Nota de la autora: ¡Hola! En vista de que estoy de vacaciones y bastante inspirada, he decidido que a partir de hoy (intentaré) subir capítulo día si, día no. A lo mejor hay algún día que no puedo hacerlo, pero intentaré poder todos los días, a cambio espero que deis mucho apoyo. ¡Gracias!
JENNIFER
Cuando estoy arriba, voy a la habitación de Jan, y al entrar veo que está sentado en el suelo con la espalda contra la pared, los codos apoyados en las rodillas, y las manos en la cabeza.
- Hola – digo mientras me siento a su lado. – no ha salido tan mal, ¿no?
No responde nada, pero se encoge de hombros.
- ¿Quieres que me vaya? – pregunto.
Otra vez no habla, pero niega con la cabeza.
- ¿Quieres silencio?
- No – dice, aunque no se ni como lo llego a escuchar, porque más que hablar, susurra.
- No sé qué decir ni que hacer, Jan.
- No... no ha salido bien – dice por fin.
- ¿Cómo qué no? ¿Qué te hace pensar eso?
- La he decepcionado, Jen.
- Jan, no la has decepcionado, solo que está en shock, es normal, nadie se espera que un día cuando tu hijo llegue te diga que se droga, no es que la hayas decepcionado, solo está en shock, se le pasara, Jan, confía en mí de verdad.
- ¿Y si nunca lo consigo?
- ¿El que? – pregunto descolocada.
- Dejar las drogas – dice antes de que yo llegue a esa conclusión.
- No, no pienses eso, Jan. Vas a dejarlas como que me llamo Jennifer Gray. Tal vez no hoy, ni mañana, pero tal vez si es unos meses, o incluso en semanas, lo dejaras, aunque sea lo último que haga en mi vida, te lo prometo.
- Ahora soy yo el que no sabe que decir.
- No hace falta que digas nada, yo me voy ya a casa, supongo que tendréis que hablar y no quiero molestar – digo levantándome, aunque Jan me para antes de que lo pueda conseguir.
- No, quédate.
- Jan...
- Antes de que te vayas, quiero hacer algo.
Me quedo unos segundos quieta, hasta que decido que me quiero quedar, por lo menos hasta que Jan diga lo que quiere hacer.
- Ven – dice levantándose y cogiéndome de ambas manos para llevarme consigo.
Lo sigo, hasta que entramos en el baño, y me suelta las manos. Me deja sola en el baño, y tarda un minuto en volver.
Se agacha delante del wáter, y por un momento me quedo bastante descolocada.
- ¿Qué haces?
- Ven, siéntate conmigo – indica levantando la cabeza.
Hago lo que indica, y me quedo sentada esperando que haga algo.
De un momento a otro, saca unas diez bolsas llenas de polvo blanco, y empieza a abrir una a una vaciando su contenido en la taza del wáter.
- ¡¿Qué haces?! – pregunto descolocada.
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GENES
RomanceElla quería ser feliz y el pensaba que jamás podría llegar a serlo. Felicidad. Oímos hablar de ella continuamente, pero pocas personas saben lo que es experimentar esa emoción. Solemos usarla para momentos en los que estamos felices, y si, es lo más...