Tercer Capítulo.

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Viernes 16 de julio de 2021

Llegamos a Londres el viernes por la mañana. Arabella esperaba a su prometido en el aeropuerto, no pude mirarle bien siquiera a la cara; me sentía avergonzada.

El señor Max nos había dado el día libre por el cansancio que teníamos. Lorenzo me había propuesto llevarme a casa, pero yo había declinado la idea, Mar había asegurado que vendría por mí.

—Es el cumpleaños de mi padre, Bear —dijo Arabella—. Haremos una reunión familiar, mamá me dijo que te invitara.

—Gracias, estaré allí —respondí. No se me apetecía ir, pero lo hacía por mi tío, él era como mi segundo padre, siempre se había preocupado por mí.

Cuando volví a mirar al frente para cerciorarme si Mar ya llegaba por mí, me llevé una gran sorpresa, no era Mariah quien venía, sino, Grayson.

Al verme me dio una grandísima sonrisa y dejó un beso cerca de la comisura de mis labios, hizo que me sonrojara por completo. Le sonreí yo también, él se colocó a mi lado. Grayson era parecido a Patrick, la misma tonalidad de piel y con la única diferencia del color de ojos, él los tenía de color miel.

—El maniático y la modelo —habló y los saludó—, y una hermosa castaña.

—Hola, Grayson, creí que Mar iba a venir por mí —dije con las mejillas sonrojadas.

—¿Conoces a Bear, Grayson? —preguntó Arabella, sorprendida.

—Es un privilegio hacerlo.

Carraspeé, era momento de irme, sobre todo porque tenía la mirada inquisitiva de Arabella sobre mí, ¿acaso no podía ser conocida de un hombre millonario como Grayson? Me molestó por completo.

—¿Podemos irnos, por favor? —pregunté a Grayson.

Él asintió, tomó mi maleta y nos despedimos de Max y . En el camino Grayson me explicó que a Mariah no le dejaron salir del trabajo, le pidió a Patrick que lo hiciera, pero tampoco tenía tiempo, así que Grayson se ofreció en hacerlo.

—No sabía que eres asistente de Max —habló, oh, cierto él no lo sabía.

—Te lo mencioné, pero estabas demasiado ebrio para recordarlo —mentí, pareció creerlo porque no objetó más.

Siguió manejando y yo me concentré en mirar las calles de la ciudad. Pensando en todo lo que me sucedía con el señor Max Pattinson. Sabiendo que todo lo que sentía era horripilante, tenía que acabar con esa atracción, porque nada bueno iba a salir.

Ignorarlo era la peor idea, porque trabajaba junto a él, pasaba más de medio día a su lado. Tampoco era gran idea sacarlo de mi mente teniendo sexo con otro hombre, cuando lo único que deseaba era hacerlo con él.

Solo es deseo, Bear, no amor.

Confíe en mi consciencia, aun yo sabiendo que la palabra 'quizás' iba en primer lugar.

—¿Cómo te fue en el viaje? —preguntó Mar, estábamos en la cocina, ella se preparaba un sándwich.

Yo aún debatía en si ir o no ir a la casa de mis tíos. Iba a ser una cena de millonarios, personas prestigiosas, ellos eran acaudalados, en realidad, mi tía era la que venía de una familia millonaria, mi tío y mi padre no lo eran.

No tenía un bonito vestido costoso, el último que había comprado era uno muy sencillo, pero había quedado enamorada del corte de las mangas, eran como blondas y como flores. Lo había elegido de color amarillo bajito.

—Bien —respondí sin darle demasiada importancia.

Los ojos cafés de Mar me escrudiñaron, tuve que apartar la mirada para no terminar expuesta.

Inevitable TentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora