Desechado (Prólogo 2/2)

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Tras 2 largas semanas de planeación, la hembra había llegado a idear un plan para escapar con el pequeño vessel.

Ya lo tenía bien planeado todo, desde las rutas a tomar, que atajos eran los más apropiados y sobre todo que provisiones llevar para su escape. Aunque había un problema que no la dejaba de molestar, a dónde quiera que el rey fuera Karu lo seguía, así que sería difícil sacar al vessel del palacio, pero aún con este percance en su plan, seguiría adelante pues sus ganas de irse de ahí con el pequeño eran muy grandes y aunque ahora parecía que su plan estaba truncado solo requería que el rey estuviera ocupado al menos un rato, para que así ella pudiera ir por el vessel, pero sabía que esto no era nada fácil.

Si se daba cuenta el rey, que era lo más probable a pasar tendría que tomar medidas desesperadas para escapar, ella no podía hacer nada en un combate contra su rey, así que la opción más fiable era escapar, pero con el poder mágico que tenía el rey lo más seguro era que la iba a tener muy difícil para escapar. Y aunque el destino jugara las cartas en su contra haría lo que pudiera para que Karu estuviera lejos del palacio.

Mientras ella iniciaba la primera fase de su plan, en otra parte del castillo el sonido del acero de dos aguijones golpeando y bloqueando era audible por el eco que había en el palacio, ahora gracias que aún más bichos ya habían sucumbido a la infección el rey redobló sus esfuerzos por hacer que su reino no cayera y fuera olvidado, además era bien sabido que mientras más intentes resistir contra la infección, está te consumiría cada vez más rápido. Así que aquellos que durante más tiempo aguantaron para evitar que la infección se hiciera con ellos, no pudieron continuar batallando y fueron consumidos por la infección.

El rey cada vez más se le notaba estresado y era mucho menos fácil hablar con este sin que fuera algo grosero, pero aún así no podía tomarse a la ligera atender a cualquiera, ahora con medidas más desesperadas había enviado algunos pequeños escuadrones de bichos a proteger Ciudad de las Lágrimas ya que era el sitio del reino que más había aguantado más durante estos tiempos de infección.

El capitán de la guardia real del rey era el único que podía hablar con el rey, cada día enviaba una carta de cuántos infectados ya habían sido exterminados y sin duda las cifras hacían que el gusano tuviera más miedo de perder todo lo que había construido a lo largo de los años.

Pero hace unos dos días el capitán finamente había dejado de enviar cartas cosa que no era nada bueno. ¿Habría sucumbido a la infección? ¿Ciudad de las Lágrimas también está infectada? ¿Lurien habrá caído por la infección? Estás y más preguntas rondaban la cabeza del gusano mientras entrenaba con su vasija.

Karu había demostrado tener un pleno control y agilidad con el aguijón siendo ya capaz de bloquear algunos ataques más difíciles del rey, eso y que también empezaba a replicar los poderosos hechizos del rey.

El rey se podía decir que estaba orgulloso de su vasija pero no lo quería demostrar, pues no quería que el mismo arruinará su vasija. Aún así le encantaba ver cómo estaba totalmente concentrado y atacando le dando algunos contraataques que hacían que el rey retrocediera, eso si, sus ataques no llegaban a tocar al gusano que era muy frágil en términos físicos. Ya que no era un luchador apto para soportar ataques cuerpo a cuerpo.

Aún así decidió que era el momento de un descanso, todavía quedan otras actividades pendientes como mandar a otro grupo de soldados a qué revisarán Ciudad de las Lágrimas, aunque no es como si le quedarán muchos, tras un año de experimentos fallidos y de más intentos muchos ya habían caído por la infección, otros más habían escapado del reino con su debido tiempo, y unos pocos más aún seguían resguardados esperando que el rey ya tuviera una solución para lo que pasaba, confiaban ciegamente en su rey como para creer que el ya tendría una solución pronto.

Hollow Knight: La Historia de Karu [Remasterizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora