Mixed Up ⌗ 𝘚𝘶𝘯𝘰𝘰 𝘢𝘯𝘥 𝘚𝘶𝘯𝘨𝘩𝘰𝘰𝘯 ꒱ ❜

─ eighteen!

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No tardaron mucho en llegar, el peli negro detuvo el vehículo y ambos salieron del mismo, el mayor sacó las pertenencias del rubio y tomó con sus manos las bolsas de sus compras, el menor se ofreció a ayudarlo pero éste le dijo que no era necesario. Se adentraron a aquel prominente edificio, Sunoo miraba su alrededor con curiosidad el lugar como sí fuera un pequeño, seguía los pasos de su hyung -ya que al parecer su apartamento se encontraba en la planta baja- hasta que detuvieron su caminar cuando llegaron, Sunghoon sacó las llaves del recinto, insertó la correspondiente en la cerradura y al girarla se abrió la puerta, el mayor se hizo a un lado para que el menor pasase.

El apartamento de Sunghoon era pequeño pero no en demasía, las paredes estaban pintadas de un color hueso decoradas con un par de cuadros y fotografías de él en conjunto con su hermana, sus padres o solamente él cuando era más pequeño, había una pequeña cocina -con una mesa de comedor hecha de mármol al lado- cerca de la sala de estar, que era lo más vistoso del lugar, muebles de cuero blanco, una pantalla plana de tamaño promedio y una mesita de madera con posavasos de muchísimos colores encima, era muy lindo a los ojitos de Sunwoo.

El mayor dejó las bolsas encima de la mesa del comedor y se acercó al menor, quien todavía analizaba su alrededor─. Hey, solecito ─llamó Sunghoon, sonrosando las mejillas del rubio cenizo por dicho apodo─, sí quieres puedes ducharte mientras acomodo la habitación de invitados para tí, el baño es la última puerta del pasillo. ─Sunoo asintió, tomando su maleta que había dejado a un lado de la puerta principal para sacar de ella lo que necesitara.

Cuando el rubio cenizo desaparece de su campo visual, camina hasta la mesa en dónde dejó los víveres y comenzó a guardarlos en los lugares en donde correspondieran, ya fuese en la alacena o en el refrigerador. Una vez termino, fue hasta su habitación y se adentró al baño que quedaba dentro de la misma para asearse rápidamente. Al estar listo se vistió con unos pantalones holgados de algodón de color azul cielo y una camiseta blanca sin diseño alguno, salió de su alcoba para ir a la que le correspondía dormir a Sunwoo, la puerta se encontraba semi abierta y pasó con parasomnia, encontrándose con una imagen que provocó una presión en su pecho.

Su dongsaeng, vestido con una camisa que le quedaba enorme y unos pantalones cortos a la mitad de sus muslos, se encontraba acostado de un lado, lagrimeando sobre la almohada, la cual abrazaba como sí su vida dependiese de ello. Se acercó hasta la cama y se acomodó de tal manera que su pecho chocaba contra la espalda del menor, esperando alguna especie de rechazo a tal acto, fue sorprendido al momento en el que el rubio se aproximó más hacia él, sintiendo su calor corporal al igual que un sonrojo por todo su rostro. Su llanto no duró mucho y cuando menos se lo esperaban, Sunwoo reposaba su cabeza sobre el pecho de Sunghoon, disfrutando de la cercanía que ambos tenían, de la respiración calmada de su hyung y su corazón apresurado.

─Hyung, ─lo llamó, ganándose un ujum de los labios del peli negro─ su corazón... Late tan rápido como el mío, y en conjunto con su respiración, es la melodía más hermosa con la que mis oídos se hayan deleitado... ─mencionó, provocando un incendio en sus rostros que ardían.

Sin darle tiempo de responder correctamente, un bostezo se escapó de los belfos brillantes de Sunoo, quien se acurruco aún más contra el cuerpo de Sunghoon, sintiendo como sus párpados empezaban a sentirse pesados.

Un beso en su frente fue una de las pocas cosas que sintió antes de caer en los brazos de Morfeo, así como también logró escuchar esa confesión que recibía en sus sueños más profundos y dulces─. Tú eres lo más hermoso que el destino haya puesto en mi vida, él dictaminó que serías aquello que me complementaría y me daría esa felicidad que solo los relatos hechos por los escritores más destacados mencionan en sus obras ─confesó─, te amo, con toda mi alma, vida y corazón y estaré dispuesto a dar cada parte de mí solamente para que seas feliz y te sientas protegido sí es que algún día me permites ser el dueño de tus suspiros, Kim Sunwoo.

Tal vez, solo en aquella ocasión, el destino dejaría sus fetiches que tenían que ver con el sufrimiento ajeno a un lado solo para que ese muñeco tan delicado se sintiera amado.

Consideró que el soft es una de mis especialidades (quiero creer eso) y, aunque no son perfectos, espero que les hayan gustado y que hayan sentido cierta ternura en su lectura.

Sin más nada que decir, nos leemos.