La vida continua

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Me he animado a seguir publicando la historia, Gracias a una nueva amiga que hecho via wattpadd, a la gente que le guste que la comente, si quiere y a la que no, pues no importa. Esto lo escribi para mis amigas JArmy y me gusta compartirlo, por si alguien siente esta misma adoracion por JAmes. Muchos besos desde España

El viaje de vuelta a casa desde Londres se me había hecho eterno, ¿cómo podían haberme roto el corazón de esa manera? ¿cómo podían haber jugado conmigo de esa manera? ¿cómo podía ser tan estúpida?

Unos meses después  yo había retomado mi trabajo. Los días en Madrid pasaban y la primavera se acercaba, las chicas y yo habíamos preparado un nuevo encuentro; esta vez en aMadrid porque Sara no podía viajar, estaba embarazada. Mi pareja favorita estaba esperando un bebé, se habían enterado hacía relativamente poco y yo iba a ser la madrina de la criatura, me encantaba la idea, aunque sabía que Sara aun tenía sus reservas sobre la relación.

Lidia se había vuelto de Londres porque su ”amor “ con Dan no era más que pasión y ella estaba encantada con toda esa atención y deseo que había entre ellos, pero necesitaba más y además quería acabar su carrera de Bellas Artes, así que aunque aun se llevaban bien, ya no eran pareja. En cambio, Judith seguía sus aventuras en Londres estaba trabajando de enfermera allí y pasaba el tiempo que podía con su morenazo, que seguía tratándola, como la reina que era; cuando hablábamos procurábamos no hablar de James o Kevin aunque  yo sabía que la banda tenía muchos problemas entre ellos aunque por otra parte añoraba compartir las risas y el entusiasmo propio de las JArmy.

 Mi humor había mejorado en estos últimos meses, pero aún me invadía ese recuerdo y me dolía; sin embargo me lo reservaba para mí porque quería desterrarlo de forma definitiva de mi cabeza. Aunque sabía que no podía engañarlas, ellas respetaban mi espacio.

Quedaban apenas dos semanas para el encuentro, cuando Diego me rogó que hiciera un viaje de negocios con una productora: tenía que ir a Amsterdam… ¡Un sueño hecho realidad! Aunque me perdería el encuentro con las chicas… Todas entendieron que era necesario y Lidia se ofreció a acompañarme. Judith, mientras, acudiría al encuentro con Sara y así aprovechaba para ver a su familia. ¡Cómo adoraba a estas mujeres! Sin embargo, era este un viaje que quería realizar en solitario; necesitaba vivir esa aventura yo sola… ¡Había soñado tantas veces con ese viaje! Desde hacía años había deseado visitar el Barrio Rojo y los coffee shop.

Lidia me proporcionó el teléfono de un amigo suyo por si necesitaba algo. Diego y Sara me organizaron el viaje para que no hubiera ni un momento de aburrimiento. En la preparación de mi equipaje me ayudó Sara, que ya estaba de tres meses la barriga empezaba a notársele. ¡Estaba tan feliz por ella!...

El primer día que Judith puso un pie en España, pasamos a recogerla por casa de sus padres y nos fuimos a cenar, quería ver a mis amigas/hermanas, antes de partir hacia el viaje de ensueño. La conversación fue muy amena y la velada muy divertida y reveladora, pues mis amigas sabían de mi dolor y me obligaron a enfrentarme a él. Tenía que llamar a Kevin y a James para cerrar este tema y poder seguir con mi vida. 

El primero al que llame fue a Kevin, el perfecto caballero inglés, me desahogue con él y le grite lo que pensaba de él, que era un falso y que me había hecho sentir una mierda; el me dio la razón y se disculpó dejándome anonadada e incluso me aseguro que si aún fuera el manager de James firmaría con nosotros ese contrato, pero que desgraciadamente James había tirado su carrera por la borda, a causa de la bebida y las drogas. Mi asombro iba en aumento; ¿James y drogas? , le di las gracias y me disculpe rápidamente. Mis amigas me interrogaban con la mirada, pero ya estaba animada así que antes de responderlas, llame a James.

James cogió su teléfono y lo primero que oí es “Fuck you, bitch” y una risa de una mujer, mi ánimo empezó a decaer, así que le dije a James quien era y sin alteración en la voz dijo que no conocía ninguna Verónica, que no sabía quién era y colgó; este gesto provoco en mi el efecto contrario al que mis amigas creían pues toda la rabia volvió a mí y aunque no lloré por ese idiota; me prometí no volver a llorar por el; Todo lo ocurrido en ese viaje volvió a mi cabeza nítidamente, que tuve que pedirles disculpas e irme de la cena, despidiéndome rápidamente de las chicas

Soñando despiertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora