El Castillo.

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A altas horas de la noche, se podía ver un gran conflicto en las cercanías del reino de las cucarachas, ante esto, los soldados encargados de proteger al reino de inmediato no duraron en ir a sus posiciones defensivas. Sin saber lo que les esperaba, mientras algunos se preparaban con sus arcos y flechas, otros movían y cargaban las pesadas catapultas. Listos para dejar caer gran parte de su artillería sobre el ejército pequeño de mantis que había llegado.

Esto no suponía un problema a rasgos grandes, pero no se imaginaban que estaban a punto de tener las cosas complicadas, y por quienes menos se lo esperaban. Detrás de ellos, los gritos de guerra los hicieron entrar en alerta, para cuando se dieron la vuelta, las primeras bajas se estaban dando.

Pues la revolución con sus comienzos daba una batalla de dos frentes, con lo cual los soldados sin más obedeciendo las órdenes de su oficial a cargo, iban a  defender las catapultas, mientras que otros las alistaban para usarlas contra las mantis.

Es así como en gran parte del reino se llevaba a cabo una situación así, con el grupo de la revolución batallando, sin retroceder ni siquiera sin dar tregua al enemigo. Y por fuera de los muros que protegían al reino, las mantis ya iban abriéndose paso hasta la entrada; y si bien perdían algunos guerreros por el camino, eso no importaba. Pues sus fuerzas aún no disminuían. Algunos arqueros cucaracha con alas trataron de acribillar a las mantis con sus arcos y flechas. Pero no esperaron que en las filas de las mantis, hubieran guerreros con alas que subieron a darles pelea.

Además de contar con arqueros con alas que también iban a atacar a los demás, algunos de estos mantis alados llegaron hasta los muros, dónde se continuaba la lucha. Y por otro lado el grupo de Karu, Zafiro, Kamikaze, Rae, Asher y Dalia, se abrían paso hasta las palancas que abrirían las enormes puertas del reino. Sin embargo, ellos se encontraron con un gran número de guardias en su camino.

Pero estos no podían hacerles mucho frente ante sus habilidades de pelea y sus hechizos de Rae y Asher. Por lo cual fácilmente despejaban el camino, siendo que Dalia y Zafiro, al ser las dos únicas mantis, las cucarachas estaban enfocando más sus ataques hacia ellas dos, dándole vía libre a los vessels y a Kamikaze para que pudieran abrir el paso.

Finalmente tras tanto combatir, abrir paso y eliminar a muchos guardias, llegaron a dónde estaban las palancas que abrirían las enormes y pesadas puertas del reino.

—¡Muy bien Karu, ayúdame con esto!

Zafiro tomo una de las palancas, y el vessel más alto tomo la otra, y a la vez ambos jalaron las palancas para así dejar pasar a las mantis que estaban luchando fuera del reino. Sin embargo no les daría mucho la alegría de haber completado el objetivo. Ya que Karu al levantar su mirada al cielo oscuro de la noche, pudo ver cómo una gran bola de fuego iba directo hacia ellos.

—"¡Muevan se!"— Grito Karu, antes de saltar hacia un lado y rodar para no ser aplastado.

Los demás le copiaron su estrategia, quitándose del camino, dejando que la bola de fuego destruyera parte de los enormes muros que protegían el reino pero no solo eso, también ocasionó un incendio pequeño tras caer sobre una casa.

Los Lords al ver esto, de inmediato dieron la orden de ir a atacar las catapultas apenas se abrieran por completo las puertas, aunque debido al golpe que daño parte del muro, las enormes puertas tardaban más de lo esperado para abrir del todo.

—¡Maldición, no tenemos tiempo para esto!— Exclamó Kande, la cual estaba peleando hombro a hombro con el único e incomparable Tiberious.

Hollow Knight: La Historia de Karu [Remasterizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora