Podría decir que mi vida antes de él era una absoluta mierda pero no, no lo era. Sí que tenía mis días malos como cualquier otra adolescente—que para ser sincera eran muchos—pero lo podía sobrellevar.
También podría decir que todo se complicó después de mi caída trinfal en aquel estanque pero igual mentiría. Después de su llegada las cosas cambiaron, aun no sé si tomé la decisión correcta al persistir tanto pero no me importa. Todo pudo haber sido diferente y me alegra el rumbo que cogió mi vida.
Desde el primer momento esos ojos violetas me persiguieron allá a donde iba. Color inusual, persona única, pensé, y sí se que era única.
Nuestras conversaciones en el banco del parque, en nuestro banco, se estaban volviendo una necesidad, lo mismo podría decir de las peleas que se formaban de la más sincera sonrisa.
No me importaron sus defectos, el no tuvo la culpa de lo que ocurrió por más que se castigara a sí mismo. Para mi no eran defectos, eran retos que el Destino escogió para que los superara.
No escogimos juzgarnos, veíamos más allá de lo que la gente superficial podía llegar a ver.
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A crane for you ©
Teen Fiction-Espérame-supe que esas palabras iban dirigidas hacia mi-. -Me quedaré a tu lado hasta que sepas de que color es el vestido que llevo puesto-fue mi respuesta-.