Lo conocí un día en el parque. Él sentado despreocupadamente con sus hojas de colores haciendo lo que llamó mi atención en un primer instante.
Mi madre siempre decía: -No hables con las personas que conozcas en los parques. La mayoría son borrachos o pedófilos buscando a que niña seducir-. Siempre tan directa y si yo fuera tan buena hija como para hacerle caso en todo tal vez nunca hubiésemos interactuado. Lo siento mamá, te desobedecí otra vez.
Mi relación con mi mamá era como la de cualquier adolescente con su señora madre; escapadas nocturnas, promesas falsas, algunas mentiras con respecto a mis “viernes de estudio” y mucho pero mucho amor.
Toda nuestra vida hemos vivido en la misma ciudad. Mi gran familia esta compuesta sólo por mi madre y yo, como dije antes es excesivamente grande. Hay unos primos y tíos pero nada que ver con nosotros.
En mi vida social hay unas cuantas telarañas pero por lo menos no soy un hongo. Tengo un mejor amigo o mejor dicho mi crush del pasado ya que en el verano le declaré mi amor no correspondido. Por supuesto que hice el ridículo pero me sirvió para olvidarme de esa fantasía y dejar de escribir su apellido en mi nombre y de tejer patucos para Alex, nuestro futuro hijo. Lo sé, estoy loca o estaba loca.
Voy a fiestas pero soy como la chica invisible; nadie me pela. Creo que el único momento caliente que he tenido en esas fiestas fue cuando un chico derramó su bebida en mí y en un intento de secarme puso sus manos en mis pechos. La Virgen María me dicen, pero no es coña, en serio me llamo María y tu dirás ¿qué onda con ese nombre? Pues yo me pregunto eso cada vez que veo mis papeles. Ahora sólo soy Mar.
Ya llegará mi momento y los dejaré babeando por el Taylor Lautner que me conseguiré. Sí, soy fan de Crepúsculo y sobre todo de esas bellas escenas en las que los actores se muestran sin camisa. Escasas pero bellas.
¿Crees qué en serio encontrarás a algún chico, cuerpo tabla?
Yo no estoy buscando el amor ahora mismo. ¡Y no soy cuerpo tabla! Tengo mis curvas peligrosas.
Más bien carreteras.
Te abofetearía si no fueras mi consciencia.
No tengo cuerpo tabla, por lo menos eso es lo que dice mi madre. Mis pechos no son como los de una actriz porno pero por lo menos son mejores que algunos en mi clase.
En fin… creo que demasiada cháchara y se que ustedes quieren ir a lo interesante, al momento en que lo conocí. Pues aquí vamos.
—Mar ¿qué vas a hacer después de clases? —preguntaba Stef, mi mejor amigo/ex-crush por décima vez—.
Stefan o Stef como yo le digo ya que su nombre me recuerda a los hermanos Salvatore, es un chico muy…especial. No tiene poderes ni puede hablar con las rocas pero si que puede hacerte mojar las bragas con su sonrisa. Y ahí es donde entra la famosa pregunta ¿Qué hago yo, una simple mortal de amiga de el chico más atractivo de la escuela? Pues simple. Stef y yo somos mejores amigos desde antes de saber que se pondría tan bueno, o sea, desde el jardín de niños. Aunque ya desde esa edad hacía que a las niñas se le cayeran los chupetes.
El cliché; ojos azules, rubio, líder del equipo de fútbol, alumno sobresaliente ¿quién dijo que los jugadores de fútbol no sabían Matemáticas? Sólo superado por mí, sí, también soy la nerd del instituo. Por lo menos Dios se apiadó de mí y me apremió con tener una excelente vista y no llevar gafas.
—No sé, creo que por ahí —contesté sin mucho ánimo. En realidad nos encontrábamos corriendo como estúpidos en las última clase del día. A cualquiera se le quita las ganas de vivir si lleva corriendo diez minutos—.
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A crane for you ©
Teen Fiction-Espérame-supe que esas palabras iban dirigidas hacia mi-. -Me quedaré a tu lado hasta que sepas de que color es el vestido que llevo puesto-fue mi respuesta-.