiró al suelo cubriéndose los oídos. No podía soportar esa frecuencia, y no sabía por qué. Solo le había pasado una vez, pero había aprendido a controlarlo y a proteger su mente de ello.

— ¡_____!—gritó Steve y se acercó al suelo con ella —. ¿Estás bien?

Ella negó.

Cerró los ojos y se dio cuenta de que estaba conectada con alguien, aunque aún no sabía su nombre, era él el que sufría por esas frecuencias.

Chris Evans. |One Shots, Imaginas|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora