¿Quién es el culpable? || Elliot Clayton; Criminal Case: Save the World

Capítulo 54: Apoyo grupal

No puedo creer que me comprometí con Elliot Clayton, esa noche regresamos antes que el equipo a las oficinas, necesitábamos aclarar o digerir lo que acababa de pasar, yo no tenía idea de que él hubiera planeado lo mismo que yo y él mucho menos, es cómo sí nuestras voces internas se hayan puesto de acuerdo.

—¿Cuándo compraste el anillo? No, es que también quiero saber ¿Por qué lo hiciste? O bueno, ¿Por qué precisamente ahora? —Preguntaba con desenfreno —Me quitaste la palabra de la boca Elliot.

—Yo también tengo un millón de dudas. —Decía mientras aparcaba el auto y después se retiró el cinturón de seguridad. —Era la decisión más importante de mi vida y también la que más me ha aterrado y lo primero que respondes fué "No", te juro que me quede helado.

—Lo sé, de un momento a otro tu piel se puso más blanca de lo normal. —Respondí mientras tomaba unas bolsas que tenía sobre mi regazo. —Ayúdame a salir, por favor.

Elliot y yo pasamos a comprar algo para cenar, después de nuestra fallida pero inesperadamente exitosa propuesta de matrimonio, no sabíamos ni que hacer, ya nos habíamos besado demasiado cómo para despertar otro tipo de hambre, había mucha gente y tiendas abiertas por lo que optamos por probar la deliciosa comida mexicana y regresar al Departamento.

Elliot me ayudó a salir y a subir las cosas a mi dormitorio, nos quedamos a comer en el suelo mientras nos reíamos de la situación pero también estábamos felices de que las cosas se hayan dado de esa manera.

—Entonces Dupont me dijo que podría nombrar a mi "hija" Elisa. —Me explicó y soltó una carcajada. —Ya sé que no querías que dijera nada, pero necesitaba conseguir el anillo sin levantar sospechas.

—No te preocupes, te entiendo, además se notará pronto, está mañana me dí cuenta de que si uso blusas cortas, mi pancita se ve un poco más grande de lo normal. —Le dije y mordí un poco de mi cena. —Cenar tostadas tampoco ayuda.

—Yo creo que te vas a ver hermosa.

—Si, bueno... —Le respondí con un calor en mis mejillas. —Pero sígueme explicando, no omitas detalles.

—Eso es todo, admito que estaba dudando, porque con lo que Ingrid dijo esta tarde, supuse que lo que menos quería era un matrimonio con un embarazo de por medio, sabes, que no se vea forzado ¿Me explico?

—¿Y crees que es forzado, Elliot?

—¡No! Yo quiero casarme contigo, solo tenía miedo.

—Es curioso, yo también pensaba lo mismo, tú declaraste tus sentimientos hace un año y yo creía que si la noticia de formar una familia te hacía ilusión, sería buen momento para casarnos y está vez yo quise tomar el rumbo de nuestra relación, pero al ser yo quién te lo pida, también creí que sería forzado.

—Al menos ya estamos seguros de que tenemos los mismos planes. —Dijo tras tomar un poco de café. —Por cierto, ¿Dónde está el anillo que te dí hace un año?

—Le coloqué un arcillo. —Dije acomodando mi cabello y colocándolo tras mi oreja. —Y lo convertí en un pendiente de arracada.

—Eres tan cool. —Elliot se acomodó el cuello y mostró un colgante que llevaba. —Yo aún lo llevo alrededor del cuello, pero siempre está trás mi camiseta.