Página 7. Bestia

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------Antes de leer, pongan el video de arriba para crear ambiente, gracias-----



*Ese mismo día, unos minutos después. Residencia de la familia Faust*

La madre de nuestros gemelos favoritos dormía plácidamente después de desvelarse hasta tarde anoche. Todo estaba a oscuras en la habitación.

Se oye la puerta abrirse lentamente con un chirrido y luego se cierra. Entra una figura.

—Quiero dormir contigo amada, hueles rico —se escucha la voz de su marido.

La mujer en la cama, dormida, no dice nada, sólo se echa a un lado haciendo espacio para él y sigue durmiendo sin hacerle caso. Demasiado cansada.

En seguida la cama se hunde, soportando el peso de ambos. Ya no se oye nada, sólo las respiraciones de las personas que duermen una al lado de la otra.

Todo normal.

                                                                    *Media hora después*

Abre los ojos lentamente, acurrucada en las sábanas de lujo, soltando un bostezo fino. Había dormido muy bien junto a su esposo, no se esperaba que viniera con ella. Después de todo, tenía una reunión y deberes que hacer, ¿había terminado pronto? Eso era raro.

Bueno, no importaba, lo importante era que estaba a su lado, respirando fuerte. Se dio la vuelta y se dispuso a abrazarlo fuertemente, feliz de tener a su amante sólo para ella.

Sus delgados brazos abrazaron el cuerpo caliente de su marido, se acurrucó junto a él. Su expresión era de felicidad. Su marido se acomodó mejor. Ocupó más espacio.

—Amada, hueles rico...

Todo seguía a oscuras, no podía ver el rostro de su amado.

—Querido, —respondió suavemente— yo siempre huelo rico...

Se dispuso a darle un beso en los labios, pero no atinó. Extrañada de no encontrar sus labios, tentó la luz de la lamparita y la encendió.

------Antes de seguir leyendo, pause la música de arriba y ponga esta otra, gracias-----

Y la apagó.

Y la volvió a encender.

Y tal como la encendió, la volvió a apagar.

¿Acaso todavía estaba soñando? Su corazón se aceleró, presa del pánico. Con las manos temblorosas, volvió a encender la luz.

—....¿N-n-neizan...? —temblorosa y al borde de un infarto, procesaba lo que había estado durmiendo con ella.

Sus ojos azules se abrieron de par en par, todo su ser sudaba un sudor frio.

Horrorizada vio lo que había a su lado. Ante ella estaba algo similar a su marido. Descartó que fuera humano. Debía de ser una criatura mágica.

Apenas a centímetros de su cara, se encontraba una bestia monstruosamente grande parecido a un felino con el cuerpo rayado, una melena desaliñada, cuatro colmillos que salían de su boca y dos colas multicolores desproporcionadamente largas y con volantes.

Hubo contacto visual. Sus ojos grandes y amarillos la miraban con hambre.

—Amada mía....—dijo la criatura con esfuerzo— hueles rico....tengo hambre.

Historias Cortas Nacht y Morgen (Black Clover)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora