Cubano.

Extra

Lance era conocido por sus piropos sin sentido que en la mayoría de las ocasiones hacían incomodar a su equipo por la vergüenza ajena que este pasaba al ser ignorado o rechazado pero hubo un día en especial que se quedó como el día que nunca paso para la mayoría de los paladines pues ese día el de azul había estado hablando en su idioma natal desde muy temprano complicando la comunicación entre todos con él, aunque si ese hubiera sido el único conflicto hubiera sido aceptable o pasable pero no, el susodicho parecía que se ponía una meta en llevar al límite la paciencia de sus amigos asi que sabiendo que a pesar que no entendían del todo su idioma se había acomodado en el sillón que adornaba la pequeña habitación donde solían reunirse.

-Hey Keith- el pelinegro por reflejo al escuchar su nombre alzo su rostro de su libro maldiciendo el haberlo hecho al ver la cara de "galán" que ponía Lance cuando iba a hacer una de las suyas.

-No quiero enterarme de nada Lance-amenazo mientras lo miraba de forma seria, sabía que esa amenaza seria muy dignamente ignorada por su compañero, pero no perdía nada en hacerla.

- ¿Sabes? - empezó como siempre mientras se ponía en una posición más cómoda, pero sin dejar de verlo -Quisiera meter mi resbalosa cosa en tu apestosa cosa-

Hunk quien no tenía problema en entender el idioma fluido del castaño acabo escupiendo su bebida dejando en claro que lo que sea que había dicho el de azul no valía la pena saber su traducción, pero Keith igual había empezado a entender un poco más las palabras de su amigo y sabía que había dicho una estupidez sexual, aunque no quisiera sonrojarse no por la pena si no por el coraje lo había hecho.

-Vamos Lance, madura de una vez- pidió la de verde viéndolo de reojo al ver como sus demás compañeros evitaban hablar para no verse envueltos en algún piropo a lo "cubano"

-Eres tan hermosa- la castaña se sintió desconcertada por el comentario de la nada mientras Keith ahora los miraba a los dos confundido- Como una rosa, babosa- y no pudo evitar lanzarle lo primero que encontrara a su idiota compañero.

-Oh vamos chicos por favor, tenemos una misión dejen esto, vayan a prepararse-Shiro como el líder que era quiso ayudar a sus amigos a huir de esa incómoda situación-momento en el que se encontraban, pero Lance no se rendía fácil ni si quiera sabía lo que era rendirse siempre había dado todo en lo que fuera y si tenía la bandeja puesta ¿Porque no la usaría?

-Shiro, si tú me amas como yo te amo- Allura volteo tan rápido como había podido permitirle su cuerpo para ver al cubano acercándose a su novio el cual se puso nervioso por el comentario sin sentido- ¿Porque no nos juntamos por donde miamos? - Hunk hundió su rostro en sus brazos evitando reírse de tan barato piropo mientras el paladín del León negro se quedó quieto viendo como el más bajo le hacía ojos "coquetos" sin saber que decir puesto que no había comprendido muy bien lo que le había querido decir al contrario de su novia quien si había entendido.

En cuanto el de azul se dio cuenta que la princesa se acercaba a él con intenciones de regañarle o pegarle se alejó de Shiro para tomar su mano haciendo una ligera reverencia haciéndolo un déjà vu para todos, recordando una ocasión lejana cuando había querido coquetear por primera vez con la Alteana.

-Allura- inicio con un tono serio pero seductor según el -Si se juntan los mares ¿Porque no juntamos tus calzones con los míos? - antes de que cualquier cosa más fuera dicha o si quiera que hubiera una nueva reacción colectiva de los demás, Keith se había levantado de su lugar lanzándole su libro de lleno a la cara de Lance logrando que este se desequilibrara.

-A chingar a su madre- soltó el asiático dándose la vuelta para irse del lugar, siendo seguido de Pidge y Hunk mientras Shiro miraba un momento a su compañero para después rodearlo y tomar a su novia e irse de ahí como los demás al final el Cubano se quedó tirado ahí, haciendo un berrinche porque los demás no sabían apreciar lo que era su sentido de humor, en esos momentos era donde más extrañaba a los de su lugar de nacimiento, aun ahí en la soledad soltó el ultimo piropo que había guardado para todos.

-La mejor red social es una mesa rodeada de las personas que más quieres- no hizo más que levantarse, sacudirse e irse a su habitación sin volver a molestar a sus compañeros.