20. Take care of each other

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20. Take care of each other

No sé cómo, pero siempre Scott encuentra la forma de tranquilizarme. Escuchó atentamente a mi recuerdo y me intentó convencer de que no fue mi culpa. Yo ya lo sabía, que no fue mi responsabilidad, que yo no decidí venir al mundo y mucho menos quitarle la magia a mi madre. Fue una simple consecuencia, una casualidad, nadie, ni mi madre pudo haberlo previsto y haber actuado en ello. Pero aún así, sin poder haberlo evitado, sentía una presión en mi pecho. No era mi culpa, pero en cierta forma se sentía así.

Estuvimos varios minutos abrazados, ocultando mi rostro en su pecho, él rodeando mi torso con sus largos y musculosos brazos. Si Scott no hubiera estado ahí al momento en el que me desperté del recuerdo... Probablemente me hubiera dado un ataque de pánico. Agradecía mucho que me haya encontrado y me haya ayudado. Me sentía protegida con él, en sus brazos. Le abracé un poco más fuerte, intentando así que la memoria mala se esfumara de mi mente, y dejé que el momento me embriagara.

Cuando me sentí un poco mejor, al cabo de unos minutos donde ni él ni yo nos movimos de nuestra posición, recordé lo ocurrido previamente a mi recuerdo. Abrí los ojos sorprendida de que se me haya olvidado. Yo estaba buscando un inhalador para Scott, porque por alguna razón le dio un ataque de asma. Me alejé un poco de él, con la intención de preguntarle qué había ocurrido. Scott frunció un poco el ceño al sentir mi alejamiento.

—¿Qué te ocurrió? —cuestioné casi en susurros, a pesar de no había nadie a nuestro alrededor. El abrazo se disolvió, sus manos se habían deslizado por mi espalda hasta caer al vacío y las mías se habían despedido de su pecho, aún así seguíamos cerca del otro. Frunció el ceño sin comprender—. Tu ataque de asma... —ahí comprendió.

Me contó lo vivido. Él estaba en su clase de Biología Avanzada, no había logrado hacer la lectura correspondiente y eso le hizo dudar nuevamente sobre su vacante en la clase. La profesora, una mujer estricta en cuanto al estudio, había dado a toda la clase una hoja de baja, por si sentían que no era lo suyo o que no estaban comprometidos con la materia. Scott la había guardado, la había llenado pero nunca la entregó. Hasta ese día.

—Al ver el formulario... —indicó bajando levemente la vista hacia el suelo—. En mi mente se hizo como un click... Y de repente, ya no estaba en la sala de Bio, sino en un pasillo del hospital, viendo toda la escena como si hubiera estado ahí presente...

—¿Qué viste? —pregunté con delicadeza. Si yo había recordado algo horrible de mi madre, Lydia algo terrible de su abuela y Malia algo sobre su familia... Seguramente Scott habría recordado algo de una índole similar. Algún acontecimiento terrible que por alguna razón se encontraba oculto en su memoria.

Prosiguió contándome que se vio a sí mismo, con diez u once años, en una camilla, con dificultades para respirar. Estaba teniendo un ataque de asma, uno intenso que requirió que le llevasen al hospital. Su madre estaba ahí con él, pero en su ropa de civil, y le decía que todo andaría bien. Scott preguntó por una tal Roxy.

—Tu perra... —recordé, aunque sinceramente si no fuera por el nombre, se me había olvidado por completo que Scott había tenido una perra. Era de raza pastor alemán, y tenía ya varios años. Recuerdo vagamente haber jugado con ella en algún momento.

Scott asintió — No le recordaba. Le atacó una jauría rebelde y... No sobrevivió. —apenas me acuerdo de la perra, pero igual me dolía en el alma pensar que Scott tuvo que vivir aquello sin poder hacer nada.

Monsters In Disguise [Teen Wolf]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora