¡Epílogo!
─Sunggie hyung, se me hace tarde, debo ir a trabajar. ─dijo Sunwoo, acomodando la camiseta amarilla que formaba parte del uniforme que acostumbraba a usar y ponía su mochila indispensable en sus hombros. Su cabello rubio estaba adornado con pequeños rizos y se había maquillado ligeramente, Sunghoon había comentado que tenía una sorpresa para él y se había arreglado de antemano.
─Lo sé bonito, estaba buscando las llaves del auto, ya podemos irnos. ─aclaró el mayor, desarreglando su cabello con su mano derecha mientras se acercaba hacia el menor para halagar su apariencia, el cual agradecía con las mejillas pintadas tal cual un durazno fresco.
Una vez salieron del apartamento, y que Sunghoon se asegurase de que la puerta estuviese cerrada, se desplazaron hasta el estacionamiento, lugar donde se hallaba el vehículo del mayor. El peli negro le abre la puerta del mismo al rubio, quien luego de adentrarse le agradece el gesto caballeroso, sin embargo, su respiración se detuvo por un momento cuando el mayor le colocó el cinturón de seguridad como tendía a hacer, sus mejillas gritaban al ser sonrosadas nuevamente y su pulso se aceleró al conectar su mirar con el de su hyung. Una sonrisa dulce se plantó en los belfos de Sunghoon, el cual cerró la puerta y se dirigió a su asiento correspondiente. Mientras el mayor encendía la maquinaria del vehículo y partía del lugar, Sunwoo se dedicaba a observar las avenidas aglomeradas y al cielo coloreado de todo tipo de tonos azulados, dejándose perder entre sus pensamientos.
Había pasado exactamente una semana desde que se había hablado con Seeun, la cual necesitaba platicar con él seriamente, así que habían acordado en reunirse.
Una vez llegó el esperado día, la -ahora- castaña no dudó en disculparse sinceramente con su hermano por no medir sus palabras, confesando lo mucho que había añorado su presencia que hacía brillar cada instante de su vida durante su ausencia. Él, sin vacilar, también pidió disculpas por lo duro que fue con ella, siendo aquello con lo que sus almas se sintieron en paz nuevamente.
Seeun, aprovechando que Sunghoon también había asistido a su reunión, suplicó el perdón del mayor por la falta de madurez en sus acciones del pasado, el peli negro lo aceptó, diciendo que entendía el porqué las hizo y que no la culpaba, además, hizo el acto de informarle que ya se había aclarado que él no era un casanova a través de un artículo rápido en la sección de farándula de la página del instituto, llenando de lágrimas y de dicha el rostro de la fémina.El sutil roce de la mano del peli negro con su hombro liberó a Sunoo de su ensoñación, dándole a entender que habían llegado a su destino. Desabrochó el cinturón de seguridad y se levantó del asiento del copiloto, al cerrar la puerta se dirigió hasta la entrada del establecimiento, el portal de cristal al ser abierto hizo sonar aquella campanilla que anunciaba a los trabajadores la llegada de alguien nuevo.
Una cabellera teñida recientemente de negro salió del área de descanso, saludando dulcemente a ambos jóvenes que habían entrado─. ¡Sunnie, buenas tardes! Veo que trajiste a Sunghoon contigo, hola Hoonnie. ─la peli negra le guiñó un ojo al más alto, acto que no pasó desapercibido por Sunwoo, el cual no le dió más importancia de la debida─. El local hoy no recibirá gente, alguien lo reservó para realizar una confesión de amor, así que debemos encargarnos de aquello nosotros dos, pero antes platiquemos un poco, ¿Cómo les fue en la audición?
─Nos fue bien, todavía no nos han contactado para confirmar sí seremos parte de la empresa, pero los siete dimos lo mejor de cada uno, así que solo nos toca esperar. ─una sonrisa se instaló en los labios del rubio, contagiando al mayor para repetir su acción.
Sumin, enternecida, les preguntó acerca de cómo iban sus estudios mientras buscaba lo necesario para acomodar la mesa en donde se sentarían los tortolitos. Sunwoo colocó los objetos correspondientes a órdenes de la fémina, un mantel de color rosado y un florero colorido con rosas de distintos colores en el centro.─Sunghoon, sí no es molestia, ¿Puedes colocar este plato en esa mesa? Debo de encargarme del pedido principal. ─el peli negro asintió y realizó lo que fue pedido.
─¡Son macarrones de chocolate y menta! Que buen gusto tiene la persona que recibirá la confesión. ─comentó Sunoo, haciendo que el mayor negara con la cabeza al notar el candor del menor─. Noona, ¿Cuándo llegarán? Estoy emocionado y no es para mí la declaración.
─En cualquier momento solecito, mientras tanto siéntate en la mesa de la pareja, no creo necesitar tu ayuda por los momentos. ─asintió y procedió a tomar asiento en una de las dos sillas de madera que se hallaban en conjunto con la mesa.
─Hoonnie, ayúdame. ─a pasos apresurados, Sunghoon caminó hasta el área de la cocina, tomando la bandeja con una rebanada del pastel que tanto esfuerzo había hecho la peli negra.
─Sunwoo te ama, no tengo ninguna duda de que aceptará tus sentimientos, no estés nervioso. ─le aseguró, colocando una cereza sobre la crema batida que decoraba dicha porción y le dió un ligero empujón para que volviera con el menor mientras le daba ánimos en un tono de voz bajito.
El mayor, al soltar un suspiro, dejó con suavidad la bandeja en frente del rubio, el cual leyó aquella frase alrededor del postre hecha netamente de chocolate─. Sunnie, me gustas... ¿Hyung? ─lo miró, ligeramente confundido al leer su apodo en el platillo, ¿No era para alguien más?
─Sunoo, desde el primer instante en que te ví y sentí como animales de distintas especies lograban hacer una estampida en mi estómago, supe que serías indispensable para mí. ─aclaró su garganta a la par que jugaba con sus dedos─. Llenaste mi mundo de amor y de felicidad, alejando a la soledad, quien había sido mi única compañía desde que empecé a vivir en Seúl y es algo que siempre te agradeceré. ─Sunwoo sonrió─. Decirte cuando y cómo me empezaste a gustar para mí es algo indecible, sin embargo, estoy seguro de estar enamorado de tí, Kim Sunwoo, me gustas y deseo que seas mi novio. Sí no sientes lo mismo lo comprenderé y seguiremos siendo amigos- ─no pudo completar la última oración debido a que el rubio se levantó de su lugar y dejó un beso sutil sobre sus belfos, sonriéndole.─Hyung, usted también me gusta... ─dijo, entrelazando las manos del peli negro, el cual parecía que sus orbes saldrían de sus cavidades, con las suyas.
─Estoy confundido, ¿Cómo te puedo gustar? Sí todo el instituto me ha puesto como un patán desde un principio...
─Siempre supe que todos esos rumores eran falsos, sus ojitos me lo dijo cuando los conecté con los míos, eso fue lo que me incitó a acercarme y fue inevitable que, entre más lo conocía, más amor comencé a sentir hacia usted, así que deje de decir estupideces. ─lo miró, tratando de verse enojado, fallando torpemente en el intento. Sunghoon soltó sus manos y las colocó sobre la cintura del menor y lentamente acercó sus rostros para unir sus labios, los cuales desde hace un tiempo deseaban juntarse al igual que las piezas de un rompecabezas. Sunoo, sorprendido por aquello, se limitó a seguir el compás que llevaba el de cabellos negros luego de poner sus manos en forma de puños sobre el pecho del más alto.
El beso era dulce, sin prisas, candoroso, lleno de todas esas palabras tiernas que no lograron salir de sus bocas, era simplemente etéreo. El acto de amor fue interrumpido al escuchar los vítores de cierta fémina que se encontraba por allí, la cual se encontraba feliz de que el rubio consiguiera lo que tanta falta le hacía.
Un amor incondicional.
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Mixed Up ⌗ 𝘚𝘶𝘯𝘰𝘰 𝘢𝘯𝘥 𝘚𝘶𝘯𝘨𝘩𝘰𝘰𝘯 ꒱ ❜
Fanfic- ', 별안간 ꒱ ↷♡ ─Estoy confundido, ¿Cómo te puedo gustar? Sí todo el instituto me ha puesto como un patán... ➳ Aún cuando Park Sunghoon estuvo rodeado de chismes de todo tipo, Kim Sunwoo no pudo evitar enamorarse de él. ㅤㅤㅤㅤ . ⊹ . ✧ . * . ˚ ·...