𝐄𝐥 𝐏𝐨𝐝𝐞𝐫 𝐃𝐞𝐥 𝐀𝐦𝐨𝐫 (𝐓𝐚𝐞𝐠𝐢) #𝟐

Destinado A Sufrir

Min Yoongi

Esta era una de más cosas que más miedo me dan, no saber que pasaría conmigo, con mi vida o con todo lo que podía llegar a sentir.

Era un déjà vu, estaba en una habitación médica tenían un dolor punzante en mi cabeza solo que esta vez el doctor no dijo las palabras que quería escuchar.

—No te esfuerces que has perdido un riñón— Él había anunciado eso de una forma tranquila.

Mi corazón se detuvo y vi la cicatriz gigante muy por debajo de mi cintura.

—¿Que han hecho? — Pregunte con la voz quebrada.

Ese doctor me miró fijamente y se burló.

—Agradece que sigues vivo, quizá necesitemos otro órgano de tu cuerpo, han pagado muy bien por tu riñón — Anunció firme y se acercó a mí.

—Aléjate... de mi—Traté de moverme pero el dolor era más fuerte que grite por eso.

Pero sus manos me tomaron del hombro y luego inyecto el sedante en mi cuello sentía como el dolor desaparecía, mis párpados pesaban y mi mente se nublaba.

Otra agonía más a mi lista, el tiempo en ese lugar era inquietante había pasado una semana y aún me encontraba en esa camilla, había recibido atención médica pero nada aliviaría el dolor mental que sentía, extraña a Kim Taehyung y no sabía nada de él, la última vez que lo vi estaba detenido por Kim Namjoon.

«¡Kim Namjoon!»

Él había sido el culpable de que nos capturan ahora mismo lo odiaba a él, a Park Jimin, incluso vi a Jungkook y Hoseok.

«¿Que no estaban en la cárcel?»

"Si jefe esta despierto" Escuché la voz del doctor que me había atendido por una semana.

Otra vez la sensación de que ya había vivido ese momento me acechaba y cerré los ojos.

—¡Pero esta durmiendo!— Escuché como se quejó.

Había reconocido la voz de ese hombre era el que nos recibió la primera noche, de nombre Massimo.

Pero pronto sentí que vino hacia mi y me sacudió desde los hombros.

—¡Despierta! — Gritó y tuve que hacerlo.

Vi sus ojos negros, nada igual a los de mi Hyung.

—Ok...

—Mmm.. Min Yoongi no sé que tienes pero tu cara es muy bonita—Informó y ese comentario me causó asco.

—Tu noviecito esta como un desquisiado matando a nuestros socios, es un terco no quiere aceptar nuestro trato así que le enviare una foto tuya para que sepa que no te hemos matado aún— Él me tomó de las mejillas y las apretó.

Trate de soltarme de su agarre pero me sacudió con fuerza, tomo su smartphone y saco una foto.

[Advertencia la siguiente narración es de contenido sensible, se recomienda discreción]

—Mi primo es demasiado tonto para pensar que te entregaremos a él— Me dijo burlón y yo no aguanté las ganas de golpearlo.

Use todas mis fuerzas y mi puño fue a su rostro pero él rápidamente llevó sus manos a mi cicatriz.

Aún tenía los hilos a la vista, así que al tirar de uno me hizo chillar de dolor.

—¡Comnigo no funciona la piedad! — Informó firme.