Página 12: ¡Yo te conozco!

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Un flash blanco deslumbra a los tres jóvenes cuando la puerta se abre

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Un flash blanco deslumbra a los tres jóvenes cuando la puerta se abre. Todos cierran los ojos al instante haciendo caras desagradables.

—¡¡¡¡AHHHHHH!!!! —se oye gritar cual histérica a Sanita desde el piso de arriba—¡¡YA ESTÁ AQUÍ, YA ESTÁ AQUÍ, MI NIÑA, VEN AQUÍ, !! —baja corriendo las escaleras pisando bien fuerte y haciendo mucho ruido con las zapatillas— VEN AQUÍ QUE TE ACHUCHE.

¿Alergia al tabaco? Y una porra, esa señora tenía los pulmones perfectamente, sólo había que escucharla gritar. A Nacht casi le explotan los tímpanos. Pero había que hacer un esfuerzo, sólo llevaba diez segundos dentro de la casa.

Todos los presentes se asustan por los gritos. Ani se tapa los oídos. Había olvidado que en su casa no había mucha tranquilidad cuando su madre estaba activa.

Eso era horrible.

—¿Mamá? —pregunta espantada, todavía cegada por el flash— ¿Qué demonios has hecho? ¿Nos quieres dejar ciegos?

Sanita abraza a su hija fuertemente como si no hubiera un mañana, palpándola por todos sitios.

No llevaba ni un minuto en aquella casa, y ya era un agobio constante. Hasta el mismo aire era difícil de respirar.

—¿Estás bien?, ¿Estás herida? ¿Has comido? ¿Qué has comido? ¿Has pasado miedo? ¿Te has perdido? ¿Has pasado frio? ¿Calor? ¿Te has resfriado? ¿Dónde has estado? ¿Has comido verduras? ¿Frutas? ¿Has dormido tus horas? ¿Has madrugado? ¿Te has quedado dormida? ¿Te has portado bien? ¿Has seguido el reglamento? ¿Las normas? ¿Qué has hecho? ¿Qué no has hecho? ....

—N-no puedo respirar...—la interrumpe agobiada por el fuerte abrazo mientras corresponde el abrazo— sí...sí...estoy bien....

Sanita sólo tiene ojos para su bella hija, ignorando a los hombres que estaban en la puerta. Ni siquiera les presta atención, sólo eran borrones en la entrada. Manchas oscuras que opacaban a su hermosa hija.

—AHHHHH....—se separa de ella, pero todavía la sostiene por los hombros—mi niña bonita....ha sido un mes infernal sin tenerte por aquí.—no era del todo cierto.

Sanita hace un puchero mientras la examina cuidadosamente de arriba abajo con sus grandes ojos marrones.

—Yo también te he echado de menos —sonríe su hija mientras la abraza.

—Mi niña...mi niña bonita —le estruja los mofletes fuertemente— seguro que has pasado mucho miedo sin tu madre cerca...

La madre fija la mirada detrás de su hija, fijando su mirada en los ojos de ambos, frunce el ceño.

—¿Cómo? ¿Y ellos quien son? A mí nadie me ha dicho que fueras a traer a nadie —dijo en tono de reproche— ¿Quiénes son y qué hacen en Mi casa?

—¿Papá no te lo ha dicho? —se masajea los inflados mofletes mientras pone una cara rara— Se lo dije hace unas horas. Ellos son...

—¿Ese vago? —la interrumpe— No, —niega con la cabeza— no me ha dicho nada, y no he podido prepararme. Mira que pintas tengo. —Señala el pulcro vestido rojo chillón que llevaba puesto—Me hubiera arreglado un poco.

Historias Cortas Nacht y Morgen (Black Clover)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora