En el camino aprecié la naturaleza, la amabilidad de las personas que caminaban por las calles y el hermoso día soleado sobre mí. Ahora en serio, aprecié miles de autos contaminado, una pareja besándose en una esquina y a un chico gritándole a un anciano para que se quitara de en medio. El hermoso sol de hace minutos fue cubierto por unas nubes grises que no sé de dónde salieron porque en el informe del clima dijeron que no llovería. No pregunten por que miro al meteorólogo.
Nunca podré pasar una tarde tranquilamente.
Llegué al parque y todo tan bonito como siempre, esta vez no estoy siendo irónica. Los arbustos estaban bien podados, algunos incluso con formas de animales. Varias personas jugando con sus perros o dadas de la mano, en serio que es un lugar hermoso.
Avancé siendo cuidadosa y mirando hacia los lados para no encontrarme con la misma chica de las veces anteriores. No se porque pero siempre me arruina mis oportunidades de parecer guay. Creo que me tiene manía.
Ahí es cuando lo veo. Nunca me canso de decir lo guapo que es. No es el típico chico que viste a la moda y juega al baloncesto y es justamente eso lo que me atrae tanto. Si juega al baloncesto no lo sé, solo lo supongo.
Me detengo un momento en observar como va vestido. Tiene unos pantalones holgados negros y una camisa azul, bastante simple y que sólo a él le quedaría tan bien.
Mírenme, hablando como si fuera una experta en Félixlología y sólo hemos intercambiado unas cuantas palabras.
Esta vez no dudo en acercarme y camino con paso firme-Hola-digo alegremente. La seguridad de hace unos segundos se esfuma al ver que no responde-.
¿Me habrá oído?
-Holi-nada-Hello-nada-Hi-nada-Holiwis.
-Joder que pesada eres-habla por fin-¡Hola!-dice detenidamente como si fuera retrasada mental-Estoy ciego no sordo.
Pues podrías haberme respondido antes si tanto te molestan mis holas. Pienso y decido sólo sentarme a su lado en silencio.
-Creí que no te vería más pero parece ser que no lograré librarme de ti tan fácilmente.
-Oye, tengo un corazón sensible-digo claramente ofendida por tratarme como un piojo-.
Una leve sonrisa se forma en sus labios. Algo no está bien con él, lo sé.
-¿Pasa algo?-pregunto-.
Suspira y se encoge de hombros-Pasan demasiadas cosas-
Espero por si añade algo más pero al parecer no quiere compartirme los secretos de su alma.
-Tal vez si te cuento algo súper malo que me sucedió te rías un poco-me volví loca ¿quién dijo eso?. Él asiente. Genial, ahora tendré que humillarme.
Todo sea para hacer feliz a un pobre desgraciado.
-Bueno-suspiro-Hace un año estaba chateando con un chico, él era de otro país por lo que nunca nos veríamos así que...ambos decidimos tomarnos una foto desnudos y enviárnosla.
Es lo más vergonzoso que he hecho nunca. No me refiero al hecho de que lo hice, sino que es la primera vez que se lo cuento a alguien. ¿Para qué me miento? Esto no es más que la cereza del pastel de mi historial patético.
Félix abrió los ojos abruptamente al oír mis palabras-Y-continué-me equivoqué y la mandé a la página de la escuela.
No soportó más la risa y comenzó a reírse a carcajada limpia. Por algún motivo yo también, era ese tipo de persona que podía contagiarte las ganas de reír aunque fueras tú el motivo de burla.
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A crane for you ©
Teen Fiction-Espérame-supe que esas palabras iban dirigidas hacia mi-. -Me quedaré a tu lado hasta que sepas de que color es el vestido que llevo puesto-fue mi respuesta-.