CAPÍTULO 29

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JENNIFER

Mark y yo estamos en el bus yendo hacia la universidad ya que Jan ha pasado muy mala noche: no podía dormir, sudaba mucho y el resto de la noche se la ha pasado en el baño vomitando y sobre las seis ya se ha podido dormir y ya luego me sabia mal despertarlo. Así que bueno, yo tampoco he dormido mucho, he estado con el todo el rato intentando ayudarlo en todo lo que podía.

Ayer por la tarde también tuve sesión con Sarah y estuvimos más rato del que se suponía que debíamos estar, pero la verdad es que me sentó increíblemente bien.

- Ayer en el entreno estuve hablando con Jacob y me dijó que lo ha dejado con Sophie – explica Mark en el autobús.

- ¿Enserio? ¿Por qué la ha dejado?

- Bueno, dice que se ha dado cuenta de la persona que realmente es y que no quiere a alguien así en su vida.

- Joder, pues sí que le ha costado darse cuenta – replico.

- Ya. En la siguiente parada bajamos – señala Mark.

Cuando entramos en la universidad todo el mundo nos está mirando, pero mirándonos mucho, demasiado.

Bueno, por lo menos hoy acabamos a la una y media y por eso normalmente en la cafetería casi no hay nadie.

- Hola, Jenna, siento mucho lo que paso ayer con Sophie, no sé si Mark te lo ha contado, pero ya lo he dejado con ella, no sé cómo he podido tardar tanto, en verdad – dice Jacob mientras Mark está abriendo su taquilla.

- No pasa nada, Jacob, no es tu culpa que ella sea así.

- Ya, pero si no hubiera empezado a salir con ella no se hubiera acercado tanto a ti... lo siento mucho, enserio.

- No te culpes, el único culpable aquí es Nick, tú no tienes la culpa de absolutamente nada.

- Si, y, por cierto, ayer cuando acabo el entreno y tú te fuiste – dice señalando a Mark que ya a acabó de sacar cosas de su taquilla – Vino la hermana de Nick, te estaba buscando a ti, Jenna. Se ve que había hablado con Adrián para saber dónde podía encontrarte, él dijo que podía encontrarte en los entrenos. También le dijo a el que todo su familia lo a desheredado y que ninguno quiere saber nada de él.

- Ah – respondo un poco incomoda: no sé qué decir ni cómo reaccionar.

- Nos pidió tu número de teléfono, pero no nos pareció bien dárselo así que nos dio ella el suyo para que si quieres podáis hablar, ten – explica tendiéndome una tarjeta.

- ¿Es cirujana? – pregunto mirándola.

En la tarjeta pone que es la jefa de neurocirugía del hospital en el que estuve la semana pasada.

- Si, en el hospital han estado a punto de echarla por todo lo que pasó, pero como es tan buena y se a sabido defender no la han echado.

- Bueno, tenemos que ir a clase, gracias por todo, Jacob – digo queriéndome ir de allí ya.

- No es nada, nos vemos.


Otro día más de clase. Me gustaría decir que hoy ha ido mejor de ayer, pero mentiría: cuando Mark y yo hemos entrado en la cafetería, tofo em mundo nos estaba mirando, y la cosa a seguido así durante todo el día, la gente no parece tener ni un poco de compasión, pero bueno, la vida.

- Jen, vamos a cenar – me avisa Jan.

Yo estoy en el baño acabando de asearme y la verdad que no tengo mucha hambre, bueno, más que no tener hambre lo que no tengo son ganas de engordar. Aun así, cuando acabo de secarme el pelo bajo a la cocina y me encuentro con Sarah, Mark y por supuesto Jan.

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