Capítulo 11

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Una semana después...

Narra Ryoga.

Desde la muerte de Akane casi no he visitado el Dojo Tendo. La verdad es que casi todo el tiempo he estado en la granja de Akari y si no estoy ahí, estoy entrenando y viajando de un lugar a otro, como siempre suelo hacerlo. Pero la verdad es que no me siento solo, Blanquinegra todo el tiempo está conmigo.

A veces voy a mi casa, cuando la encuentro claro; casi nunca está mamá o papá y por ello sólo estoy un tiempo ahí, es de comprenderse todos tenemos un pésimo sentido de orientación.

Cuando voy a la granja de Akari me siento feliz, siempre me recibe con una sonrisa; a ella no le importa que me convierta en cerdo, de hecho, eso le gusta y bueno todo eso me hace sentir bien.

Creo que estoy comenzando a quererla, como algo más que una amiga; muchas veces he llegado a su granja sin si quiera quererlo. Quizá algo me dice que ahí es mi lugar.

Bueno, a decir verdad, es mi novia ¿no? Quizá yo no lo quise así, pero ahora estoy feliz con ese hecho. Me hace feliz el saber que cada vez que llegue alguien me estará esperando con una sonrisa, y correrá a buscarme al verme a lo lejos; preparara un rico platillo, y entonces yo sabré que ahí es donde debo estar.

Ahora, y en realidad creo que siempre, mi lugar a sido al lado de Akari.

El día de la batalla en Jusenkyo, me di cuenta del amor que se tenían Ranma y Akane. A decir verdad solo lo termine de ver; todos ya sabíamos del amor que ambos se tenían, pero aun así buscábamos una oportunidad dónde simplemente no la teníamos, dónde nunca estuvo.

Al ver a Akane sacrificarse por Ranma, fue lógico para mí y en realidad para todos, que ella lo amaba, a él y solo a él. No le importo perder la vida con tal de que Ranma pudiera deshacerse de su maldición, con tal de que Ranma fuera feliz. Y con ese hecho aun cuando él seguía inconsciente yo lo saqué de ahí. Akane lo único que había querido antes de irse era que él escapará, su último pensamiento habría pertenecido a él.

Después de ver todo aquello, decidí dejarme de interponer entre ellos, al final solo nos quedaba comprender que estaban hechos el uno para el otro, y eso nunca podría cambiarse.

Yo fui el primero en comprender aquello, después los otros chicos terminaron por aceptarlo, y ya cuando al fin nadie podría interponerse entre ellos, ocurrió lo peor. La muerte de Akane.

Nadie se esperó aquello, nadie nunca imagino que Akane moriría, enfrentamos las cosas y al final obtuvimos una perdida, una gran pérdida. Perdimos a una persona muy valiosa, para todos.

Era mi mejor amiga que, meses atrás yo ya había podido confesarle que era P-chan, se enfadó mucho al instante, no me habló por vario tiempo; hasta que al fin me perdono y entonces fuimos los mejores amigos, yo era su mejor amigo, ella lo dijo algunas veces, bueno a decir verdad ya era su mejor amigo, sabía muchas cosas, cuando estaba con ella como P-chan.

Le confesé que era P-chan ya que, no tenía sentido seguirlo negando. Ahora yo estaba con otra chica, y ya la había elegido a ella. Si aún seguía actuando como la mascota de Akane sería como traicionarla, además de que, si yo simplemente ya no volvía nunca más como P-chan ella se preocuparía e iría a buscarme. Por eso un día, decidido se lo confesé.

Ya ha pasado tiempo desde la muerte de Akane, ya casi hace cinco meses desde aquel día, y por ello me gustaría ir al dojo Tendo, ver cómo sigue Ranma e ir a visitar la tumba de Akane. De ser posible me gustaría que Ranma me acompañará, así sería más fácil llegar.

Desde aquel momento solo los he visitado un par de ocasiones, porque la mayoría de veces se me dificulta llegar. La última vez que vi a Ranma estaba destrozado, no lo puedo describir de alguna otra manera, porque él en verdad estaba así, destrozado. Él sin duda fue el más afectado tras el fallecimiento de Akane, no es como si a mí, o a todos los demás no nos doliera; pero para él no fue cualquier perdida, para él murió la mujer que amaba y eso en verdad es doloroso. Y más sin embargo eso no es lo peor, lo peor es que él se culpa por su muerte. Los que estuvimos ahí sabemos que él no tuvo la culpa, pero aun así yo sé que si estuviera en su lugar podría creer lo mismo, me culparía por el hecho de no haber podido proteger a la mujer que amo; si esto hubiese ocurrido tiempo atrás su muerte me habría afectado más de lo que me afectó ahora.

No puedo si quiera imaginar cuánto es lo que debe estar sufriendo. Perdió a la mujer que amaba, y en realidad a la que sigue amando. A mí no me gusta pensar tan solo en el hecho de que algo le pase a Akari, eso me aterra, y por ello para él debe ser realmente doloroso.

Ahora me encuentro en la granja de Akari, le diré que mañana partiré al dojo Tendo, veré como sigue Ranma, y llevaré algo a la familia; espero de verdad que Ranma ya esté mejor. Ah sufrido bastante, los días que estuve cerca pude darme cuenta que ya ni siquiera salía. Es mi mejor amigo, quiero verle bien.

—Akari —le llame, ella acariciaba a Blanquinegra—, mañana quiero ir al dojo Tendo.

—¿Visitaras la tumba de Akane? —me pregunto volteándome a ver, pero sin dejar de acariciarla, que a propósito, Blanquinegra pronto volvería a tener cachorros.

—Mmm sí, y quiero visitar a Ranma y los demás. Ya tiene tiempo que no los visito y me preocupa como pueda estar él, estaba muy afectado la última vez que lo vi.

—Si, él quería mucho a Akane, fue muy triste —dijo girando su mirada y sonriéndole a Blanquinegra, mientras está se tiraba de panza, para que le hiciera cosquillas en su barriga. Sonreí.

—Sí, por ello me gustaría saber cómo sigue. Es mi mejor amigo...

—Si, y por ello deberías ir a verlo —Sonrió y yo también lo hice.

—También me gustaría pedirte un favor —Mencioné.

—Sí, lo que quieras Ryoga.

—Me gustaría que Blanquinegra se quedará aquí contigo, yo regresaré en poco tiempo espero no tardar mucho, pero no quiero llevarla conmigo ya que tendría que caminar mucho, y ella no está en condiciones para hacerlo —Le pedí.

—Claro Ryoga, no te preocupes. Ella puede quedarse conmigo, nosotras te esperaremos aquí, siempre —Termino de decir con una sonrisa, en verdad ahora lo que soñaba era estar a su lado siempre.

—Gracias —le dije y sonreí, aquí estaba mi felicidad. Al fin había encontrado mi lugar.

—Ya es tarde, prepararé tu almuerzo para mañana —se levantó de dónde estaba sentada y fue en dirección a la cocina.

—Gra-gracias Akari —le dije un poco sonrojado—, aprecio todo lo que haces por mí.

—Lo hago con gusto Ryoga —se asomó desde la puerta de la cocina y sonrió—, eres mi novio y te quiero.

—Y-yo también —dije muy sonrojado.

Después de aquello cenamos, Akari estuvo un rato con su abuelo y al terminar el día nos fuimos a dormir.

Me recosté en mi viejo futón, Blanquinegra dormía a mi lado. Mañana me iré al dojo, la verdad es que espero llegar rápido porque al ir solo se me hará más difícil encontrarlo, aunque bueno siempre puedo hacer lo de antes.

Acaricié a Blanquinegra y le susurré:

—Mañana iré al dojo, pero tú te quedarás aquí. Te prometo que volveré pronto —Sonreí y ella se acurrucó entre mi mano. Después sólo dormimos.

A la mañana siguiente, tomé mi maleta y me dispuse a partir. Akari me dio una bolsa con comida que alcanzaría muy bien para un día. Antes de irme ella me dio un ramo de flores, eran algunas margaritas blancas del jardín.

—Ten, llévaselas a Akane, me gustaría poder ir contigo, pero necesito quedarme aquí —Me dijo dándome aquel ramo de margaritas—. Dile que la recordamos siempre —sonrió.

—Si, yo le diré —sonreí de igual forma—. Ya me voy —me acerqué a ella y le di un corto beso en la frente —Hasta luego —dije y salí rápido de ahí, estaba muy avergonzado. Después de un momento ella también dijo "hasta luego".

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Bueno aquí termina este capítulo, la verdad es que quería dedicarle un capítulo a Ryoga y ya lo hice, creo que resultó bien :D. Además ¡pude salir en este capítulo!, jajaja ok no xD.

Es curioso, este episodio lo termine de escribir antes del anterior, bueno en realidad es porque este ya tenía la idea, y en el anterior no jaja.

¡Muchas gracias por todo el apoyo!

Créditos de la imagen del capítulo: Wanfutoshi.

Oye, pero, sigue leyendo abajo. Aún hay más.

Adiós RanmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora