Capítulo 27

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Perdóname por no cumplirte este deseo.

De por si Emma ya lo sabía, pero daba miedo que un hombre se lo dijera con tanta ambición.

- Me comprometí a tener cada miembro femenino de tu familia, no sabes cuanto esperé por tu llegada.

- ¿Por qué no solo me tomó un día en el que estuviera sola y ya?

- Esa es una buena pregunta, pero fue gracias a tu mamá.

- ¿¡M-mi mamá?!

- Ella daba misiones extra, mientras yo te daba más tiempo de libertad. Esa era nuestra promesa, pero en el momento de que ella dejara de servirme, iría por ti.

- ¿¡D-DEJARA DE SERVIRLE?!

- Oh, no tienes porque exaltarte, tu mamá sigue viva. Pero dejará de estarlo si sigues negándote a venir conmigo, tómalo como si su vida estuviera en tus manos. - Lo decía con tanta tranquilidad, como si fuera algo de todos los días. 

Emma abrió sus ojos con terror.

- Así que...¿Aceptas ser de mi propiedad? - Preguntó Lewis con una larga y retorcida sonrisa intimidante. - Estarás todos los días junto a mí y me obedecerás, harás las misiones que te pida, y serás completamente mía. Pero no te preocupes, recibirías comida y demás necesidades básicas.

Ella no sabía que decir.

- Porque te recuerdo que si no aceptas, ya sabes lo que sucedería. - Ahora él la tomó, la acorraló sobre la pared con fuerza y se acercó bruscamente. - ¿Aceptas ser mía?

Emma inmóvil, sus ojos estáticos en la nada reflejaban el miedo que tenía. Aún sin decir ni una palabra, él se acercó lo suficientemente a ella y comenzó a tocarla.

- No te resistas... - Susurró en su oído asquerosamente.

Sus lágrimas bajaban hasta caer en el suelo, ella ya sabía que no podría tratar de soltarse o escapar, cualquier movimiento que hiciera dependería de la vida de su madre. Tenía que dejarse, por ella.

Entonces él comenzó a besarle el cuello dejando marcas sin piedad.

Emma con el corazón y nauseas en la garganta, quería gritar y no podía.

- ¿Qué esconderás bajo estas lindas telas? - Analizó por unos segundos la ropa que llevaba puesta, una camiseta color salmón. La jaló hacia arriba con lentitud y una vez que estaba por sacársela por completo, se escuchó un golpe, la cabeza de Lewis pareció desconectarse con su cuerpo y automáticamente cayó al suelo, en inconciencia. 

Emma al verlo caer, no reaccionó. Aunque él hubiese quedado inconsciente, no formuló palabras, no movilizó ni una sola extremidad de su cuerpo. Estaba traumada. 

- ¡EMMA! - Una hermosa voz delante de ella la sacó de su trance. La peli naranja desorientada levantó su mirada y lo vio. Ray estaba mirándola con los ojos cristalizados y una sonrisa de alivio. Lanzó su bate a un lado, corrió hacia ella con rapidez para darle un fuerte abrazo. - ¿¡Estás bien?! ¿¡Te lastimó ese idiota?! ¡Lamento por haber llegado tan tarde! - Sollozaba él y fortalecía el abrazo.

Emma lentamente salió de su estado de shock. - ¿Ray? - Se separó levemente y tomó su rostro entre sus manos para determinarlo, al ver su bonito rostro Emma no pudo evitar llorar, pero esta vez de alegría. - ¡RAY! ¡ESTAS AQUÍ! 

- ¡Perdón por haber llegado tan tarde! ¿Te encuentras bien, Emma? ¿Alcanzó a lastimarte? - Preguntó él y se fijó en sus brazos. Estaban llenos de sangre seca y tenían las marcas de una cuerda gruesa y dolorosa y no era lo único. Ray se sintió culpable.

𝑶𝒑𝒖𝒆𝒔𝒕𝒐𝒔 / 𝑹𝒂𝒚𝒆𝒎𝒎𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora