CAPÍTULO 24

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JENNIFER

Durante todo el camino nadie dice nada y la mano de Sarah permanece en mi rodilla acariciándome mientras yo tiemblo y lágrimas caen de mis ojos.

A lo lejos veo el hospital y el miedo vuelve a inundarme.

Jan aparca en frente de la puerta y Sarah me habla:

- De acuerdo, cielo, ahora bajaremos del coche y entraremos en el hospital por ahí, ¿vale?

Niego muy rápido con la cabeza.

- ¿No quieres salir?

- No – susurro.

- Cariño, estaremos los tres a tu lado en todo momento, te lo prometo. ¿Quieres, aunque sea intentarlo?

Dudo, pero acaba aceptando.

Todos salen del coche y Sarah me abre la puerta y me ayuda a salir.

- Vamos, cielo.

Jan y Mark van delante nuestro y andan un poco más rápido mientras que Sarah y yo vamos más lentas.

- Jennifer, ¿quieres que uno de los dos se ponga detrás nuestro? – pregunta ya que no paro de mirar todo el rato a nuestras espaldas.

Asiento.

- Mark, puedes ir detrás nuestro, ¿por favor?

- Claro.

Se pone donde su madre le ha dicho y a me siento un poco más segura.

Entramos en el hospital y esta atestado de gente y mis piernas empiezan a flaquear, Sarah lo nota.

- Cielo, ¿te importa si voy yo a hablar con un médico y tú te quedas con Mark y Jan? ¿O quieres venir conmigo?

- Contigo – susurro.

- De acuerdo.

Vamos los cuatro al mostrador y el chico se nos queda mirando.

- Buenas tardes, ¿en qué puedo ayudarles?

- Buenas tarde, bueno como puede ver tiene heridas muy feas en la cara y... a ella la han... la han violado.

El chico asiente con la cabeza y le susurra a su compañera algo que no puedo entender.

- Vengan conmigo.

- Cielo, hemos de ir con él, ¿vale?

- ¡No, no, no, no! – chillo y empiezo a tirar hacia atrás.

- Soy psicóloga, está teniendo un shock por lo que le ha pasado, no quiere que ningún hombre se acerque a ella.

- Ahora viene mi compañera.

A los dos minutos una chica viene a buscarme:

- Buenas tardes, cielo, mi nombre es Mireya, ¿puedes acompañarme?

Niego muy rápido con la cabeza.

- ¿Puedo acompañaros? – pregunta Sarah.

- ¿Es usted familia?

- No tiene familia.

- Hum, en ese caso sí, puede venir uno de ustedes.

- Voy yo, chicos, esperad aquí – dice Sarah.

Mark y Jan se quedan sentados en la sala de espera mientras a mí me llevan a una sala.

Llegamos a una habitación en donde hay una cama un pequeño escritorio y poco más.

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