Sweet & Bitter [Goyuu]

Bitter-17

Ser un hechicero trae consigo beneficios y grandes poderes, sin embargo en el otro lado de la moneda trae muerte e infortunio.
Como cualquier humano normal, tenía que tomar un avión para regresar a Japón, las horas de vuelo serían largas y posiblemente aburridas, pero el largo viaje de regreso tenía su final feliz, volver con su adorable Yuuji con días de anticipación.
Nunca había hechos viajes tan largos desde que conoció a Yuuji, le preocupaba lo inseguro que podía ser Tokio sin su presencia, aun así necesitaba este viaje pues era una medida de seguridad para el joven pelirosa. Su preciado alumno Megumi de buena o mala manera le enviaba mensajes y fotos del pequeño, sano y salvo, con su característica sonrisa.
Apago su teléfono creyendo que todo estaría bien. Pronto estaría en casa.

Después de 20 horas de vuelo y una escala llegó a la tierra del sol naciente, estiró sus largas piernas y brazos incluso con el infinito activado estar muchas horas sentado seguía siendo incómodo.
Prendió su celular esperando ver las Yuuji-noticias.

Las notificaciones eran demasiadas, tantas llamadas, mensajes, buzones de voz había llegado de todo. Pero un único mensaje fue capaz de destrozarlo.

Tantos sentimientos acumulados en su interior, sentía que iba explotar, ni siquiera era capaz de articular alguna palabra.
El herido Ijichi intentaba explicar la situación, el pobre hombre era un manojo de nervios y culpa.

-La misión se complicó, tenía que llevar a Itadori a la escuela...no creí que sucedería algo como eso. Los estudiantes están bien parece ser que era un categoría especial pero lograron escapar...Lo que pasó con Itadori fue un horrible accidente, lo juro- respondió el hombre de lentes en un intento de apaciguar las emociones volátiles del hechicero de venda- No íbamos a alta velocidad, todo era normal, pero el auto salió de la nada, no pude hacer nada- termino de decir, aguantando las ganas de llorar, no porque su propia hubiera estado o está en peligro, sino porque...

Cuando lo vio ya era muy tarde.

A sus pies Kiyotaka lloraba desconsolado, probablemente por toda esa culpa y tristeza. Aun así nada de eso importaba.
No era empático y menos ahora.

¿Realmente era un accidente desafortunado? Exactamente cuando no estaba a su lado ¿Era tanta la casualidad? ¿Por qué cuando le quitó los ojos de encima el mundo se vino abajo?

Las cosas pasan por algo.

-Quizás debí a ver matado a todos los peces gordos.-susurro con calma. Ijichi lo miro con una expresión de pánico puro, su cara decía todo.

¿Qué tiene que ver ellos con el accidente?

Nada y a la vez todo. De todas formas descubriría la verdad tras todo esto.

Shoko lo veía reojo, dando la última calada de humo para posteriormente apagar el cigarro

-Normalmente no eres tan emocional-la hermosa mujer de cabello castaño se paró enfrente suyo, con un rostro serio o los brazos cruzados

-Siempre fui un buen hombre que se preocupa por sus estudiantes.

-Él no era tu alumno-le recordó, se paseó por la sala hasta llegar al cuerpo- ¿Puedo hacer con él lo que quiera?

Sintió la boca seca y el estómago revuelto, asintió en respuesta.

La sabana resbaló y pudo ver con tanta claridad que desearía no poder hacerlo.

Yacía recostado, sus ojos cerrados con una expresión de completa calma, igual a la que tenía al dormir a su lado; Gojo deseaba con todas sus fuerzas que Yuuji solo estuviera durmiendo, pasar su mano por la suave mejilla de Itadori como siempre lo hacía, solo para recibir la bella sonrisa de Yuuji al despertar.

Dolía, dolía tanto y no podía hacer nada, la impotencia y el remordimiento lo atacan a cada segundo, debía externar estos sentimientos negativos y no le importaba el método solo quería deshacerse de esta miserable angustia.
Solo una vez, una última vez lo quería ver no para lamentarse una vez más, si no para recordarle lo débil que podía ser.

Se preguntó si todo lo vivido con Yuuji había sido solo un sueño, su pequeña figura se desvanecía con el humo entre sus dedos.

Desesperación, nunca la había sentido tan horrible y desgarradora.

Yuuji

Yuuji

Yuuji

Solo quiero a Yuuji, solo él es capaz de quitarme este amargo sabor.

Quiero seguir probando ese dulce sentimiento que provocas.

Entonces el tiempo se detuvo, como si se tratase de un milagro, el pálido y débil cuerpo del jovencito se levantó. Los ojos marrones que tanto anhelaba se enfocaron en él, solo por qué traía puesta su característica banda en los ojos, aquel hubiera sido un encuentro de miradas hermoso, de cualquier forma no necesitaba de ese momento fantasioso y romántico.
Le importo poco lo que pensara Shoko o Ijichi, prácticamente se lanzó sobre el cuerpo de Yuuji y lo abrazo, se aferraba con tanta desesperación al pequeño cuerpo, había un pequeño temblor en ese abrazo y era causado por el mismo Gojo.

Paso sus dedos por la espalda de Yuuji sintiendo el tacto confirmando que era cálido y suave justo como la personalidad del chiquillo; escucho los latidos latentes del corazón de Itadori y los cortos brazos rodeando su cuello fueron suficiente prueba para creer que el pequeño Yuuji había vuelto entre los muertos.
Esa sensación de tranquilidad y paz, su corazón pronto de lleno de Yuuji.

-Satoru, regresaste- esa voz cansada pero tan llena de alegría, ¿era aquí donde debía echarse a llorar y agradecer al mundo?

-Por supuesto que regrese te lo prometí- estaba completo otra vez.

"Ah... Cómo amo esto, como amo a Yuuji"

Esta sensación, este comportamiento, es amor, si es mi amor por Yuuji."

Ahora sus sentimientos tenían un nombre, uno tan hermoso y desconocido.

No tengo comentarios sobre el capítulo ᕙ('▽´)ᕗ   

Muchísimas gracias por todas sus palabras de apoyo y sus deseos. Después de un mes de recuperación regresamos a nuestra programación habitual, y tambien desde el fondo de mi corazón les agradezco que me sigan acompañando en este intento de fanfic.