Febrero, 2006.
Días más tarde luego de la visión, Abigail y Amelia arrendaron un auto y se prepararon para un viaje que podría cambiar todos los acontecimientos de sus vidas y de sus amigos. La adolescente estaba nerviosa, pues llegarían sin previo aviso y de acuerdo al plan, la primera misión sería encontrar a los integrantes de la nueva manada, y advertirles respecto de la visión, además de arreglar términos del tratado realizado siglos atrás.
El auto se detuvo frente a la playa ubicada en la Reserva Quileute, y Abigail podía sentir como su corazón salía de su pecho debido al nerviosismo. Su madre, al notar el estado en el que se encontraba, le tomó la mano y respiraron juntas hasta ralentizar su corazón. Repasaron el plan y se prepararon para recorrer el pueblo, gracias a un mapa que encontraron en una gasolinería. Pero el plan se vio afectado en el momento en que fijaron su vista en un grupo de chicos musculosos, sin polera, tratando de saltar un acantilado de varios metros de largo. Abigail comenzó a sentir en su cuerpo como si ya conociera el camino que la llevaría hacia ellos, y comprendió que estaba observando a la nueva manada. Ambas mujeres compartieron una mirada cómplice y abandonaron el auto, adentrándose en el bosque y siguiendo una ruta casi imperceptible que su instinto ya conocía, llegando luego de unos minutos de caminata a su destino.
Al poseer un oído y una visión mejorada a la de un ser humano normal, el grupo de tres jóvenes ya las estaba esperando, cruzados de brazos y con rostros hostiles. Amelia se paró frente a ellos, imitando su postura, mientras que Abigail se quedó un poco más atrás, analizando la situación.
-Ya era tiempo de que nos conociéramos, ¿No creen muchachos?- Habló la mujer con una autoridad y seguridad que dejó perpleja a su hija. Los tres chicos fruncieron el ceño, y el más alto de todos asintió lentamente la cabeza, mientras respondía.
-Va a tener que explicarnos mejor la situación, señora...-.
-Mi nombre es Amelia Good, soy familiar directa de Sarah Good. ¿Te suena el nombre niño?- Abigail observó cómo el muchacho cambiaba su serio rostro a uno lleno de sorpresa. La verdad es que ella también se encontraba sorprendida, nunca antes había escuchado el nombre de su tátara abuela, ni tampoco conocía el apellido de su madre. -Ella es mi hija Abigail, la nueva bruja de Salem-.
Abigail levantó la vista y observó desafiante al muchacho alto que se encontraba frente a su madre, por dentro estaba aterrada pero no dejaría que un hombre viera su debilidad. En lo que a poder respecta, todos sabían que ella era más fuerte que los demás presentes.
-Mi nombre es Sam Uley, ellos son Jared Cameron y Paul Lahote- Abigail asintió mientras los seguía con la mirada, pero no logró apartar la vista del último integrante de la manada, quien parecía estar en el mismo trance que ella. Algo había en ese par de ojos castaños oscuro que la chica encontraba irresistibles. Podía imaginar lo que sería una vida junto a él, los momentos que podrían pasar juntos, la familia que podrían formar. Abigail sacudió la cabeza realizando lo que había pasado, su madre ya se lo había explicado a grandes rasgos hace unos días atrás.
-Ah, por la mierda- Exclamó exasperada Abigail mientras su madre la miraba con una sonrisa burlona, y los chicos que respondían al nombre de Sam y Jared observaban deleitándose de la situación. Llevaban un tiempo siendo una manada, y Paul no solo se burlaba de la imprimación, sino que daba por sentado que él era inmune. Y así como así, el destino había juntado de por vida a dos completos desconocidos.
El grupo se dirigió a la pequeña casa que Sam compartía con su prometida, Emily. Y luego de una taza de té, conversaciones banales y Paul y Abigail tratando de evitarse, comenzaron a hablar de lo que estaba aconteciendo en Forks y alrededores.
-Tenemos entendido que los Cullens no están presentes en el territorio- Comentó Amalia, ninguno de los presentes se atrevió a preguntar el cómo ellas estaban enteradas, si algo habían escuchado a lo largo de las leyendas que contaban los más viejos en la Reserva, era que nunca había que hacer enojar a una bruja.
-Se fueron hace unos meses, dejaron a una chica abandonada en el bosque. Y desde ese entonces, hay una vampira pelirroja que parece asechar los bosques. No sabemos si tienen alguna relación- Respondió Sam.
-¿No han visto a un vampiro con dreadlocks negros merodeando?- Habló Abigail, antes de acobardarse. Sintió como Paul la miraba, pero no volteó hacia él, no se iba a dar el gusto de volver a ver sus ojos.
-No por el momento, ¿Deberíamos preocuparnos?-.
-Tuve una visión hace unos días y él aparecía persiguiendo a una chica. Aunque en mi visión eran cuatro lobos, no tres... ¿El siguiente es Jacob, o me equivoco?- Los chicos aún estaban procesando todo el poder que podía tener Abigail, y el hecho de saber que tenía visiones la hizo ver aún más intimidante de lo que ya era.
-¿Cómo sabes quien es Jacob?- Preguntó Paul, dejándose llevar por lo sentimientos que le causaba el haber imprimado de ella. En su mente, no podía soportar que Abigail conociera a otros chicos, comprendiendo que los celos iban a ser su perdición. A su lado, Jared soltó una carcajada, provocando que Paul se ruborizara.
-Somos amigos hace años- Fue todo lo que respondió.
-Creemos que Jacob podría ser el siguiente, está mostrando todos los cambios necesarios. Sería bueno si estuvieras cerca cuando pase, tengo el presentimiento de que él no confiará en ninguno de nosotros al momento de cambiar a lobo-.
-¡No! Podría lastimarla si está cerca cuando suceda el cambio. ¿Cuál es tu problema Sam?- Habló Paul.
-Que bueno que me puedo cuidar sola entonces- Dijo Abigail mientras sonreía triunfante y veía como Paul la fulminaba con la mirada.
-Pueden quedarse aquí, si gustan. Tenemos una pieza de invitados- Se notaba que Sam era el alfa, no solo por ser el mayor o ser más grande en porte que los demás, sino por su forma de hablar tan respetuosa y leal.
-¡Oh, no te preocupes! Debo volver a trabajar, pero estoy segura que Abigail puede quedarse. De todas formas, es ella quien formará parte del tratado entre ustedes y la familia de vampiros- Respondió Amelia ignorando completamente las miradas que le mandaba su hija. Buscó con la mirada a Paul y lo miró seriamente, apuntándolo con un dedo. -Si algo le pasa a mi hija, te responsabilizo a ti. No provoques la furia de una bruja, querido, porque lo vas a lamentar-.
La tarde concluyó con los arreglos para que Abigail se hospedara en la pieza de invitados de Sam y Emily, los chicos estaban ansiosos al saber que trabajarían en conjunto con una bruja, más aún, una bruja que resultó ser la compañera de vida de uno de ellos. Ambas mujeres se despidieron y caminaron rumbo al estacionamiento de la playa, lugar en el que habían dejado el vehículo estacionado. Abigail volvería al día siguiente y comenzaría su nueva vida.
Esa noche, Paul en su forma lobuna reflexionó respecto a lo que había pasado durante el día, comparando a Abigail con Emily o Kim, compañeras de Sam y Jared. Incluso sin conocerla, fue capaz de distinguir ciertos aspectos de Abigail que no se parecían a las demás chicas, partiendo por el detalle de que era la última generación de las Brujas de Salem, familiar directa de una de las brujas más fuertes de toda la historia. Le aterraba pensar que algo malo le podía pasar, él sabía que al imprimar de ella se firmaba un pacto eterno en el que la protegería ante todo peligro, ¿Pero cómo proteges a alguien que lleva la misma vida peligrosa que tú?
Por otro lado, Abigail se encontró recostada en su cama pensando en el chico que le robaba suspiros. La vida le había enseñado que nada bueno podía salir del amor, por lo mismo no creía en él. Y al ver ese par de ojos, Abigail conoció por fin su verdadera debilidad, Paul Lahote. Le aterraba pensar que su vida giraría en torno a un hombre que ni siquiera conocía, le aterraba sentir lo que estaba sintiendo por él, esas ganas de conocerlo y de estar cerca, ella no era así y le molestaba pensar en lo débil que se sentía frente a la situación. ¿Qué pasaría con ella y con sus planes futuros? Su sueno de convertirse en una gran psicóloga, abrir su propia consulta, salvar vidas, arreglar un poquito el mundo. Con dieciocho años se encontraba atrapada en un mundo que parecía de fantasía, jugando a ser super heroína y compañera de una manada de hombres lobo que luchaban contra vampiros. ¿Podría en algún momento futuro, volver todo a la normalidad?
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(Solo para aclarar, en mi historia Jacob se transforma en lobo antes que Embry)
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premonición
Fiksi Penggemar¿Cómo calmar a los demonios dentro de ti sin perderte en el intento? Abigail se encuentra en una encrucijada entre el mundo de los vivos y el mundo de los muertos. ¿Qué pasará cuando a esto se le sumen seres sobrenaturales como hombres lobo y vampir...