Capítulo 8

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Jake

El cuerpo semi-desnudo de Amanda se amoldaba al mio como un chicle. Su rostro, recostado a mi pecho solo mostraba tranquilidad.

Intente levantarme suavemente, pero ella se aferraba a mi. Hice un segundo intento soltando su agarre fuerte en mi pecho para levantarme y al conseguirlo ella se quejo, pero se envolvió en mantas y siguió durmiendo.

Camine lentamente al cuarto de baño y me lave la cara y los dientes. Me quedé un momento mirando el espejo como un idiota, pero entonces la figura de Amanda apareció detrás de mi, en el espejo.

—Buen día— dijo, con una voz muy diferente a la de siempre

Ella dejo caer su cara sobre mi brazo y cerró los ojos, mire el reflejo de su cuerpo tan chiquito, recostado contra mi. Su ropa interior roja se amoldaba a su cuerpo como una segunda piel, su cabello estaba todo revuelto y sus ojos chinos.

—Buen día— levante la mano y le acaricie el costado de la cara —¿Que tal la noche?

Hizo un sonido de afirmación y movió la cabeza, sonriendo.

—Maravilloso

Sonreí viendo su reflejo. Joder. Que bella estaba.

—¿Usted la paso bien? — pregunto sin abrir los ojos.

—Pero claro que si—dije y ella sonrió mucho.

Amanda abrió los ojos y dejo caer su mirada por mi torso desnudo y eso me dio un escalofrío en la espalda.

— ¿Algo que comentar, señorita Brown?— sonreí juguetón

—Lo sabía—murmuró

—¿Que?

—Que usted desnudo es cinco veces más sexy

Tan directa señorita Brown

Me gire hacia ella y me acerque de una vez. Amanda abrió mucho los ojos de la impresión y lo hizo más cuando la tome de las piernas y me la lleve cargada hasta una mesa pequeña que tenia en la habitación.

— ¿Ah sí? — le dije.

Vi como su cara se inundó de nerviosismo.

—Se me bajó la presión — confesó suspirando.

—Dígame ¿Que es lo que le gusta?

Pude ver que estaba muy nerviosa y eso me encantaba. Me encantaba que tuviera esas reacciones a mi y no las ocultara

—Todo— dejo caer su cara hacia mi hombro y lo beso— todo pero esto...—su dedo se movió lentamente hasta mi abdomen— Me fascina

Trague grueso. ¿Por qué esa mujer me hacía sentir así?

—¿Aja?

Ella asintió con la cabeza, me dio un beso rápido en el hombro y se hecho para atrás, estirando sus manos sobre la mesa, dejándome su cuerpo a la vista.

— ¿Qué le gusta de mi?— había un atisbo de ternura y nervios en su voz que resultaban adorables

Su forma de comportarse la noche anterior me había dado la impresión de que ella era un poco insegura y yo quería que supiera la cantidad de belleza qué habitaba en cada centímetro de su piel.

Habría sido increíble poder estar con ella con la luz encendida, me hubiera encantado mirar su rostro y cuerpo con detenimiento mientras estábamos juntos; pero entendía su nerviosismo y entendía que ahora era mi deber hacerla sentir tan cómoda conmigo y con ella misma que ya no lo necesitará.

Mi profesor (+18 ) ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora