26. Vulnerabilidad
Volvimos en la camioneta. Liam y Hayden detrás, a pesar de que la castaña tenía una gran herida en su costado izquierdo y el rubio estuviese cansadísimo, entre ambos lograron impulsarse hasta llegar a la camioneta. El trayecto a la casa McCall se me hizo rápido y difuso. El utilizar mi fuerza telepática aún sin estar completamente recuperada del sondeo me cobró factura. Theo, a pesar de sus heridas por la electricidad, se encargó de alzarme y colocarme en el asiento de copiloto. Estoy casi segura que luego de que me aseguró con el cinturón de seguridad, me besó la frente.
Ya en la casa McCall, Lydia nos recibió con abrazos para todos. Le vi hasta llorar, la pobre estaba realmente muy preocupada. Su forma de compensar y utilizar esa preocupación se transformó en ella siendo una enfermera. Primero se encargó de Hayden, que tenía la peor herida de los cuatro. Limpió la misma y luego de encontrar un set de costura de Melissa McCall, cosió su piel para impulsar su proceso de curación.
"Es casi como coser tela gruesa." Nos dijo cuando la castaña cuestionó si realmente había cosido a alguien antes que ella. No le tranquilizó, pero al final, el resultado fue espléndido. Después de encargarse de Hayden, Lydia examinó a Liam. El chico no tenía heridas visibles, su fisionomía lobuna ya se había encargado de curarlas todas, aunque sí estaba cubierto de sangre seca, un líquido extraño negro y mucha tierra con cenizas. Lydia le recetó una ducha, y luego descansar.
Mientras Liam se duchaba, Hayden se acomodaba en el sillón para así descansar y dejar quieta su herida cosida. Lydia vino hacia mí, comenzó pasando una toalla húmeda por mi rostro, especialmente debajo de mi nariz, donde suponía que había salido sangre tras mis movimientos contra la reja metálica electrificada. Tras limpiarme, me colocó una crema que tenía en su bolso sobre mi ojo golpeado.
—Es para estimular la piel y que cure más rápido. —me indicó mientras sus yemas acariciaban con ternura y cuidado la zona de mi ojo. Mi error fue preguntar cómo había conseguido tal crema: — Pues... Digamos que a Jackson le gustaba mucho dejarme marcas cuando salíamos. —rió suavemente, afortunadamente eso me dejaba claro que no se refería a marcas abusivas.
—Gracias, Lyds, por esa hermosa imagen mental de tú y Jackson... No podía vivir sin ella. —hablé con sarcasmo.
Lydia soltó una carcajada — Oye, tú preguntase. —sonreía con grandeza. Hacía mucho que no veía su sonrisa. Hacía mucho que las cosas no salían bien. Aquello hizo que yo también curvara mis labios hacia arriba.
Lydia tampoco se detuvo mucho en Theo, él también por su fisionomía lobuna estaba prácticamente curado de las heridas que pudiera haberle ocasionado la reja metálica. Tras la ducha de Liam, el chico fue directo con Hayden en el sofá. Se colocó a su lado, el cuerpo de la chica, aunque ella estuviera plenamente dormida, reconoció su presencia y se acomodó levemente contra él. Al instante, los dos chicos estaban sumidos en sueños.
Lydia tomó una manta y tapó a ambos, luego se sentó en los sillones de una plaza y se mantuvo ahí, haciendo guardia. Se le notaba cansada, pero mucho más aliviada, no parecía querer irse a descansar hasta que el resto pudiese descansar primero.
—Sar... —llamó en susurros Theo. Al girarme hacia él, lo encontré en el otro sillón de una plaza, con una de sus manos extendidas—. Ven. —tomé su mano, me guió con suavidad hasta su regazo. Me hizo sentar encima de él, cosa que no me resultaba muy cómoda, ya que aunque Theo sea un lobo con super fuerza, mi cuerpo pesaba unos cuantos kilos. Intenté moverme, pero sus brazos me aprisionaron encima de él—. Descansa un poco. —me ordenó, aún susurrando, sólo esta vez contra mi oído, dándome un escalofrío.
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Monsters In Disguise [Teen Wolf]
Fanfic[Cuarto libro de la saga Stilinski Twins] Después de la partida de Derek Hale, Sarah se encontraba bastante destrozada. Pero la vida continúa, y ella es lo suficientemente fuerte como para seguir adelante. Este es su último año de instituto, Sarah y...