Capítulo 5

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El irritante sonido de la alarma sonó por toda la habitación. El joven de cabellos castaños, aún adormilado y envuelto en sus sábanas blancas, sacó con dificultad una de sus manos para callar aquel nefasto ruido proveniente de su despertador redondo en tono blanco con detalles en cromado. Dejó caer su mano. Comenzó a abrir perezosamente los ojos, dio una vuelta para quedar sobre su espalda, con sus manos bajo las sábanas hasta su estómago. Entrecerró los ojos, pues el sol entraba por las 3 ventanas largas que eran tapadas por una fina tela chiffon blanca. Dio un rápido bostezo para pasar a tallar sus ojos. Se sentó sobre la cama y se quedó observando su puff morado. 

Afuera se escucharon tres ligeros golpes a lo que Helmut dijo "pase".

—Buen día, joven Zemo. Espero y haya descansado. Serviré el desayuno en un par de minutos en la mesa del patio—le regaló una dulce sonrisa.

—Buen día Oeznik, gracias. Enseguida bajo—le regaló una sonrisa con la misma dulzura.

El hombre se retiró para dejar al joven hacer sus cosas. 

En el patio trasero, Oeznik comenzaba a colocar los platos para Zemo y para él, pues a Helmut le gustaba comer en compañía. Pasados unos cuantos minutos, Helmut salía al patio trasero ya bien duchado y con ropa de día. Usaba unos Jeans negros, un suéter blanco tipo overzise y unos Vans negros. Tomó asiento para observar con apetito aquel delicioso desayuno que consistía en un omelette de huevo con queso, espinacas y champiñones, una rebanada de pan tostado con mermelada de cerezas, algo de fresa picada y algo de aguacate para que le colocará a su gusto al omelette. 

—Esto se ve delicioso, Oeznik—le regaló una sonrisa al hombre, mientras tomaba los cubiertos.

—Bueno, joven Zemo, el desayuno es la comida más importante del día. Disfrute—le sonrió para comenzar a comer.

—Ah, vaya, sabe igual de delicioso que como luce. Mis felicitaciones al chef. 

—Pues gracias.

Zemo tomó dos de los vasos de cristal para tomar la jarra y servir algo de jugo de naranja para ambos.

—Helmut, tengo una noticia para ti.

—¿ah si? ¿cuál es?—dejó el vaso a su costado.

—Sus padres estarán aquí esta tarde, terminaron con el viaje en Europa más pronto de lo que pensaban, así que estarán de regreso por la tarde.

—Que buena noticia. Hay que prepararles algo de comer, yo te ayudo, será la bienvenida—le entusiasmaba preparar algo para su madre y padre, que hacía tiempo que no los veía. Tenía que hacer de esta la mejor cena para su padre.

°●°●°

Era un sábado sin mucho que hacer, la mañana para los hermanos Barnes había sido bastante normal, Steve le preparo un buen desayuno a su hermano, le dejó un plato de comida a su madre en el microondas, pues aún no despertaba. Compensado lo del día pasado ambos se encerraron en el cuarto de Bucky y jugaron videojuegos por muchas horas, hicieron algunas tareas juntos y tuvieron conversaciones.

—Oye, antes que nada, no me digas que no me meta, pero ¿qué hay entre tu y Zemo?—Cuestiono a su hermano.

—¿qué hay de que?—frunció el ceño.

—¿te ha dicho cosas que te provocan a molestarlo?

—...no—siguió mirando el techo de su habitación.

—¿entonces? ¿por qué lo molestas?

—¿por qué me preguntas eso? ¿desde cuando te importa lo que yo haga con los demás?

DISSOLVE [WinterBaron]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora