40. Salvando a nuestra coyote

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40. Salvando a nuestra coyote

No podía saber si fue real o no la charla que tuve con Allison, si el Nemeton realmente la trajo para ayudarme o si era tal vez producto de mi imaginación. Realmente no deseaba saber la respuesta, prefería convencerme de que fue real, que después de perderle aún podía conectar con ella y que me ayudase a su única forma.

Y sí ayudó. Me ayudó a ordenar mis pensamientos, a ver lo que realmente sentía respecto a Theo y mi lado hamingja. Tenía sentido lo que decía, al igual que los lobos, yo también necesitaba un ancla, pero no para que me volviera humana, para controlar el lado sobrenatural, sino para no hundirme en él. A veces ser hamingja puede ser abrumador, por esa razón necesitaba a alguien que me diera de su apoyo. Que me sacara de esa niebla en la que mi mente se sumía.

Gracias a la charla con Allison, sabía que debía ser yo misma ese alguien, y que en un futuro podía compartir el lugar con otra persona. Sin embargo, no depender por completo del otro, como he hecho con Derek y con Theo. No puedo recriminarme aquello, después de todo, el contexto influye mucho. Con Derek, pues lo sobrenatural era todo un mundo nuevo, incierto y algo terrorífico. Era normal que me apoyara en él, un conocedor de lo sobrenatural que (a su manera) nos protegía. Y con Theo... Pues, no fue un buen momento, tras la ruptura de Derek y una nueva amenaza sobrenatural...

Sin embargo, conociendo ya lo que mi amiga me enseñó, podía de a poco ir completándome a mí misma. No podría hacerlo sola, pero tampoco debía. Mis vínculos siempre serán algo importante en mí, y siempre podré buscar refugio en ellos. Siempre me ayudarán, pero tampoco podía depender de ellos. Porque de esa forma, podría caer al abismo de la oscuridad. Debía encontrar un balance perfecto entre ambos extremos.

Los pasos de Stiles acercándose a mi cuarto me distrajeron. Me dio los buenos días antes de meterse al baño. Me refregué la cara con las manos, despertándome y despejándome a la vez. Me incorporé de la cama, dando inicio a mi día. Seguí pensando en la charla con Allison, agradecida de haberla tenido. Tras elegir mi atuendo, unos shorts de jean con una remera lila, recordé algo que la cazadora mencionó.

Dijo de ayudar a Malia y a Lydia. Especialmente a ellas. La primera luchando contra su madre biológica que deseaba matarle, y la segunda estando encerrada en su cabeza y en Eichen. Luego de haber rescatado a Kira, ellas eran el siguiente paso, naturalmente. Pero la forma en que lo dijo... Como si supiera que algo les pasaría, como si intentara advertirme y decirme con antelación.

Fuimos al instituto tras desayunar. En el camino, Stiles me habló de la pelirroja, había estado pensando un plan para sacarla de ahí. Pero sería complicado, porque su madre y el personal de Eichen estarían en nuestra contra. Lo ideal sería sacar a Lydia de su estado de catatonia para que ella misma pudiera ayudarse a salir de esa institución.

—Tengo un período libre hoy. —detalló él, estacionando el Jeep en un lugar libre—. Iré a verla, y pensar en un plan. —aclaró, mirándome de reojo.

Asentí. Yo no tenía períodos libres ese día, por lo que no podría acompañarle. Sin mencionar que dudaba mucho que nos dejaran pasar a los dos en horario de visita. Eichen suele ser muy minucioso con las visitas a los pacientes. Lo mejor era que Stiles se internara dentro de la institución y poder ir pensando en una estrategia para sacar a la pelirroja de ahí.

—Me avisas cualquier cosa. —indiqué, luego bajé del coche. Me acerqué a él para indicarle mi plan del día—. Yo intentaré encontrar a Malia, y ver cómo anda todo el tema de la Loba del Desierto. —él apretó sus labios. Aunque estuvieran en un momento complicado, podía ver en sus ojos que le preocupaba la coyote y este dilema de su madre biológica. Al final, asintió y pidió que le fuera informando.

Monsters In Disguise [Teen Wolf]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora