Capítulo 22.3

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Cuando la noche llegó todas las cámaras fueron de regreso con Seokmin, él se encargó de colocarles nombres y tenerlas todas diciendo que si no eran entregadas entonces no tendrían el regalo especial de la concejera. Jihoon no la entregó, decidió que lo haría él mismo y esperó a que el día se acabase para hacerlo. Miró la caja donde estaba la muñeca y la tomó mirándola por un largo rato.

No sabía que era lo que tramaba HyeJin, ella se había comportado diferente, había dejado de fingir para ser "ella misma" pero todo iba tan bien que era extraño. No todo podía ser perfecto y Jihoon no debía confiar en nadie que no fueran los cuatro chicos de siempre, así que debía cuidar sus pasos con la consejera. La alfa estaba jugando con una falsa amabilidad o algo parecido, algo que los hiciera sentir cómodos con ella. Pero estaba bien. Jihoon podía jugar de la misma forma.

—¿Piensas dársela ahora?— Preguntó Seungkwan entrando a la habitación. —Creo que es lo correcto. Ella ha hecho demasiado por nosotros.

—Nada de lo que hace es por gratitud.— Mencionó dándose la vuelta para encararlo. —Ella está tramando algo.

—Quizás.— El omega asintió. —Pero quizás ella solo sea así... Cuando nos defendió de MinSook desprendió un aroma agradable, amargo, pero fue honesto y lindo. Un poco triste. Eso no se puede fingir. Ella nos defendió por algo, aunque no tenía que hacerlo.

—No podemos confiar en nadie.— Respondió. —Si ella intenta ganar nuestra confianza estaremos acabados. Si ella quiere agradarnos para usarlo en nuestra contra entonces estamos perdiendo. No debemos bajar la guardia.

—Tú nunca lo haces.— Seungkwan sonrió. —No conseguiste la muñeca por simple gratitud.

—Solo estoy siendo precavido.

El omega asintió para despues acercarse y extender sus brazos hacia Jihoon. Lo abrazó casi de la nada, tan cerca que sintió el aroma cítrico hasta sus pulmones mientras que sus manos se congelaban sobre el obsequio para HyeJin. Seungkwan se mantuvo allí por varios segundos sin decir o hacer nada. Y Jihoon lo aceptó confuso y perdido, sin regresarle el gesto o rechazarlo.

—No tienes que cuidarnos todo el tiempo. También podemos cuidar de ti.

Tardó unos segundos, pero al final exhaló una risa y abrazó a Seungkwan con un solo brazo entrecerrando los ojos. ¿Cómo un chico tan amable había caído en ese lugar? Alguien que limpiaba su corazón de todo lo malo y seguía adelante, que era capaz de lidiar con las mentiras y el rechazo. Seungkwan era una persona especial, y no merecía estar en esa situación, siempre en peligro y con alguien queriéndolo lastimar en cada momento. No era justo. No era justo que un chico tan bueno se había visto obligado a ser cómplice de asesinato.

—Cuido de ustedes porque quiero hacerlo.— Respondió empujando la constante incomodidad en su cabeza por hablar de más. No quería arrepentirse de sus palabras, pero tenía que decirlas para comenzar a ser consiente de estas. —Lo único que quiero a cambio es que ustedes estén bien. No deben cuidar de mí.

Seungkwan se apartó con los ojos preocupados. Jihoon le sonrió intentando calmar lo que sea que estuviera poniéndolo nervioso. Sabía que no era el mejor expresándose con palabras, y sus feromonas no muchas veces respondían como era común, pero estaba siendo honesto, la mejor manera de lidiar con las situaciones era hablando, o al menos eso es lo que todos le dijeron, y ahora que los escuchaba se sentía mucho más nervioso y apenado de lo que imaginó en un principio.

—Tu también eres importante.

Le sonrió a Seungkwan para despues apartarse.

—Vayamos con los demás ahora, tenemos que ver a HyeJin.

El omega real [Seventeen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora