─ nine!

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─¡¿Qué?! ─exclamó sorprendido Sunwoo por la declaración de Sunghoon, sus ojos parecieron salir de sus cavidades y su boca se abrió en su totalidad─. Es imposible...

Sunoo, desde antes de hacer uso de la razón, veía a Seeun como un ángel, era su heroína, quien lo defendió y lo apoyo en cada segundo de su vida; ella amaba ayudar a las personas y nunca le haría daño a nadie, mucho menos vengarse de manera tan despiadada solo por un tonto rechazo.

Eso pensaba él, sin embargo, siempre había una primera vez para todo.

─Sé que es muy difícil de creer, pero no te estoy mintiendo Sunie. ─el peli negro suspiró, no quería arruinar la relación que tenía su dongsaeng con su noona, sin embargo, era tiempo de que supiera la verdad─. Todo empezó cuando estaba terminando mi primer trimestre.

Sunghoon caminaba por los largos y calurosos pasillos del instituto por el clima que aportaba el mes de junio, el último mes de su primer trimestre

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Sunghoon caminaba por los largos y calurosos pasillos del instituto por el clima que aportaba el mes de junio, el último mes de su primer trimestre. Ya había culminado con todas sus evaluaciones, solo iba a entregar un ensayo para la clase de historia de la música que era lo único que le faltaba para terminar.
En sus audífonos resonaba alguna canción de un grupo de chicas que su hermana mayor, Sieun, le había recomendado y le terminó gustando, a tal punto de que se encontraba tarareandola sutilmente hasta que llegó al aula correspondiente en donde se hallaba su profesora de descendencia japonesa, Hirai Momo, en conjunto con una castaña bastante bonita de ojos amarronados saltones y pómulos resaltantes la cual desconocía, ambas hablaban de algún tema que no era de interés para el chico.

El castaño -en aquel entonces- se acercó a ellas, quitando los auriculares de sus oídos, haciendo una reverencia para disculparse por la interrupción, con una sonrisa que mostraba incomodidad y un poco de vergüenza─. Buenos días Momo sunbaenim, espero haber llegado temprano.

─Buenos días Sunghoon, siempre eres puntual conmigo. ─le dedicó una sonrisa dulce, muy característica de ella─. Dime, ¿Terminaste el ensayo? ─el joven asintió, quitó su mochila negra que ocupaba su hombro izquierdo, abriendo rápidamente el cierre de la misma para sacar su ensayo que se encontraba dentro de una carpeta para que no se mojase o se arrugase.

Se lo entregó a su profesora, la cual lo aceptó al instante, era de los mejores estudiantes de su clase y sabía mejor que nadie que él se merecía esa beca que le habían otorgado, por lo tanto, tenía conocimiento de la envidia que rondaba cerca del joven de tez nívea─. Perfecto, con esto finalizas con mi asignatura, sí deseas puedes retirarte ya. ─Sunghoon asintió, dió una reverencia para agradecer y se despidió de ambas féminas, salió del aula tranquilamente mientras era seguido por la castaña que antes había visto, la cual también había terminado con sus entregas a la profesora.

Seeun cursaba su segundo trimestre, de pequeña había sido adelantada un par de grados que no necesitaba puesto que demostró ser brillante en todo lo que se requería, por lo tanto, Sunghoon no había notado la existencia de la menor, en cambio ella sí debido a que él era conocido entre el alumnado como el becado. Ambos se detuvieron cuando estuvieron fuera del instituto, dispuestos a dirigirse a sus respectivos hogares, sin embargo, la castaña había dejado su billetera en su casa, en esta se encontraba su tarjeta de estudiante que usaba para poder subirse al autobús que la llevaba y su efectivo, haciendo que tampoco pudiese tomar un taxi. Maldijo entre murmuros casi imperceptibles por el chico, pero que fueron lo suficientemente claros para que la curiosidad lo carcomiese por un momento─. Hey, ¿Sucede algo?

─Solo dejé mi billetera, ahora tendré que ir caminando a casa. ─soltó un suspiro, haciendo que el castaño hiciese una mueca en sus labios.

─Puedo acompañarte, sí quieres claro. ─dijo con timidez en el tono de su voz, casi susurrando lo último.

─¿No sería mucha molestia?

─Claro que no. ─sonrió─. Soy Sunghoon.

─Yo Seeun, Yoon Seeun, es un gusto. ─luego de haber dicho eso, ambos comenzaron a caminar, con conversaciones cortas para animar el trayecto y conocerse más.

Lo que Sunghoon había hecho como un acto de amabilidad, Seeun lo había tomado como algo más, puesto que su corazón pareció acelerarse -y sus mejillas colorarse- luego de que la acompañase hasta la cuadra en la que se encontraba su hogar y se desapareciera de su campo visual al despedirse.

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Mixed Up ⌗ 𝘚𝘶𝘯𝘰𝘰 𝘢𝘯𝘥 𝘚𝘶𝘯𝘨𝘩𝘰𝘰𝘯 ꒱ ❜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora