Dairon

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En el primer día de clase pasé desapercibido, tal y como yo quería, pero una chica, Alexa Bridget, quiso hablar conmigo pero yo prefería no hablar con nadie ya que eso podría pasarme factura asÍ que, salí corriendo, como un cobarde.

Me mudé a Marfa ,con mis tíos, por que mis padres estaban muertos y yo tenía que ir a la universidad . Mis tíos vivían en una urbanización bastante lujosa y cerca de la facultad, donde vivían Melyssa y Alexa, la casa de Alexa la podía ver desde mi ventana, ya que esta daba a la calle y la casa de enfrente era la suya. Cuándo volví del instituto, me fuí directamente a mi habitación, y estuve leyendo, hasta que un ruido extraño, que venía de la casa de Alexa me distrajo,vi como dos hombre armados, entraban en su casa mientras ella leía un libro tumbada en su cama. Cuando vi que ella se extrañaba por los ruidos, supe que ella no sabÍa nada de esto, le estaban robando, no se por que fué pero me sentía en la obligación de salvarle, ya que ella estaba indefensa.

Salí corriendo de casa hacia la suya para entrar en su ventana, no podía entrar por  la puerta por que me oirían, escalé por su ventana hasta entrar en su habitación,de algo tenía que servir haber hecho durante mucho tiempo escalada.

Ella iba a gritar, así que me apresuré a poner un dedo entre sus labios para que se callase, su tacto era suave y tenía la nariz llena de pecas, basta Dairon concéntrate, le indiqué que saltara primero por la ventana y lo hizo sin preguntar, menos mal, y después de que ella saltara lo hice yo, cuándo estuvimos los dos en el jardín delantero, le cogí la mano, un escalofrío me recorrió todo el cuerpo, ¿que me está pasando?, nunca había tenido esta sensación es...gratificante.

La llevé al bar que abre 24 horas por que como es obvio no la iba a llevar a mi casa con mis tíos allí.

Hasta que no llegamos a la mesa no hablé y parece que ella lo agradeció.

-¿Estas bien?- le pregunto intentando sonar seguro.

-S...si- me responde con voz temblorosa.

-¿No había nadie en casa o qué?- le pregunto.

-No había nadie, solo yo- me dijo intentando controlar sus sollozos.

Sentí que necesitaba un abrazo, así que rodee la mesa y le abrazé, ella me devolvió el abrazo casi al instante y sin poder controlarlo se echó a llorar. A mi no me gustaba el contacto físico, pero con ella me salió solo. 

Ella era tan pequeña entre mis brazos, calculo que no deberá pasar de 1.65, era adorable.

-N...no se que buscaban- dijo ella de pronto entre los sollozos.

-Tranquila...ya ha pasado todo, estás a salvo aquí...conmigo- le respondí, lo ultimo no se porque lo dije pero parece que le ayudó a tranquilarse.

Estuvo abrazada a mi un poco más hasta que se tranquilizó y me sentí un poco abrumado, me puse extrañamente triste al ver que se separaba.

-Gracias...de verdad- dijo ella sin poder mirarme a los ojos por algún motivo.

-No me las des...de verdad- le respondí con una sonrisa,

Ella al fin me miró a los ojos y me sonrió, en ese instante me quedé sin respiración ,al ver su sonrisa con unos dientes perfectos y esos ojos tan bonitos marrones, rojos de llorar.

En ese momento ya pudo llamar a la policía.

Un Pequeño SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora