Amsterdam

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James narra

Llegué a Amsterdam con los ánimos por los suelos, después de dormir en el vuelo y despertarme con un dolor de cabeza enorme, decidí pasarme por el hotel y pegarme una ducha para ver si me cambiaba el humor, a veces pienso que hay algo mal dentro de mí por esos cambios de humor tan drásticos. Cuando salgo de la ducho mensajeo a Dan para ver por donde esta; Él no sabe que he venido.

Acabo de prepararme y aún no recibo noticias de él, seguro que esta disfrutando de la noche en esta fantástica ciudad, decido cenar en uno de mis restaurantes favoritos y disfrutar del buen blues en directo que puedo oir. Mis pensamientos vuelan, a través de los meses hasta aquel sueño y aquella perfecta mujer, recordando los días que habíamos pasado en Londres y lo mal anfitrión que había sido; aunque realmente no hubiera sabido actuar de la misma manera. Después mis pensamientos vuelan a Dan y la banda, voy a tener que hacer un esfuerzo muy grande para volver a ganarme su confianza. Y lo más importante tenía que ganarme la confianza conmigo mismo de nuevo.

Ensimismado en mis pensamientos, me dirigí hacia el barrio rojo, en dirección al coffe shop karaoke que solía frecuentar con Dan y que tan buenos recuerdos me aguardaba. Al entrar escuche la voz de mi amigo y sonreí, que predecible era y como me alegraba, encontrármelo. La alegría se transformo en nerviosismo, cuando en una mesa vi un perfil conocido, era Veronica, su pelo estaba más largo y su rostro más afilado, pero era ella, estaba allí y escuchaba a Dan mientras en sus ojos pude comprobar que sus pensamientos viajaban por un camino que le producía dolor. Mi corazón martilleaba en mis sienes fuertemente. ¿Estaría con Dan?

Me acerque lo suficiente, para que Dan me viera y se bajo efusivo a darme un abrazo; me encanta el buen rollo que desprende mi amigo, parece siempre contento y sin preocupaciones; siempre dispuesto a sacarte una sonrisa. Me animo a subirme al escenario aunque yo tenía miedo que mi voz no saliese e hiciese el ridículo, me acomode y sin quitarme mis gafas de espejo, comenzó, le dedico esta canción a Veronica, porque lo nuestro siempre será : Imposssible.

Cuando empecé a cantar mi voz se rompía como hacia años que no me sucedía y tuve miedo de no poder acabar la canción hasta que sentí su mirada sobre mi, sus ojos muy abiertos, mi corazón iba desbocado cuando acabe la canción y baje del escenario, no se como llegue hasta la mesa pero lo que paso a continuación era digno de otro sueño erótico e hizo que me sintiera bien conmigo mismo, de nuevo.

Narra Vero.

Su voz se iba convirtiendo en un susurro, no me lo podía creer. Él había tenido el mismo sueño que yo. Lo último que dijo mientras se levantaba fue:

- Si quieres me voy.

Le tomé, entonces, por el brazo fuertemente y le dije:

- Soy tuya, James, déjame que te cuente algo. Y le relaté mi sueño, hermano gemelo del suyo y mi experiencia en Londres, desde mi punto de vista. Vi como su expresión cambiaba y como en ciertos momentos me sostenía porque tenía miedo que rompiera a lloraría; a veces había furia y otras tristezas. Este si era James, el que me había enamorado cuando lo vi por primera vez en la pantalla del ordenador, en su cast de Factor X, con su guitarra y exponiendo su alma a todo el publico.

Esta historia y sus caricias constantes nos excitó tanto que acabamos enredándonos debajo de las sábanas. Había olvidado toda mi vergüenza porque el hombre de mi vida había compartido conmigo el mismo sueño erótico y tenía aún catorce días por delante en Amsterdam para hacerlos realidad uno por uno y ver qué me deparaba el destino.

Fin.

Soñando despiertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora