52. Engaños

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52. Engaños

La campana sonó y la clase terminó. Todos los estudiantes, salvo Theo y yo, salieron del aula, alegrándose porque finalmente había acabado el día. Y además, a la noche se celebraría el evento benéfico, nuestro equipo contra Devenford. Parecían todos muy emocionados. Bueno, todos aquellos que desconocían sobre el mundo sobrenatural, pues lo que sí sabíamos que ocurriría esta noche... No estabamos para nada emocionados.

La señora Hollins se quedó de pie en su escritorio. Cuando el aula se despejó, nos ordenó que la siguiéramos. Tomamos nuestras pertenencias y le seguimos a la par, aunque procuré no juntar miradas con Theo. Caminamos un poco por el pasillo, hasta llegar a una aula. En ella, las mesas y sillas estaban todas desordenadas, el pizarrón estaba escrito casi en su totalidad, apenas se veía su característico fondo blanco metálico. Había un gran desorden.

—Su detención consistirá en ordenar las aulas de este piso. —informó la señora Hollins—. No me quedaré a supervisarles, pero les recomiendo que lo hagan, porque de lo contrario me aseguraré de darles una reprienda mucho mayor. —aclaró, con sus manos entrelazadas delante de su falda. Sus anteojos de medialuna estaban al borde de su nariz, sus ojos oscuros nos observaban por encima de ellos—. También les recomiendo que empiecen de inmediato. De lo contrario no podrán asistir al juego benéfico de esta noche. —se dio media vuelta, antes de cerrar la puerta—. Espero que aprendan la lección. —dijo a modo de saludo y se fue de la clase.

Bufé con cansancio y hartío. Saqué mi celular de mi bolso y mandé un mensaje rápido a Stiles, diciéndole que no podría acompañarle a visitar a papá para intentar cancelar el juego. Mencioné que me dieron detención por no prestar atención, no escribí el nombre de Theo. No sabía muy bien porqué. Le mandé otro mensaje a Scott, informándole de mi situación. Luego, bloqueé el celular y lo guardé en mi bolsillo.

—¿Informando al Alfa? —rió Theo, casi como bromeando—. ¿Te dijo que siempre le digas dónde te encuentras? Eso es un poco controlador, ¿no crees?

Le di la espalda, esperando que entendiera que le estaba ignorando, pero conforme continuó sus estúpidos comentarios, me vi en la obligación de cerrarle el pico. Intenté ser lo más civilizada posible.

Me di la vuelta de un rápido movimiento. No contaba que estuviera justo detrás de mí, casi choco contra su cuerpo. Me estabilicé en mi lugar, asegurándome de mantener algunos centímetros de lejanía y miré su rostro. Tenía esa estúpida sonrisa de lado. Parecía estar diviritíendose conmigo. Lo cual más rabia me daba.

—Raeken. —dije su apellido, casi haciendo rechinar mis dientes. Tomé aire, relajándome antes de continuar: — Estaremos toda la tarde aquí, te recomiendo que me dejes de dirigir la palabra si deseas conservar tus extremidades.

Soltó un exaspiro a modo de risa corta — ¿Y si quiero responderte a lo que me preguntaste en clase? —se acercó lentamente hacia mí, manteniendo su mirada sobre la mía, casi como desafíandome—. ¿No quieres saber qué significa? ¿Ese lazo entre Scott y tú?

Di unos pasos hacia atrás — ¿Cómo es que siquiera sabes sobre eso?

Theo alzó sus hombros. Se mantuvo en su lugar — Lo deduje. —respondió con simpleza, pasando sus manos sobre su remera, como quitando el polvo.

Se giró hacia su costado y ordenó el banco más cercano. Lo puso derecho, acomodó la silla con tal de que el asiento estuviera debajo de tal y el respaldo contra la base. Me quedé mirándole, sabiendo que diría más, pero hacía una pausa dramática.

Como predije, siguió hablando. Con la mirada fija en el banco que acababa de ordenar, agregó: — Mi primera sospecha fue aquella vez que usaste tu vínculo para encontrar a Liam. —aclaró, caminando hacia el siguiente banco—. Había escuchado varias leyendas...

Monsters In Disguise [Teen Wolf]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora