Capítulo 10

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Jake

Estaba completamente fuera de control.

Me movía de un lado a otro, esperando, limpiaba lugares que ya estaban limpios, veía la ropa que ya tenía ordenada, revisaba papeles que sabia que estaban en perfecto orden y todo para quemar tiempo.

Pará quemar el tiempo en el que no podía verla...

Durante los próximos 3 días la vi esporádicamente en el campus. Era complicado poder hablar como lo haciamos antes del incidente puesto que a ninguno de los dos nos convenía que se llegaran a hacer más especulaciones sobre ambos

Al menos no ahora

La espera para verla fuera de ahí definitivamente me estaba matando y sabía que a ella también.

Al salir de la universidad esa tarde llegue con buen tiempo para prepararme. Me esforcé en verme presentable y termine de dejar todo en orden para cuando volvieramos.

Llevaba mucho tiempo viviendo solo y eso me había vuelto una persona algo quisquillosa con el orden.

Y justo cuando estaba arreglando los detalles finales tocaron la puerta.

Y al abrirla se me seco la boca.

—Hola papá

Mi hija estaba allí.

¿Qué día era?

¿Jueves?

¿Viernes?

¡Sábado!

¡Era sábado!

Joder

—Hola cariño— la salude sonriendo.

Ariana dio dos pasos en mi dirección, la mochila colgaba de su hombro derecho, su cabello castaño,y lacio caía bien peinado por sus hombros. Sus ojos oscuros resplandecían, como cada vez que podíamos vernos desde que era una niña.

La jale de los hombros y la abrace, ella se aferro a mi como lo hacía cuando era solo una bebe y le bese la coronilla de la cabeza.

—Te extrañe, nena.

—Yo a ti, pa— dijo separándose, me echo una mirada y elevó las cejas— ¿Por qué tan arreglado?

Ariana se metió a la casa y yo la segui, se dejó caer en el sofá y puso sus zapatos sobre la alfombra qué había barrido dos minutos atrás.

—La alfombra— le dije, entre dientes

Reaccionó inmediatamente levantando los pies de ahí, sonriendo con vergüenza.

—Entonces. ¿A donde vamos?

—Lo lamento nena, no recordaba que llegabas hoy, iba a salir

—¿Ibas?

Asentí con la cabeza.

—¿Era una cita?

Volví a asentir.

Pude ver como su rostro se llenaba de emociones contradictorias, un poco me molestia, un poco de emoción...

—No canceles por mi— dijo echándose para atrás— puedo esperar aquí.

—La última vez que esperaste aquí hiciste explotar el microondas—le recordé meneando la cabeza.

Se echo a reír.

—Fue culpa de la taza, no mía.

Le sonrei.

—Entonces, si no quieres accidentes llevame contigo

Mi profesor (+18 ) ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora