Capítulo 9

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Ricky.

Tardo un poco en convencer a Em de que no debe de decirle nada a mamá si no quiere meternos en un buen lío, y es que se perfectamente que seré yo quien acabe con toda la culpa y molesto con todos por un largo tiempo. Me costó demasiado llegar este punto en el cual puedo tener libertad como para perderla porque el cretino de turno se crea que esto es un juego sencillo. Em cede a no decir nada si la llevo al parque, así que le prometo llevarla al día siguiente.

Cuando me levanto descubro que Ash se ha largado de la misma manera que había llegado y agradezco que haya hecho eso, o me hubiera encargado de sacarlo de aquí yo mismo, no soportaría ver su cara ahora, sólo de pensarlo me entran ganas de matarlo. Aprovecho su ausencia para poner música y recoger un poco mi habitación. Cuando termino me siento en el sillón y miro la pantalla de mi móvil, sigue acumulando llamadas perdidas de mi padre y se ve que él no pierde la esperanza. Cierro el puño con fuerza y hago un esfuerzo por no contestarle. No serviría de nada. Sólo discutiría con él y prefiero ahorrar saliva para la gente que se la merece.

Justo cuando suelto el móvil me llega un mensaje. Lo abro y leo:

Max: Ricky, mañana quiero verte en el descampado del final de tu calle. No es una opción faltar, o puede que alguien lo pague caro. A las ocho de la mañana, ya te conoces las normas.

Respondo afirmativamente, no me queda otra opción que asistir al encuentro, espero que su recado sea sencillo, algo que ya haya hecho mil veces, pero algo me dice que no será así.

Hará tres años que conocí a Max, nos presento nuestro camello, pero nadie me dijo que en un futuro Max acabaría siendo el rey de todo lo que conocíamos, así que paso de ser el colega con el que poder fumar un poco, al jefe inflexible que cree poseer nuestras vidas. Estuve un largo tiempo trabajando para él, pero me cansé, jugar a ser el rey del mundo me resulto aburrido cundo me di cuenta de que esa mierda no llevaba a ningún lado.

Em aparece vestida con un chándal y la cara hinchada de tanto dormir, es casi la una y media y acaba de levantarse, pero no se le ha olvidado que hoy íbamos al parque, o eso me deja entender su modelito. Le preparo el almuerzo y se sienta a la mesa sin articular palabra. Cuando acaba lava su plato y vuelve a la parte superior de la casa.

-¡Ricky, ayudame! -grita-

Subo las escaleras de madera y me recibe con el pelo mojado cayéndole sobre la cara.

-¿Me haces una trenza?

-Estas mojando el suelo, enana.

Cojo una toalla y se la pongo en la cabeza.

-Perdón, es que mamá siempre me hace la trenza con el pelo húmedo.

-Tú te lo has empapado al completo.

-He metido la cabeza en el lavabo.

Ambos reímos un momento.

-Es que no me gusta jugar con el pelo suelto, ¿me peinas o no?

-Estate quieta, al menos si no quieres parecer una de esas modelos con esos recogidos tan feos.

Cepillo su cabello rojizo hasta que no le queda ningún nudo y hago lo que me ha pedido, una trenza.

Cuando acaba de arreglarse salimos de camino al parque más cercano, el cual esta bastante desierto, lo cual agradezco, así no tendré que aguantar a mil críos gritando y haciendo el ganso.

Este parque es precioso, está lleno de árboles de grandes copas y tiene unos paseos muy bonitos adornados con flores coloridas. Los bancos son verde oscuro, pero están en muy mal estado gracias al clima del lugar, espero que los arreglen pronto. En el centro del parque hay una fuente preciosa, a la cual le cambian el agua con frecuencia, a veces llevo a Em a tirar un par de monedas para que pida deseos, no sé porque le gusta tanto hacer eso, pero se ve que le encanta jugar cerca de la fuente. En cuanto a los columpios solo puedo decir que es lo más nuevo del parque, ya que fueron incorporados a este hace dos meses.

Em se va a los columpios y la sigo para ayudarla a tomar impulso.

-Ricky, ¿mamá te traía al parque?

-Sí.

-¿Y jugaba contigo?

-No siempre.

-A mi me gusta jugar contigo.

Em sonríe y comienza a subir cada vez más alto, así que me apoyo en la base del columpio y la miro.

-¿Sabes si Izzy llegó a casa?

-¿Te refieres a Isabella?

Asiente.

-La verdad es que no.

A medida que pasa la tarde el parque se va llenando más y más de niños, uno de ellos se burla de mi hermana y le tira arena en el pelo. O yo era muy tranquilo cuando era niño, o los niños de ahora deberían ir con correa, espero que lo primero, pero ojalá que lo segundo. Me acerco al niño y nada más verme se disculpa, acto seguido se va con su madre y mi hermana no puede evitar reírse por el mero hecho de que haya asustado al niño tan solo con mis pintas. Decidimos irnos del parque después de esto.

Mientras caminamos por uno de los cederos Em me cuenta todo lo que ha hecho con los niños del parque, lo mucho que odia a Sid, el niño que le tiro arena, que resuelta ser  compañero de clase, también habla de lo preciosa que le parece Izz y de lo mucho que le gustaría verla de nuevo.

-Pues la tienes justo enfrente.

Em levanta la vista y ve que Izzy esta un par de pasos más allá del sendero, así que sin pedirme permiso suelta mi mano y echa a correr en dirección a Isabella. Veo como mi hermana va sorteando piedras en el camino, pero no baja la intensidad hasta que abraza a su objetivo, este la corresponde con un abrazo muy fuerte.

Enciendo un cigarro y voy hasta ellas lentamente, les doy tiempo para hablar, pero cuando llego Em se engancha a mi brazo y empieza a suplicarme.

-Deja que Izzy se venga a casa, por fa, por fa, por fa, por faaaaaavor. -me pone morritos.

Saludo a Isabella con la cabeza antes de contestar.

-No, no creo que quiera.

Miro a Isabella, tiene cara de estar cansada, de querer estar un segundo sola, de rendirse, como si la hubiera atropellado un camión.

-Claro que quiere. - se gira y la mira.-¿Verdad?

-La verdad es que...

Em se da cuenta de que va a decir que no, así que le hace pucheritos.

-Sí, quiero.

Y así es como una niña consigue lo que quiere.

Asiento.

Em da un salto de alegría y le da la mano a Isabella, seguro que la va a marear todo hasta llegar a casa. Mientras caminamos juntos se me ocurre como picar a Izzy, pero decido no hacerlo y terminarme mi cigarrillo en silencio.

Can you feel my heart?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora