Can you feel my heart?

Capítulo 2.

Izzy.

No me había levantado esa mañana precisamente para soportar al mundo. Estaba absorta en mis pensamientos, pero ese chico tuvo que venir a tocarme las narices justo en el momento menos adecuado.

Me había ido a la biblioteca a poner un poco de orden en mis asignaturas, me estaba agobiando demasiado en las clases y sentía que iba a explotar.

Me ha interrumpido en mitad de la mejor parte de "Weightless".

Me molestó bastante que hubiera hecho eso. Sí, me pongo la música alta, ¿y qué? Que se aguante, joder, la música sólo se escucha bien así.

Intento evadirme de mis pensamientos y restarle importancia. Me dispongo a ponerme los auriculares de nuevo pero desvío mi mirada a un libro que hay sobre la mesa.

"El arte de conducir bajo la lluvia".

Reparo un momento en mis pensamientos y me doy cuenta de que lo más seguro es que se le haya olvidado a ese chico que.. ni siquiera conozco su nombre.

Tenso la mandíbula al recordar como se había burlado del mio. Que chico más desagradable.

Ignoro el libro y me pongo mis auriculares. Si quiere cogerlo que vuelva a por el.

Pero al cabo de unos minutos lo miro de reojo, llena de curiosidad.

Resoplo y acabo por cogerlo entre mis manos, abriendolo y observando las páginas anteriores a la historia.

Me gusta mirarlas porque me resultan interesantes las dedicatorias y los pequeños textos que aparecen.

"Para Muggs."

"Si recurres a tu poder mental,
tu decisión, tu instinto
y también a tu experiencia,
puedes volar muy alto."

AYRTON SENNA.

- Inspirador. - digo para mí misma y termino de recoger mis cosas de la mesa, metiendolas en mi mochila y colgandomela en el hombro.

Supongo que a el pelos no le importará que me lleve prestado su libro, aunque de todas formas no es suyo si no de la biblioteca.

Reparo un momento al pensar en el mote que le he puesto y se me forma una sonrisa sarcástica en el rostro.

Me llevo el libro prestado entre mis manos y empiezo a leer el primer capítulo no sin antes ponerme "Creep" de Radiohead. La música invade mis oídos en menos de tres segundos. Dios, esta canción siempre viene bien al leer.

Ando por los pasillos del instituto absorta de cualquier distracción que pueda aparecer.

Leo con suma atención el capítulo. Leer a cada momento ha desarrollado mi capacidad de no tropezarme cada dos por tres o chocarme contra algo o alguien. Me chupo el labio inferior disfrutando para mi sorpresa de la lectura.

Vaya, resulta que el pelos sabe de libros. Quien lo diría.

De repente noto como alguien se interpone en mi camino y paro en seco, alzando levemente mi mirada.

Bajo entonces la música, lo suficiente como para escucharla.

- ¡Izzy! Vaya, ¿qué haces aquí? - Amy se ríe puntualizando el hecho de que "haya salido de mi cueva" - ¿vas a entrar a la segunda hora?

Su voz suena como un eco de fondo ya que he vuelto a centrar mi atención en la lectura sin poder evitarlo.

- Izzy, joder, préstame atención al menos.

- Eh, ¿qué? - alzo mi vista de nuevo y la veo molesta ante mi pasotismo hacia ella. Intento indagar un segundo en lo que me ha dicho y muevo mi cabeza. - ¿Qué tenemos ahora?

- Filosofía. - puntualiza.

- Buf. Creo que me iré a casa, ¿eh?

Noto estallar la risa de Amy. Su risa acaba por escucharse más que mi música. No es que me moleste.. si no que.. vale, sí, me molesta.

- Anda que ya te vale. Asiste a esta clase al menos. Luego ya podrás sumergirte en todos los libros que quieras.

Inspiro profundamente y marco la página colocando mi dedo entre las páginas.

- En un rato voy, ¿vale?

Duda un momento y al final asiente.

- No tardes, necesito hablarte sobre algo - me da un apretón cariñoso en el hombro como muestra de afecto y como bien ha aparecido, desaparece de la misma forma.

En verdad ya se de lo que me va a hablar. De chicos. Siempre son chicos.

Me paso la mano por mi pelo, echandome un momento el flequillo hacia un lado y me tumbo en mitad del pasillo, sin ninguna preocupación alguna.

Apoyo mi espalda en las taquillas y coloco el libro en mis piernas al flexionarlas, abriendolo de nuevo para sumergirme en la lectura.

Chicos.

Un tema nada interesante y que todas las chicas de mi grupo hablan. Supongo que nunca me voy a sentir cómoda con ese tema.

Resoplo y cierro el libro de nuevo, cerrando mis ojos y echando mi cabeza ligeramente hacia atrás, apoyandola en las taquillas.

Realmente hoy no tengo ganas de soportar a nadie. Ni siquiera a mí.