Inefable

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Inefable: Algo tan increíble que no se puede expresar con palabras.

Abril, 2006.

Se encontraban a finales de abril y aún no había respuesta a la cacería de la vampiresa pelirroja, Abigail últimamente comenzó a participar de patrullajes con los lobos, en un intento por acelerar el proceso puesto que todos se encontraban con los vellos de punta. Sus ancestras parecían no estar dispuestas a darle respuestas a la chica, quien sagradamente día por medio encendía sus velas e intentaba comunicarse con ellas. Cada vez que se encontraba en el bosque de patrullaje, podía sentir como la naturaleza intentaba darle pistas, guiarla hacia su destino, pero Abigail podía sentir que incluso el ambiente se alimentaba de miedo; algo malo se avecinaba y los nervios de la muchacha se estaban quebrando.

Los chicos se encontraban agotados entre las clases y la búsqueda inalcanzable, Emily y Abigail hacían todo lo posible por ayudarlos a seguir sus horarios de estudios, intentando alivianar el peso académico del último año para Paul y Jared y estudiando con Jacob y Embry. Pero, gracias a un proyecto de último minuto en ciencias, Jared conoció a su impronta Kim, quien irónicamente llevaba años enamorada de él, formando una pareja perfecta al instante en que coincidieron la mirada. Y si bien todos se encontraban felices por la nueva pareja, había algo en Abigail que no la dejaba tranquila, pues en su mente, esto de la imprimación sonaba cada vez más y más forzado, creando inseguridades con respecto a sus sentimientos por Paul.

-¿En qué piensas Abs?- Preguntó Paul quien se encontraba concentrado observando a una Abigail ensimismada en sus pensamientos. El chico hallaba interesante ver cómo las expresiones de la chica cambiaban mientras estaba en su mundo, casi como si tuviera conversaciones mentales con distintas personas. Abigail sacudió la cabeza y fijó su atención en el licántropo sentado a su lado, quien debería estar avanzando en su tarea de historia en vez de observar embelesado a su impronta.

-Si te dieran a elegir, ¿Preferirías no poseer la habilidad de imprimar?- La pregunta tomó por sorpresa a Paul, frunciendo el ceño mientras sopesaba la respuesta. Por otro lado, Abigail no estaba segura si quería escuchar o no la respuesta, y tampoco sabía realmente que podría hacer con ella.

-La verdad... Siempre pensé que todo el tema de la imprimación era una estupidez, ¿Dejar que tus ancestros te emparejen para toda la vida con alguien sin que tú tengas voto? Que gran estafa. Por un tiempo me convencí de que era inmune, y así podía estar con quien quisiera y no románticamente. Pero, cuando te conocí, cuando vi tus ojos verdes por primera vez... Abigail eres la mujer que toda la vida esperé y mucho más. Eres la mujer más hermosa e inteligente que he tenido el placer de conocer, con o sin imprimación hubiera puesto mis ojos en ti-.

-Si no nos hubiéramos imprimado, no me hubiera fijado en ti porque tus chistes son muy fomes- Comentó entre risas Abigail, sonrojada por la sinceridad del chico. Paul gruñó levemente y se acercó amenazante a Abby, estirando lentamente sus manos en una señal anticipada de una serie de cosquillas. Abigail pegó un pequeño grito de emoción y levantándose lo más rápido que pudo, corrió hacia la puerta principal de la cabaña, con el fin de escapar de su amor. Podía sentir las risotadas y pisadas de Paul a su espalda, y sin previo aviso, sintió como dos grandes brazos la abrazaban desde atrás y la levantaban por el aire.

-¡Paul bastaaaa!- Gritaba Abigail entre risas. La verdad era que no quería que Paul parara, quería quedarse entre sus brazos toda la vida, segura de las crueldades del mundo y las personas. Quería que Paul besara todas sus cicatrices, y ella quería besar las de él. Quería amarlo por siempre y olvidarse de la parte del mundo que contenía seres sobrenaturales y brujería.

Como siempre, todo lo bueno termina rápido y la pareja se vio interrumpida por un agudo aullido de lobo a la distancia. Paul inmediatamente bajó de sus brazos a Abigail, ordenando suavemente sus cabellos rojizos y depositando un pequeño beso en su frente.

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