왕자 13: Latigo 왕자

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Felix se sorprendió y le dio una mala mirada a su padre. ¿Acaso quería matarlos? Ese hombre estaba definitivamente mal de la cabeza. No quería que hirieran a Jisung, pero este parecía no querer dejar la competencia.

El primero de los participantes pasó, y se quitó la camisa. Tenía una espalda fornida, y se veía confiado. Pero en cuanto empezó, solo logró aguantar diez golpes justos. Tenía la espalda con algunos moretones y heridas no muy graves, pero se veía doloroso.

Felix simplemente apartó la mirada, intentando no vomitar. Y así, pasaron todos, hasta que fue el turno del peli negro. Se quitó la camiseta y se puso de espalda al hombre del látigo. Se veía fuerte, su piel no era tan blanca, pero ya había barias marcas en esta. Felix trago duro, realmente no quería ver aquello, pero tenía demasiada curiosidad.

Entonces comenzó. Un golpe, después otro y otro. Jisung no se quejaba, dolía como la mierda, pero eso no era nada comparado con el dolor de ver al príncipe infeliz. No se dio cuanta cuando ya llevaba más de diez golpes, incluso su espalda estaba sangrando, entonces reaccionó. El hombre dejó de darle con el látigo al ver las heridas, y que el chico no tenía intención de decir nada.

Algo sorprendido, Jisung se volvió a poner la camisa, sin decir nada. Felix apretaba su puño con fuerza, le había dolido más a él que al propio Jisung.

Los últimos participantes que quedaban se pusieron en fila. El rey se puso de pie, sonriendo sin pudor.- Bien, los siete participantes que quedan, pasan a la siguiente ronda. Esto es todo por hoy.- hablo fuerte, y luego se retiró junto con su esposa.

Felix se quedó sentado en su lugar, sin saber bien que hacer. Una de las mujeres le avisó de que entrara, y obedeció de forma despistada. Encontró a Sana a un lado del pasillo, y se acercó a ella, susurrándole algo en la oreja para que solo ella escuchara.

- Trae a Han a la biblioteca.- le dijo serio, luego siguió caminando por el pasillo hasta la segunda planta.

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Los participantes y la gente se habían empezado a disipar. Jisung iba a marcharse también, porque su espalda comenzaba a doler más, pero fue detenido por una mano. Cuando miró, vio a Sana.

- Ven.- dijo ella, guiándolo por una puerta lateral sin ser vistos por nadie.

Caminaron por dentro del edificio, que parecían las zonas de empleados. Subieron por unas escaleras bastante alejadas, y dieron a parar a un largo pasillo, vacío. Lo reconoció enseguida, porque ya había estado allí, con el príncipe.

La chica le llevó frente a la puerta de la biblioteca, y le indicó que entrara. Asintió, y abrió la puerta, Sana la cerró después, dejándole algo descolocado. Pero al mirar al frente, y encontrase con la silueta del rubio junto a la ventana, le hizo reaccionar. Estaba de espaldas, pero se giró enseguida al notar la presencia de alguien.

Jisung sonrió solo un poco, he hizo una leve reverencia.

- ¿Estás loco? ¿Cómo puedes moverte siquiera después de eso?- pregunto con el ceño fruncido el rubio. Se acercó al peli negro e hizo que se sentara en uno de los sillones al lado del ventanal.- ¿Por qué no lo has dejado?- pregunto con el ceño fruncido, algo preocupado.

Jisung elevo una ceja.- Te dije que ganaría.- dijo seguro, lo que sorprendió a Felix.

El rubio no dijo nada.- Bien, quítate la camisa.- indicó, acercándose a la mesa.

Jisung al ver algunas vendas y botes sobre la mesa entendió, y se quitó la camisa. Había algo de sangre en esta, la dejó a un lado. Felix se acercó a él, con un bote en sus manos y varios trapos.

Jisung trago duro, pero no dijo nada. Pocos minutos después, sintió las manos del rubio posarse en su espalda, y luego un trapo mojado. Una de sus heridas escoció.

- ¿Qué es eso?- pregunto, refiriéndose al líquido del trapo. Dolía como la mierda.

Felix se aguantó la risa.- Alcohol.- indicó.- Para desinfectarla.- explico.

Jisung asintió, y se dejó hacer. Felix limpio cada una de sus heridas con dedicación, sin hacerle tanto daño. Sus manos eran cálidas y suaves, no le importaría ser curado por el príncipe siempre.

Felix después de terminar de limpiar, las miró por encima. Había leído varios libros antiguos sobre medicina básica, y las heridas del peli negro parecían profundas. Hizo una mueca.- Los cortes parecen profundos, creo que tendrían que coserse...- murmuró.

Jisung se elevó de hombros.- No importa, ya me paso antes. Hazlo sin miedo.- le indicó, a lo que Felix asintió.

Agarró aguja e hilo y los desinfectó con más alcohol. Jisung mordió su camiseta cuando Felix empezó a coser, no quería apretar tan fuerte su mandíbula, se lastimaría. El rubio cosió deprisa, sin miedo.

Al terminar, limpio de nuevo las heridas y las vendo. Todo el torso y espalda del peli negro estaban vendadas. Jisung volvió a colocar su camiseta, girándose para quedar cara a cara con el rubio. Este se alejó un poco, nervioso.

- Esto, gracias.- murmuró el mayor de ambos.

Felix asintió. Hubo unos minutos de silencio antes de que el rubio volviera a hablar.- No creo que mi padre tenga buenas intenciones en las rondas siguientes.- le dijo serio.- Ten cuidado.- murmuró más bajo, con vergüenza pero lo camufló.

Jisung se aguantó la sonrisa y asintió.- Lo tendré.- aseguró.- Tendría que irme, no es bueno que me vean aquí.- le dijo al rubio, poniéndose de pie.

El rubio asintió, imitándole.- Bien, dile a Sana que te lleve abajo, que no os vean.- hablo el príncipe.- Nos vemos.- murmuró por último.

Jisung asintió e hizo una reverencia. Se puso erguido y agarro una de las manos del príncipe, acariciándola levemente sin verle a los ojos.- Cuídate hasta que nos volvamos a ver.- le dijo serio, seguido de eso, soltó su mano y se dirigió a la puerta, dejando en medio de la biblioteca a un sonrojado Felix.











왕자

Luchar por un príncipe // JilixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora