Extra 2

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Su ventana se abrió durante la noche, Jihoon la miró por varios segundos y despues suspiró poniéndose de pie para cerrarla. Había estado toda la noche sin poder dormir, pensando en todas las nuevas preguntas que llegaron a él cuando se fue de la escuela Pledis. No había visto a sus padres desde entonces y ellos guardaban especial distancia como si hubiera algo detrás. Regresó a su escritorio y observó largamente la fotografía en él.

Fue un poco entretenido cuando desempacó, había tantas fotografías que no sabía dónde ponerlas, su familia no solía colgar marcos en las paredes o colocar decoraciones personales, ellos solo... Jihoon ni siquiera los veía en persona, tampoco en papel o cualquier otro lado, quizás en los periódicos de vez en cuando. Pero ellos simplemente no estaban allí.

Escuchó la ventana abrirse de nuevo y esta vez la observó por varios segundos. Suspiró, y solo allí se percató del pequeño detalle que lo hizo soltar una sonrisa.

Despues se sintió mucho más confundido.

—Entra antes de que te caigas.— Advirtió poniéndose de pie para encender las luces. —¿Cómo pudiste entrar?

—Que aburrido eres.— Se burló Minghao lanzándose al interior. —Si te preguntas como entré una señora amable me dejó pasar, ella ni siquiera me preguntó nada, solo me apuntó a tu ventana y se fue... Creo que quiere que te secuestren.

Exhaló una sonrisa sentándose en la cama junto a Minghao. Era esa la razón por la que había sido entretenido desempacar; su nana había estado revisando cada foto y preguntándole sobre sus "nuevos y únicos" amigos, ella incluso intentó memorizarse sus nombres y un detalle de ellos. Memorizó que Seungkwan era amante de todo lo relacionado con la Luna y que Wonwoo tenía lentes, porque al parecer era lo más destacable que la mujer pudo recordar.

Aun así el que Minghao hubiera podido pasar sin problemas resultaba curioso e interesante, Jihoon lo intentó una vez, intentó escaparse unas horas y lo encontraron a pocos pasos de la puerta, tan humillante que no lo volvió a intentar.

—¿Qué haces aquí? Si quieres secuestrarme te sugiero que no sea por la puerta principal, ya lo intente. No funcionó.

Minghao exhaló una sonrisa mientras miraba alrededor.

—¿Por qué tu casa es tan grande si solo viven aquí tus padres y tu? ¿no les bastaría algo más pequeño? Lo comprendería si fueran una manada, pero esto es casi ridículo. Qué envidia. ¿Qué pasa si te dan ganas de ir al baño en la noche? ¿Tienes que correr?

Jihoon apuntó a una puerta.

—Allí está el baño.

—Mierda, tengo que ver un baño asquerosamente rico.— Minghao saltó de la cama y casi corrió hacia la puerta abriéndola de golpe. —¡¿esto es jodidamente en serio?!— Jihoon soltó una pequeña carcajada. —¡¿Cuánto espacio necesitas?! ¡Hay dos puertas más aquí adentro!

—Esta casa era de mis abuelos.— Explicó con calma mientras que escuchaba a Minghao abrir las llaves y jalar la cadena ¿para qué? Era gracioso, y extraño. —Ellos vivían aquí cuando era más joven, pero decidieron mudarse por alguna razón. Ahora es de mi padre.

—¿Cuánto pagan de luz? ¿y de agua? Los recibos deben ser magistrales.— Minghao salió del baño y volvió a mirar alrededor, ahora interesado por la puerta del closet. —¿todo esto para tres personas?

Jihoon se encogió en hombros, estaba tan acostumbrado a vivir así que quizás nunca lo vio de esa forma. Solo era la casa de sus padres, donde podían perderse por horas sin toparse ni una sola vez, entre las habitaciones y las oficinas quizás el tamaño de la casa no tenía ningún sentido que no fuera vivir sintiéndose solitario. Aunque dudaba que una casa más pequeña hubiera cambiado el sentimiento, de cualquier forma sus padres seguirían siendo desconocidos.

El omega real [Seventeen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora