¿Un ataque de celos o algo más que eso?

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Sabía que estaba durmiendo, no recordaba que había pasado pero sabía que estaba profundamente dormida, estaba soñando otra vez, una vez más siendo espectadora de una aterradora pesadilla. En este sueño yo me encontraba dando vueltas por el castillo Dimitrescu pero parecía que nadie me veía, empecé a escuchar ruidos de disparos y algunos gritos de las hermanas Dimitrescu, así que decidí ir a buscarlas, la primera que encontré fue Bella, estaba muerta, petrificada delante mía y Ethan Winters cogía su dorso como trofeo por haberla matado, intenté detenerle pero fue en vano así que fui a por Daniela pero cuando llegué también era demasiado tarde, está también estaba muerta y Ethan tenía su dorso, la única que alcancé antes de que muriese fue Casandra, pero al no poder interactuar solo pude ver cómo otra vez Ethan la asesinaba. Quería gritar, matarle, retroceder el tiempo y salvarlas a todas de las garras de aquel hombre pero en ese momento pensé que podría ir a por Lady Dimitrescu así que decidí ir a buscarla, no la encontré hasta que escuché gritos en la torre más alta del castillo, subí por las escaleras hasta llegar ahí y una vez estuve arriba vi una escena horrible, como Dimitrescu transformada en un monstruo horrible intentaba matar a Ethan y este terminaba con su vida en esa misma torre, la dama del castillo había muerto ante mis ojos y yo no pude impedirlo, al igual que con sus hijas. Me eché a llorar, no sabía que hacer solo quería llorar y que todos volviesen a la vida y que todo estuviese bien otra vez.

Me desperté con un suave tacto en mi mejilla, sentía que una mano me secaba unas cuantas lágrimas que me habían descendido por esta.

-Por fin despierta pequeña dormilona- escuché la voz de Heisenberg a mi lado- parece que no has tenido un sueño muy agradable.

-Realmente no...- dije algo agobiada todavía por la pesadilla.

-¿Se puede saber que fue?- dijo él mientras se encendía un cigarrillo y se lo llevaba a la boca. 

-Pues... era raro, estaba Ethan y se colaba en el castillo Dimitrescu y una por una iba matando a las hijas de Lady Dimitrescu y luego a la misma- dije- pero yo no estaba, bueno sí pero tan solo era una espectadora, no podía interactuar con nada ni con nadie. 

-Vaya, eso me recuerda a algo, pero esto ya te lo contaré la próxima vez que vengas- dijo él mientras fumaba su cigarrillo- ven verme en una semana, estamos a sábado así que ven a verme el viernes de la semana que viene, te daré algunas indicaciones también de que hacer para poder impedir que Ethan mate a la familia Dimitrescu, pero esto tan solo lo hago por ti y por mis sobrinas no por la chupa sangre esta. 

-¿Estamos a sábado? ¿He pasado la noche aquí?- dije levantándome rápidamente.

-Sí, parecía que estabas muy cansada después de lo de la noche anterior- dijo mientras me sonreía pícaramente. 

Me apresuré a levantarme y a vestirme, en ese rato Heisenberg tan solo se limitó a mirarme, me costó encontrar mi ropa interior pero una vez la encontré ya me vestí rápido. Cuando me puse a arreglarme el pelo sentí como Heisenberg me cogía de ambas muñecas y me apartaba el pelo del cuello, sentí como ese acercaba su boca a mi cuello y me la mordía y en seguida sentía como la sangre bajaba de este y él la lamía.

-Heisenberg...- dije entre quejidos.

Una vez terminó de lamerme la sangre se apartó y siguió fumando su cigarrillo.

-¿A qué ha venido esto? ¿No que no te gusta Dimitrescu? ¿Entonces por qué haces lo mismo que ella?- dije algo alterada.

-Ya sabrás la respuesta a eso, pero quédate con esto, tú sangre es más valiosa de lo que crees, albergas un poder tan grande que hasta Madre Miranda te teme, por esto ella intenta agradarte- dijo- ah y antes de que te vayas, si crees que la familia Dimitrescu es una familia de vampiros estás bastante equivocada, beben sangre y tienen colmillos como los vampiros pero ellas son tan solo una de las muchas mutaciones que hay del hongo de la megamiceta, al igual que tú y yo.

La joven emperatrizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora