37. De a poco

526 83 7
                                    

37. De a poco

Scott insistió en acompañarnos a casa. Era ya de noche, nuestros estómagos rugían de hambre y nuestros ojos parpadeaban con cansancio. Pero aún así, podía maniobrar el Jeep sin estrellarnos. No había nadie en las calles cercanas a casa. Al llegar a nuestro hogar, las luces estaban encendidas, lo que nos dio a entender que a papá ya le habían dado el alta del hospital.

Estacioné lentamente el Jeep. Prefería tardar un rato y asegurarme de no chocar contra nada. Sino, ya me veía a Stiles recriminándome por haber chocado el Jeep y seguro me amenaza con nunca dejarme tras el volante de nuevo. Le tiene mucho aprecio al carro. Además, se la pasó todo el viaje a casa indicándome qué hacer y qué no para no estrellarnos ni dañar al Jeep. En esos momentos, me pregunté por qué el veneno de Kanima no afectaba sus cuerdas vocales.

Afortunadamente, Stiles ya podía caminar sin nuestra ayuda. Tenía el cuerpo todavía algo dormido pero lograba mantenerse de pie y balancearse por su cuenta. Aún así, Scott quiso acompañarle hasta la puerta, para estar a su lado por si perdía el equilibrio.

—Que ya estoy bien... —se quejó Stiles, moviendo torpemente su brazo para alejar a Scott que intentaba tomarle de un lado cual anciano que no posee su bastón.

—Lo sé. —fue todo lo que dijo Scott, con cariño, pero aún así le ayudó a caminar hacia la entrada. Y Stiles se dejó maniobrar, era algo que nuestro amigo requería más que él. Sentirse útil, estar ahí para su manada.

Sonreí ante la cotidianeidad de la escena. Sabía que de a poco, pero sin mucho tiempo, volveríamos a la normalidad. Pudimos distanciarnos, los obstáculos podrán haber sido duros, pero siempre volveremos a la base. A lo que somos. Una manada. Una familia.

Volví a la realidad cuando ya casi llegaron a la entrada. Me adelanté rápidamente a ellos para abrir la puerta, saqué mis llaves y giré el picaporte. Pude escuchar que papá estaba en la cocina, y por el aroma que desprendía, estaba cocinando algo. Nos dio la bienvenida a gritos, algo me decía que estaba lidiando con el horno y no podía desatenderlo. Otra vez, sonreí con cariño.

Una vez dentro, Stiles lentamente aún despertando sus piernas fue a saludar a papá. Iba a hacer lo mismo, salvo que mis ojos vieron que Scott se quedó estancado en el marco, sin pasar dentro de la casa. Fruncí levemente el ceño, parecía que Scott se había olvidado cómo se cruzaba por una puerta. "Tal vez piensa que no es bienvenido." Pensé.

—Puedes entrar, Scotty. —le dije con afecto y una sonrisa dulce.

Sus ojos me observaron, como si se hubiera olvidado que estaba ahí frente a él. Estaba algo estupefacto, claramente muchas cosas estaban pasando por su cabeza. Su boca estaba ligeramente abierta, la cerró y asintió a mi comentario. Alzó uno de sus pies y cruzó por el marco. Luego de pasar, cerró la puerta detrás de él.

Justo en ese entonces, papá apareció en la sala. Se acercó a mí y me envolvió en un rápido abrazo. Besó mi cuero cabelludo y luego se giró hacia Scott. A él también le dio un abrazo. Y por el rostro de Scott, se veía que no se lo esperaba.

—Venga, vamos a comer. —dijo papá, al alejarse de Scott, observándome a mí y luego al lobo—. Tu madre me dijo que se quedará hasta tarde en el hospital. Me pidió que te dé algo de cenar.

—No es neces... —intentó refutar Scott, pero papá se dio media vuelta, sin dejarse doblegar. Después de todo, no es la primera ni la última vez que Scott comerá con nosotros. De pequeños, debido a los turnos del hospital y los turnos de papá de policía, no era nada raro que a veces fuéramos a comer a la casa del otro.

Monsters In Disguise [Teen Wolf]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora