18. Chris Evans/Duque de Hastings

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Nota: Inspirado en la serie de Netflix: Bridgerton.

La señorita ______ se encontraba agobiada, estaba enamorada, sí, pero no de aquel príncipe.
Lamentablemente, ella estaba enamorada de dos personas, y eran totalmente distintos.
Para empezar, Chris Evans. Un duque desde luego, y sin duda alguna, era perfecto para ella, pues tenía una sonrisa encantadora, un cuerpo bien tonificado, y unos modales envidiables.

Y después, el famoso duque de Hastings, Simon. El duque era todo lo que una mujer podría querer, claro. Pero él había dejado clara su intención, no casarse jamás, y para ello pidió la farsa. El fingir que estaba interesado en la señorita De Lagardere fue un total éxito, y de hecho, funcionó. Aunque, si bien terminaron enamorados, él no se esperaba que ______ tuviera interés en el impecable Chris Evans.
Así que, todo salió bien para ella, en parte; y bien para el duque, en parte.

Nadie estaba satisfecho del todo.

Simon se había interesado en Daphne Bridgerton, pero, ella estaba algo encantada con el príncipe, que, por cierto, se encontraba en una especie de triangulo amoroso, pues muchos decían que se veía mejor con la señorita _____, y otros que le iba mejor Daphne. Pero, ¿quién lo sabe en realidad?  

Esta noche se haría un baile, uno que seguramente sería muy útil para aquella escritora que publicaba todo lo que ocurría en la zona. Al parecer la gente estaba emocionada por el evento, pues, la reina estaría ahí, acompañada de su sobrino, y desde luego que la señorita De Lagardere iría, igual que Evans y el duque. O todo sería una obra de arte visual, o un desastre. 

—¿Está segura de querer asistir, señorita _____? —le preguntó Niles, su mayordomo. 

—Claro que sí, Niles. Amo los bailes y lo sabes. Estoy esperando a que sea buen momento para hacer una aparición, y este es el perfecto.  Además, se supone que debo elegir con quien me debo comprometer —esto último, lo dijo con algo de tristeza, pues, le hubiese gustado más disfrutar de su vida, y no solo casarse con la persona que más le gustase, quería un noviazgo, y de ahí, pasar a ser algo más, pero lo quería con tiempo... no con prisa. 

Niles sabía eso, y por eso le sonrió dándole apoyo. 

—Anímese, señorita, pronto podrá casarse, y callar la boca de ciertas damas que no merecen ese nombre por lo crueles que son —le entregó sus guantes blancos con encaje—. De pende de lo que decida, podría ser una duquesa, o una princesa. Aunque, si me lo pregunta, para mí usted es ambas sin necesidad de un esposo con dicho título. 

_____ sonrió con ternura, Niles era, sin dudar ni un segundo, el mejor. Pues siempre había sido amable con la familia De Lagardere, y en especial con aquella señorita, que era como una hija para él. 

Ambos salieron, pero solo la joven subió al carruaje, ella se sentó, y acomodó su vestido, que por cierto, era un verde precioso y que, sin duda alguna, le lucía de forma preciosa. Estaba segura de que ese corsé le daba una cintura ideal.  No, no inexistente, pero sí ideal. 

(. . .) 

Pronto, _____ llegó al salón. Las miradas de gente amable como Penélope se posaron en ella, y se gente envidiosa también. Muchas jovencitas deseaban ser como la menor de los De Lagardere, esto por su presencia y seguridad, y esos ojos marrones que ante el sol, eran aun más hermosos. 

Sin perder tiempo, el duque, Christopher, se acercó a ella. 

—Luces hermosa —le dijo sonriendo —. Me alegra que hayas venido. 

Ella asintió. 

—No me perdería por nada este baile, duque. Me siento totalmente agradecida de que me haya invitado. 

Antes de que otra palabra o frase pudiese ser pronunciada, una bella melodía comenzó a sonar, ambos jóvenes se sonrieron. 

—¿Baila, señorita ____?

—Desde luego —respondió con amabilidad. 

El rubio colocó una de sus manos en la cintura de la jovencita, y la otra tomó su mano. Mientras tanto, ella colocó una en su hombro, y la otra fue a su lugar correspondiente, la mano del señor Evans. 

La melodía comenzó a tomar velocidad y ritmo, y, aunque había más gente bailando, ellos eran el centro de atención. Pues los movimientos suaves, pero fluidos, los hacían ser los más expertos, y los que más resaltaban. Esa melodía era mágica.                                                                          Pues los dos, sin saber exactamente como, comenzaron a dejar de sonreír de forma forzada, y se miraban a los ojos. Sonrieron sinceramente, y el baile fue aún más hermoso.                                      En todos los años que Daphne había asistido a bailes, jamás vio a nadie bailar con tanto amor hacia su acompañante. Era evidente, ambos se atraían, y más de lo que alguien podía pensar.

En los ojos azules del hombre, ella se perdía, y en los ojos marrones de la joven, él miraba un futuro. No, no quería quedarse soltero, no quería tener fama de ningún tipo; solo quería quedarse con aquella chica preciosa, con _____, porque lo había conquistado, se había enamorado. Y, no podía negar que, era la mujer más hermosa que había visto en toda su vida. 

—Cásate conmigo, _____—pidió deteniendo su danza. 

—¿Qué?—preguntó con asombro. 

—Por favor, ____. Sé mi esposa. 

Ella estaba asombrada. Él estaba emocionado, y Simon... estaba observando, desde lejos, pero con un enojo notorio.

—Di que sí —le susurró sonriendo—. Dime que sí, _____, te prometo que, sin importar qué, me voy a quedar contigo siempre. 

¿Qué responderá la joven? 


EEEH AL FIN SUBÍ ALGO.

Pregunta para interactuar: ¿Han visto esa serie, Bridgerton? 

Yo sí, obvio. La amé, su soundtrack y todo. Es arte para mí. 

Pregunta para interactuar 2: ¿Vieron que Tom Holland y Zendaya están juntos? Yo no puedo con la emoción :3


Nos vemos gente linda :3 





Chris Evans. |One Shots, Imaginas|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora