Capítulo 6

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Jake

La cabeza me daba vueltas. El corazón me martillaba la caja torácica con fuerza.

Uno, dos, tres.

Amanda se había ido hacia un buen rato y yo seguía ahí. En blanco. Sin poder entender nada de lo que pasaba a mi alrededor. No podía creer que llegue a ese punto con una alumna y dejando el problema moral de lado había algo que simplemente no podía creer...

¿Su primera vez?

Me daba curiosidad lo bien que lo había hecho para ser su primera vez y si, me sentí mal cuando me lo dijo, no porque me molestara, si no porque tal vez fui muy brusco con ella y no era lo que deseaba.

No era el tipo de hombre que follara. Yo prefería definitivamente hacer el amor y tomarme mi tiempo para disfrutarlo. Pocas veces había dejado que la situación se saliera de control y se convirtiera en algo tan salvaje e increíble como lo que había hecho con Amanda

Nada se sintió nunca más bien

—Señor Blake— escuche una voz—¿Puedo pasar?

Hasta que vi el rostro de la señorita Díaz en mi puerta me di cuenta de que ya era hora de dar clases.

—Si. Adelante — le dije, poniendo mi atención en el escritorio

Unos momentos después todos los estudiantes empezaron a llegar y los salude a todos sin excepción. Amanda entro con sus amigas un rato después y solo se limitó a sonreir de manera nerviosa. Su ropa era distinta ahora, pues estaba usando un pantalón flojo y una blusa color cielo.

Solo respira Blake

Me puse en pie para iniciar con la clase, me gane un par de miradas de parte de las muchachas y las ignore, lo que no pude ignorar fue el hecho de que ella se veía sumamente avergonzada y no entablaba ningún tipo de contacto visual conmigo.

—Bien muchachos, voy a empezar con la clase. — dije y todos callaron sus conversaciones— quiero los celulares de todos en silencio, para evitar distracciones.

Me tomo 40 minutos explicar el tema nuevo, tema que me parecía muy interesante, pero por desgracia a la mayoría del salón no.

—Profe...

Solo escuche eso y después el movimiento de la silla. Un segundo después la chica estaba de pie frente a mi escritorio con su rostro fruncido en preocupación.

—No entendí esto...

No era una chica que se insinuara o al menos jamás lo había hecho. Me tomo un rato explicarle nuevamente y cuando entendió se me quedo mirando.

—¿Usted da tutorias privadas?

—No suelo hacerlo

La desilusión pintó su pálido rostro y eso me llamo la atención. ¿Que era lo que le interesaba?

—Se me da muy mal esto— acepto, dejando caer sus hombros con tristeza— obviamente le pagaría por las clases

—Tendría que plantearmelo— le dije, mirando el calendario qué tenía sobre el escritorio — mi agenda esta muy ocupada, por las clases de reposición se vuelve complicado dar una clase solo a una persona...

Ella asintió con la cabeza, comprendiendo. Mi mirada se desvío de su cuaderno a los demás chicos y sin buscarlo mis ojos se amarraron con los de Amanda porque ella tenía una mirada discreta, pero acusadora hacia el escritorio, no hacía mi, si no hacía la chica.

Y sonreí, porque era ridículo que ella, siendo ella, viera de esa forma a esa chica tan inofensiva.

Ella me soltó la mirada y yo termine de darle mis razones a la chica pálida antes de enviarla de vuelta a su asiento.

El tiempo de clases termino y los alumnos me llevaron el trabajo para que lo checara.

—Quedese aquí— le dije a Amanda cuando llego su turno

—¿Hay algo mal hecho?

Asentí con la cabeza y le señale un costado del escritorio. Amanda se quedo de pie, mientras atendía a los demás alumnos y se quedo ahí mientras los despedía y lentamente el salón se quedaba vacío.

Y cuando pasó me puse de pie. Ella se echo de una vez para atrás hasta recostar su espalda baja en un pupitre. Camine hasta estar de pie frente a ella, quien no quiso entablar contacto visual conmigo.

Puse mi mano en su barbilla y la levante. La vergüenza pintaba su rostro moreno mientras una increíble necesidad de besarla me sacudía los huesos.

—¿Cual es su problema? — le pregunté suavemente

—¿Sobre que?

—¿Sobre que? — repetí, con sarcasmo

—No lo se... — dejo caer la cara, pero la levante — estoy avergonzada.

—¿Por qué?

—Porque no se que tan bien estuve...

Sonreí con malicia, recordando la sensación de su boca haciendo maravillas...

—No pensé que llegaría a esto con una alumna— le dije — pero eso no borra qué haya sido increíble...

Amanda levanto la cabeza y me miró con los ojos brillantes. Al parecer eso la había puesto feliz y eso me llenaba de placidez.

—Yo se que esto no está bien—murmuró.— y que debería alejarme

—Debería— le dije, acariciando con mi pulgar su mandíbula— pero no quiero.

Senti su pulso dispararse a la vez que la sangre corría más rápido en mi cuerpo.

—¿Que quiere señor Blake?

—¿Qué quiere, usted, Amanda? —pregunté cuando estuve frente a ella

Ella dio un paso hacia el frente, poniendo sus manos en mi cintura con suavidad, casi como si me buscará como soporte.

—¿Quiere lo que sería correcto o lo que realmente pienso?

—Lo que realmente piensa—sonreí

—Bien—aclaró su garganta y puso sus manos en mis hombros— quiero estar con usted señor Blake. Que me enseñe — subió su mano lentamente por mi mandíbula hasta mi mejilla— No me importa quien sea usted o quien sea yo. Fuera de estas puertas solo somos personas...

No espere que dijera más y la bese con suavidad, ella se agarró firme de mi cuello cuando lleve mis manos a su cintura y la acerque de un jalón.

—Jodida Rubia—murmuro contra mis labios.

Solte una risa y me aleje para verla a la cara.

—Perdón— dijo inmediatamente — tenía que decirlo ¿Clases privadas? Por favor— bufo, rodando los ojos

Solte una carcajada y la volví a besar, para que se calmara.

—Salga conmigo, Amanda— le pedí entre besos

—Si—me beso —maldición, usted besa tan bien—gimió contra mi boca 

—Podemos cenar y luego ir a mi casa— pase mis manos por su barbilla y la bese cariñoso y lento

—Mmjjmm—gimió — ¿Cuando? — preguntó sonriendo contra mis labios

—Tres días—sonreí

—Bien—me dio un beso más y se alejo de mi—Ya tengo que...

—Ya debe irse si... — respire con dificultad.

Me dio besos en las mejillas y en los labios antes de finalmente alejarse hacia la puerta.

—¿Qué quiere que use, señor Blake?— preguntó ya en la puerta

—Lo que quiera. Aunque cualquier cosa roja sería increíble— sonreí soñador

—Bien— sonrió— quiero que use algo rojo también

—Como usted mande.

Mi profesor (+18 ) ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora