JENNIFER
Durante todo el camino nadie dice nada y la mano de Sarah permanece en mi rodilla acariciándome mientras yo tiemblo y lágrimas caen de mis ojos.
A lo lejos veo el hospital y el miedo vuelve a inundarme.
Jan aparca en frente de la puerta y Sarah me habla:
- De acuerdo, cielo, ahora bajaremos del coche y entraremos en el hospital por ahí, ¿vale?
Niego muy rápido con la cabeza.
- ¿No quieres salir?
- No – susurro.
- Cariño, estaremos los tres a tu lado en todo momento, te lo prometo. ¿Quieres, aunque sea intentarlo?
Dudo, pero acaba aceptando.
Todos salen del coche y Sarah me abre la puerta y me ayuda a salir.
- Vamos, cielo.
Jan y Mark van delante nuestro y andan un poco más rápido mientras que Sarah y yo vamos más lentas.
- Jennifer, ¿quieres que uno de los dos se ponga detrás nuestro? – pregunta ya que no paro de mirar todo el rato a nuestras espaldas.
Asiento.
- Mark, puedes ir detrás nuestro, ¿por favor?
- Claro.
Se pone donde su madre le ha dicho y a me siento un poco más segura.
Entramos en el hospital y esta atestado de gente y mis piernas empiezan a flaquear, Sarah lo nota.
- Cielo, ¿te importa si voy yo a hablar con un médico y tú te quedas con Mark y Jan? ¿O quieres venir conmigo?
- Contigo – susurro.
- De acuerdo.
Vamos los cuatro al mostrador y el chico se nos queda mirando.
- Buenas tardes, ¿en qué puedo ayudarles?
- Buenas tarde, bueno como puede ver tiene heridas muy feas en la cara y... a ella la han... la han violado.
El chico asiente con la cabeza y le susurra a su compañera algo que no puedo entender.
- Vengan conmigo.
- Cielo, hemos de ir con él, ¿vale?
- ¡No, no, no, no! – chillo y empiezo a tirar hacia atrás.
- Soy psicóloga, está teniendo un shock por lo que le ha pasado, no quiere que ningún hombre se acerque a ella.
- Ahora viene mi compañera.
A los dos minutos una chica viene a buscarme:
- Buenas tardes, cielo, mi nombre es Mireya, ¿puedes acompañarme?
Niego muy rápido con la cabeza.
- ¿Puedo acompañaros? – pregunta Sarah.
- ¿Es usted familia?
- No tiene familia.
- Hum, en ese caso sí, puede venir uno de ustedes.
- Voy yo, chicos, esperad aquí – dice Sarah.
Mark y Jan se quedan sentados en la sala de espera mientras a mí me llevan a una sala.
Llegamos a una habitación en donde hay una cama un pequeño escritorio y poco más.
ESTÁS LEYENDO
GENES
RomanceElla quería ser feliz y el pensaba que jamás podría llegar a serlo. Felicidad. Oímos hablar de ella continuamente, pero pocas personas saben lo que es experimentar esa emoción. Solemos usarla para momentos en los que estamos felices, y si, es lo más...