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Doyoung era bueno, Doyoung era el mejor chico.

Le gustaba la manera en que adorablemente le cuidaba y le prestaba atención en la universidad, dándole pequeños piquitos y besitos en el rostro, trayéndole un café o un sándwich si hacía mucho frío y tenía hambre.

También le gustaba que dentro de su departamento fuese mucho más agresivo y necesitado. Tiraba de su camisa con fuerza para juntar sus bocas, sus dientes chocaban, su lengua recorría y delineaba todos sus dientes. Doyoung le besaba como si fuese el oxígeno que necesitaba para seguir viviendo, y le encantaba.

Doyoung le encantaba.

Solamente se besaban, aún no habían llegado más allá, pero Doyoung parecía emocionado por ello.

Doyoung era tan agresivo que hacía sentir a Jaehyun como un niño.

El día en que sucedió, no fue inesperado. Habían terminado sus exámenes y Doyoung dijo que iría a su departamento para celebrar.

En cuanto entraron a su cuarto, Doyoung le empujó a la cama, y Jaehyun le sonrió. De la pura emoción se estaba colocando duro.

—¿Qué quieres, conejito? —preguntó apoyando su espalda contra la cabecera de la cama, mientras Doyoung gateaba hacia él.

—Te quiero a ti, quiero todo de ti. —susurró el mayor, instalándose en su regazo.

Luego le besó de esa manera necesitada nuevamente.

Doyoung le atacaba con dientes y uñas, desesperado por un poco de piel mientras arrancaba su camisa, deslizándola con un gruñido por sus brazos.

Su boca había depositado tantos chupones, mordidas y lamidas en su cuello que por un momento pensó que Doyoung era un personaje de un anime con temática de vampiros.

Su boca se instaló en su marcado abdomen esta vez, y Jaehyun sintió un poco de miedo. A Doyoung le encantaba su estómago, estaba seguro, porque sus manos siempre se apoyaban distraídamente en él cuando le besaba.

Doyoung delineó con la punta de su lengua cada pequeño cuadrado marcado de su piel, para luego lamerle y chupetearle a su gusto, como si se tratase de un pequeño trozo de carne en un hueso.

Dios, Jaehyun sentía que iba a explotar, su miembro dolía contra la ropa, ¿por qué Doyoung se comportaba así?

Doyoung continuó besándole y mordiéndole a su gusto los brazos, las manos, sus dedos, sus mejillas, sus clavículas. Jaehyun estaba dentro de un sueño del cual jamás quería despertar.

Cuando se aburrió de ello, se sentó sobre su regazo y rodeó con sus brazos su cuello, comenzando a mover sus caderas suavemente para frotarse sobre él.

—No sabes lo mucho que me encantaste desde el primer momento que te vi. —susurró Kim sobre la boca del contrario, sacando la punta de su lengua para rozar sus labios, sin besarle. —Te pedí que nos juntáramos porque no parecías real, era imposible que alguien como tú existiera.

—Eso es lo que pensaba yo. —murmuró Jaehyun de vuelta, mareado frente a él, sin poder dejar de jadear. Estaba duro hace tanto tiempo debido a su boca, y ni siquiera le había quitado el pantalón, sentía que iba a morir.

—Tu cuerpo es tan caliente. —murmuró Doyoung, comenzando a moverse un poco más rápido.

Jaehyun soltó un grave gemido, el mayor estaba comenzando a soltar pequeños jadeos agudos frente a él, y Dios, eso le estaba excitando tanto.

Doyoung sacó su lengua en una expresión de placer, llevando sus ojos hacia atrás mientras un agudo gemido salía de su boca.

Jaehyun no pudo más, se corrió dentro de sus pantalones bajo la sonrisa burlona de Doyoung.

anime boy » jaedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora