¿Quién es el culpable? || Elliot Clayton; Criminal Case: Save the World

Capitulo 8: La crueldad de la distancia

Hace dos días que no hablo con Ailyn, se sumó el funeral de la Jefa Ripley y nuestra nueva misión, localizar a su asesino.

Me arrepentí de todo lo que hice por esa chica, también por cómo pensé en abrir mi corazón, tal vez no hubiera estado tan decepcionado si me hubiera mantenido al margen.

-No puedo creer que le regalé un vestido, y que la mayoría de las fotos en mi móvil sean de ella. Nunca debí hacerme su amigo. Es más nunca debí acceder a nada con ella -Dije para mí mismo.

Ví a Ailyn con Jack muy juntos en el gimnasio, ella estaba sobre él y se reían, ella me dijo que se sentía mal porque nuestra Jefa falleció, pero yo noté todo lo contrario.

Odiaba a Jack, su actitud me parece nefasta, siempre queriendo llamar la atención, por otro lado, Ailyn era la chica más perfecta que pude conocer, pero claro, la perfección no existe y lo comprobé a la mala.

Ese día me encerré en la biblioteca de Dupont, no quería salir ni hablar con nadie, necesitaba pensar, pero aquél historiador se entrometió en mi vida, le estoy agradecido en cierta parte, por las cosas que me dijo.

-Joven Elliot, ¿necesita algo?... Lo veo apagado -Me dijo.

-Estoy bien... Pero quizá necesite despejarme. Ahora queiro alejarme de las computadoras un momento.

-¿Quieres leer algo?

-No soy fan de la literatura, y quizá no entienda ningún libro... ¿Porqué no me cuenta algo?

-Dime que quieres saber.

-¿Se ha enamorado alguna vez?. -Le pregunté con la mirada dirigida al techo. -Pero, también, ¿Ha sentido confusión con respeto a ese amor?.

-El amor siempre es confuso. -Me respondió. -No mandamos en nuestros corazones, no somos dueños de nuestro destino ni de las personas que se adueñan de la mente y el corazón. Tuve un amor en el pasado, yo la describía como la personificación de la excelencia, pero me hacía dudar sobre mí mismo.

-¿Ella no lo amaba igual?

-No, estoy seguro de que ella también me quería, pero teníamos deseos distintos que a la larga hicieron que nos alejemos, queríamos estar juntos pero también seguir nuestros sueños. -Dupont se acercó a mí. -Me cuestionaba siempre si habré hecho lo correcto o no, pero pronto me dí cuenta de que, si esa persona especial, no te apoya y no lucha por tí, no es la indicada, por lo tanto; yo no era su amor ideal, ni ella la mía.

-Lamento que haya acabado así. -Le dije. -Me pasa lo mismo con Ailyn, a veces siento que está alargando las cosas conmigo, creo que no me ama lo suficiente para sincerar sus sentimientos.

-No creo que sea el mismo caso, el amor también tiene trasfondos, no vas a entrar en el corazón de alguien tan rápido, la mente es fácil de cautivar pero un corazón cómo el de Ailyn, no lo es. Ella se ha forjado en la crueldad de la sociedad, por eso ella desconfía.

-¿Y sí ella ama a alguien más?, Tal vez espera a la persona correcta y yo cómo tonto estoy perdiendo la cabeza por ella.

-Puedes luchar por ella, o alejarte de su vida, si desconfías de tí mismo, tal vez sea un indicio de que esa relación no te hará bien.

El anciano tenía razón, yo no me daba valor, seguía creyendo que Ailyn me amaría de la noche a la mañana, pero no es así, pienso que me quiere, pero también veo que sus pensamientos están divididos, obligarla a amarme sería lo peor, y seguir esperando una respuesta, me daña a mí.